Capítulo 40

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—¿Nos demoramos mucho? —Pregunta Collins cuando ve a Walter fuera de la vieja casa, sus manos en su frente mientras sus codos se apoyan en sus rodillas.

Estaba destruido, ella lo había destruido en solo palabras y nisiquiera eso, dejarlo por otro.

—No —Se levanta para entrar casa al igual que Collins. Estaba nervioso, no sabía si decirle donde estaba el dinero o quedarse en silencio. Todo era complicado.

No olvidaba las últimas palabras que Abbie le había propuesto..

"Podemos escapar juntos, podemos cumplir el deseo de mis padres de ir por el dinero y desaparecer. Sólo piénsalo, Walter... Tú y yo, como siempre hemos querido. Sabemos perfectamente que Jeed no se merece el dinero, no se merece nisiquiera seguir vivo".

Se tensa su mandíbula si que trata de concentrarse. Ella seguía en la misma posición pero cuando chocan sus miradas ella mira el suelo, sabía que tenía que darle el tiempo para que lo pensará.

Walter toma asiento y aclara su garganta.

—Se dónde está el dinero, sueltala como me lo prometiste y diré donde esta. Ella sale de este maldito lío, ¿Vale?

—Mira como logras sacar información cuándo me voy, me sorprendes. Volviendo al grano, dime donde esta y la suelto, no confío 100% en ti  —Palmea el hombro de Walter.

—Está en casa de los padrastros de Abbie en el latigo. ¿Me equivoco, Abbie? —La mira profundamente. Ella trata de no sonreír y asiente.

Collins le hace unas señas a sus brabucones cuales toman a Walter impidiendole el movimiento. Collins golpe su abdomen.

—¿¡Crees que soy estúpido!? —Golpea nuevamente con furia.—¡No sabes cuantas veces fui a esa casa y la revisé!, por supuesto querida lo hice cuando ya no estabas, por eso no te encontré —Rodó los ojos.—Una pena —Ironizó.

—¡Porqué eres así! —Sus lágrimas caen, pero no de pena sino de rabia, impotencia por no poder hacer nada.—¡Cuando eras amigo de mi padre no eras así, tú eres un maldito que no tiene vida desde que no tienes a nadie con quién confiar! —Escupe, luego Collins se acerca lentamente a ella.

—Tienes razón, ¿Pero sabes algo?, lo disfrutó, ¿y sabes porqué? —Toma el mentón de ella.—Porqué siempre ganó. ¡Siempre!, ¿¡Entiendes!? —Jala de su cabello, ella hace una mueca pero mantiene su mandíbula cerrada.

—¡Pues esta es la excepción, no siempre ganarás! —Escupe sobre su cara. Collins tensa su mandíbula, se limpia mientras la miraba con gran furia.

—¡Sabes lo que me encontré cuándo fui, Walter! —Grita llamando la atención de todos los de el lugar en especial de Walter.—¡Al querido novio de Abbie, que pena que tu estabas perdiendo tu tiempo y ella, bueno se puede saber que la pasaba bien revolcandose con otro hombre. Cuantas veces te enseñé que no confiarás en las mujeres que todas son unas perras, así como le he dicho "unas simples perras". Buscan al más fuerte para hacerlo el más débil....!

Fue interrumpido.

—¡Cállate, no quiero escuchar!

Walter empieza a forzar y moverse para zafarse del agarré que se mantenía.

—Que lástima. Fueron muchas veces que vi como destruías tu vida, pero lo disfrutaba, ¿Y sabes porqué?, hey mirame —Comienza a reír.—Me ayudaste a matar personas, como los viejos tiempos. Admite que cuando no estás con ella eres el mejor, eres el único que hace mi trabajo sucio lo más rápido y muy bien. Mirala y dile que eres un asesinó, ¿O no se lo has dicho? —Pregunta burlón.

Abbie lo mira con decepción. Cuando el la mira con pena ella esquiva su mirada para mirar otra parte, está vez no llora pero si sentía que le había fallado. Pero igual le había fallado, los dos se fallaron.

—Juró, Abbie que cuándo estaba contigo nunca maté a nadie, tu me sacaste de esa vida.

—¡Ow, quién diriera que Walter Campbell estaría enamorado!, ¿Sabes algo?, ustedes me recuerdan a tus padres, Abbie. Dos enamorados que darían su vida por el otro pero no, no es así, nadie sonríe si yo no lo hago.

—¡Quiero partir tu jodida maldita nariz y todo de ti! —Walter empieza a perder el control.

Estaba al borde de descontrolarse.

—Y tú niñata —Toma la atención de Abbie.—¿Sabías que Walter sufre de ataques de irá? —Pregunta burlón.

—¿En serio, Walter? —Pregunta Walter. El la mira con gran furia.

—¡Dile donde esta el puto dinero! —Grita furioso.

—Al fin concuerdo con Walter —Dice Collins en una sonrisa maliciosa.

—¡En la puta casa donde me encontraron en el patio trasero por la casa de el perro! —Grita con todas sus fuerzas.

—¡Muy bien! —Grita para golpearla. Con la fuerza que había sido golpeada su nariz comenzo a sangrar demasiado. La desata para tomarla bruscamente de el hombro.

Walter tira un golpe hacía el brabucon de atrás y el lo suelta para tocarse la cara.

—Golpeenlo hasta que quede inconsistente —Ordena y luego mira a Abbie.—Tu y yo iremos por el cofre, no confío mucho en tus palabras.

—¡Collins, juró que pagarás por no cumplir tu promesa! —Grita Walter entre su charco de sangre. Toce un poco, luego toca su pecho sintiendo el dolor.

—Nunca cumplo mis promesas, por eso siempre ganó —Le guiña el ojo para irse con Abbie.

Ella se sentía impotente por no poder hacer nada, no podía hacer nada por él. No podía ayudarlo, ella lo había metido en el eso y se sentía culpable.

—¿Porqué tratas así a tu hijo?

—No es mi hijo, es mi hijastro —Mantiene la mirada en la carretera. Ella mira hacia la ventana recordando  cuando Walter le habló de él pero nunca imagino que hablaba de el asesino de su padre.

—¿Lo matarán? —Pregunta nerviosa.

—Si haces más preguntas a la que mataré es a ti. Pero tranquila que todavía no lo planeo pero voy por ese camino, tu me ayudas y yo lo haré por ti.

—No creo en ti. Eres el asesino de mis padres, no creerás que lo que hago es para que ganes, lo hago para que nadie más salga herido. Eso no quitará que te odio, bueno ya sabes lo que pueden llegar hacer las personas que odian —Le guiña el ojo.

WalterWhere stories live. Discover now