24.- El Tiempo Dirá

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Pude ver como Dina salía del salón minutos después de haber echo eso, parecía estar buscándome pero yo me había escondido, parecía inmaduro pero no quería hablar de esto con nadie. Todo lo que Sam me había dicho era verdad, lo comprendí asta después era cierto, si me seguía gustando Paula y por eso era que me dolía más lo que me habían echo,aunque no era mentira tampoco lo que le dije  él, me dolía de parte de ambos, tanto de Guill como de Paula.

No me sentía  a gusto así, siempre he sido una persona con claros sentimientos, expreso lo que siento y no me gusta ocultar nada, si sentía esta confusión con Paula y Sam era mejor darme una pausa antes de lastimar a alguien. Hablaría con Sam, claro, pero lo haría en cuanto supiera que era lo que le iba a decir.

—¿Por qué hiciste eso, Luca?—Era Dina, quien ya estaba sentada al lado mio, por estar pensando no sentí cuando ella llegó.

—Ni yo se bien porque lo hice... pero ahora necesito estar solo.—Me levanté de ahí y me retire, creo dejé a Dina con la palabra en la boca.

Estuve evitando a todos durante las clases, me senté solo hasta el frente, al lado de Karla una chica que no se llevaba bien con nadie, así que me mantuve cayado y no dije nada mientras estaba junto a ella y cuando las clases por fin terminaron me fui a casa, sin despedirme de nadie, únicamente tomé mis cosas y fui el  primero en salir del salón. Sentía mucho cansancio en mi cuerpo, no había echo ninguna actividad física pero mentalmente estaba agotado.

Cuando llegué a mi habitación una parte de mi quería que Sam entrara por la puerta y me dijera que le diera una explicación de lo que había pasado, pero no fue así, y supongo que fue porque tenía que ir a trabajar. Dejé mi mochila en una silla que había ahí y me tumbé en mi cama, no supe cuanto tiempo pasó pero me quedé dormido.  

No sé como aguante tanto tiempo dormido, un ruido en la cocina hizo que despertara, entre abrí los ojos y tomé el celular para ver la hora, eran las diez de la noche, bastante tiempo era el que ya llevaba dormido. Me di cuenta cuando veía la hora en el móvil que tenía siete llamadas perdidas de Sam y un mensaje que decía << Hablé con Cinthia mi gerente para pedir permiso de llegar un poco tarde hoy, necesito que hablemos, Luca, no tengo mucho tiempo porque no debo llegar muy tarrde, te espero en el parque por la cafetería a las 2:30 pm. Ya sabes dónde.               Sam 1:47 pm.>>.  

Inmediatamente desperté, no sentí cuando el celular sonó o cuando llego el mensaje, siendo las diez de la noche ya era demasiado tarde para ir con él. Lo mejor que se me ocurrió es esperarlo en su cuarto, siempre hacia eso, o bueno la mayoría de las veces, normalmente él llegaba a las 11:30pm o 12:00 am, por muy tarde, y como había dormido toda la noche no tenía sueño así que esperarlo no iba  ser ningún problema. Aunque quería ver y hablar con Sam, no sabía exactamente que es lo que le quería decir.

Pasados de las 11:30 pm se escuchó el ruido de la puerta, el único que podía ser era Sam. Me levanté y me paré justo en frente de la puerta, vi como la manija de esta daba vuelta para abrirse. —Sam, necesito decirte que..

—¿Qué? ¿Que me dejaste plantado  en el parque?,— comenzó a hablar mientras dejaba las llaves en una mesita al lado de la puerta y se adentraba en su cuarto sin voltearme a ver—no necesito que me digas algo que ya sé, evidentemente estuve ahí. Mira, lamento haberte dicho aquellas cosas la otra noche, pero me sentía molesto en cuanto a Paula, quiero decirte que no era exactamente eso lo que estaba pasando por mi mente...

—Pero tenías razón, Paula llegó y me di cuenta que jamas cerré un ciclo con ella, aún la quiero, pero no significa que a ti no te quiera, lo hago. Me gustas mucho Sam, pero no puedo estar así, necesito aclarar mis sentimientos. No soy el tipo de personas que juegan con los sentimientos de otros, no me gusta estar en esta posición, pero no se que hacer.

—Ya lo habías dicho, pero fue muy de repente lo que hiciste, por qué no lo hablaste primero conmigo, ¿por qué actuaste así?.     

 Me senté en el sillón y recargué mis manos sobre mi cara —ni siquiera o se porque lo hice, pero ahora siento que aunque no fue la forma de decírtelo, si fue lo correcto. Por ahora creo que será mejor darnos ese tiempo.

—¿Pero cuanto?—Dijo Sam quitándome las manos de la cara.

—No lo sé, el tiempo dirá... quisiera que no fuera así, poder darte una respuesta clara y rápido. Aunque me duela tampoco te estoy pidiendo que me esperes, no sería justo.

—No quiero hacer esto, maldita sea, no depende solo de ti... yo también formo parte de la relación, Luca, entiende.

La discusión seguía, quería decirle que por favor no se alejara de mí, que fuera paciente y aguardara, pero las cosas no funcionaban así, era una estupidez porque tampoco vería a Paula de nuevo como alguien con la que quisiera pasar tiempo de pareja, quería que el sentimiento se fuera, quería que ella jamás hubiera regresado. Quería poder querer a Sam sin miedo a defraudarlo. Seguía en la posición de que nos diéramos un tiempo, hasta que me cayó y dijo que no me quería seguir escuchado, no quería que pasara esto pero me sacó de su habitación y no me dijo nada, simplemente me cerró la puerta.



Al día siguiente cuando me iba a ir a clases, quería ir a tocar su puerta para irnos juntos, como los hacíamos  de costumbre pero ya no podía hacerlo. Lo que comenzaba a ser costumbre era que me encontrara en el camino a la mamá de Natalie y a ella, nuevamente me dieron un aventon hasta la escuela. La mama de Natalie seguía recordándome que no fuera a faltar a la cena que iba a preparar para mí el viernes, y yo seguía diciéndole que ahí iba a estar.

Entramos a la universidad y mi estomago comenzaba a revolverse, Natalie no hizo pregunta alguna sobre lo que había pasado ayer en clases, simplemente lo dejó pasar. Aunque tarde o temprano se daría cuenta, tanto ella como Marcus y Dina, tendría que contarles lo ocurrido. —Termine con Sam—salió sin más.

—¿Qué?, ¿pero por qué hiciste eso?

—Es algo difícil para mi contar en este momento, así que preferiría no hablar de eso ahora. Te lo digo por si quieres dejar de juntarte conmigo y estar más con Sam y ellos.—Terminé de decir y acelere el paso para entrar al salón, no esperé a Nat, me fui solo.



Al entrar al salón ya estaban todos ahí, o bueno la mayoría, Sam estaba rodeado por Marcus y Dina, inmediatamente cuando entré me miraron ambos, Sam me daba la espalda así que no vio cuando yo entré,  cuando me miraron solo me dedicaron una sonrisa triste y agacharon la mirada. Me volví a sentar hasta adelante y no me acerqué a ellos para saludarlos. El semestre se estaba poniendo feo, comprendía que ellos quisieran estar con él, pero yo también necesitaba alguien en quien apoyarme.

—Luca, ¿por qué me dejaste allá atrás?, —dijo Natalie, se sentó al lado de mi y entre la platica me abrazó—soy tu amiga y no me alejare de ti. Lo prometo.




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Una disculpa por tener tan abandonada la novela, pero últimamente mi vida no va del todo bien. Gracias por entender, los quiere El chico Raro

Después del VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora