16. Nuestra Primera Vez

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En respuesta de lo que le había había  propuesto a Sam mis labios fueron sellados por un beso, los dos estábamos de pie y mientras las caricias bañaban nuestros cuerpos caminamos hacia la cama.
Los besos no cesaban, formaban una parte importante del momento algo mágico con sabores dulces  y pequeños toques de alegría hacían que cada uno de esos besos fuera perfecto.
Con las luces apagadas y solo iluminados por una luz que nacía de una pequeña lámpara daba una atmósfera romántica, y solo para nosotros dos,  una vez más teníamos esos momentos en los que el universo era solo nuestro.
Entre besos, caricias y palabras dulces nuestros corazones latían cada vez con más fuerza, teníamos el sentimiento a flor de piel y el pulso cada vez más acelerado. 

La ropa comenzaba a estorbarnos y y poco a poco nos íbamos desvistiendo, cuando nos metimos en la cama seguían las caricias, era un momento especial y el día en que nuestros cuerpos se conocerían y presentaríamos a nuestras almas. 

  —¿Estás seguro de querer hacerlo?— Pregunté para asegurarme de que sentía lo mismo que yo y que también tenia las mismas ganas de unir nuestros cuerpos.

  —Muy seguro.

Sonreí y volví a besarle, sus besos tenían un sabor dulce y me estaba volviendo adicto a ellos. Después comenzó a besarme el cuello, la nariz y mas mejillas finalizando en los labios —Te quiero con locura, Luca—  me dijo al momento en que me tomó por la espalda y se subió en mis piernas.

— Quiero hacerte el amor, Sam, quiero hacerte tantas cosas que ni siquiera se cómo comenzar.

—La noche es nuestra y disponemos de ella.—Decía con una voz entre cortada, estaba demasiado exaltado para poder decir oraciones de forma corrida.    

Entonces nos abrazamos y con nuestras manos comenzamos a acariciarnos, toqué su espalda sus brazos y deslice mis dedos por sus suave piel, podía sentir sus músculos, y nuestros cuerpos separados finalmente se fundieron en un tercer cuerpo, uno en el que a pesar de que nosotros somos tan diferentes lograron completarse como un rompecabezas.

Era mi primer vez con un hombre, y naturalmente estaba muy nervioso, pensaba en que tal vez no sabría que hacer y que no, pero cuando todo estaba sucediendo únicamente nos dejamos llevar. Me puse el condón y comencé a penetrarlo mientras observaba su cara, veía que cerraba los ojos y al mismo tiempo entrelazábamos nuestras manos y él las cerraba con fuerza.

—¿Te estoy lastimando? —Pregunté, realmente no sabía, yo lo estaba disfrutando pero no sabía como se la estaba pasando él.

—No, quiero que continúes, me esta gustando.

Comencé a besarle nuevamente mientras seguíamos en el acto y entre el beso soltó un gemido, sonreí y volví a besarle, baje mis labios hacia su cuello y seguí en esa parte de su cuerpo. Mis nervios ya no estaban, ahora me dedicaba a disfrutarlo.  Seguimos durante la noche hasta que nuestros cuerpos se quedaron sin energía. Después, nos quedamos dormidos.

La mañana del sábado recién que me desperté volteé hacía el lado de la cama dónde suponía que estaba Sam, porque ya no había nadie  <<¿Qué hora es?>> pensé  agarré mi celular para ver la hora, 11:45 am, no era tan tarde para ser sábado.

—¿Ya estas despierto?—Era Sam desde su cocina

—Ya, buenos días.

—Buenos días—Dijo Sam, se acerco a la cama y me dio un beso— ¿Quieres almorzar conmigo?

—Seguro, tengo mucha hambre.

Mientas estábamos comiendo sabía que debía decirle lo que había pasado la noche anterior ante de pasar a la cafetería por Sam. Tal vez no era el momento, pero sabía que no tenía que dejar pasar más.

—Ayer, mientras estábamos  en el bar Natalie me besó.

—¿Qué?

—Descuida, estaba muy ebria y sinceramente no creo que haya sabido que es lo que estaba haciendo, me aparte cuando comenzó a besarme, solo quiero comentártelo para que después no te enteres por otras personas.   

—¿Crees que le gustes?

—La verdad me tiene si cuidado, el único que me gusta eres tú y nadie más. Pero puede haber una posibilidad de que si le atraiga.

—Pues deberá entender que tienes pareja.

—Ayer se lo deje muy claro, Sam, ademas sabes que te quiero a ti. Ya no hay que hablar de esto, no quiero arruinar este día.

—Realmente me la pasé muy bien anoche. Fue mágico.

—Te confieso que estaba muy nervioso, anoche fue mi primera vez. No sabía si estaba haciendo bien las cosas y eso me tenía un poco aterrado.

—¿De verdad fue tu primera vez?—Dijo un poco sorprendido.

—Lo juro, jamás había tenido sexo con alguien.

Después miró el reloj y vio que se le estaba haciendo tarde para irse a la cafetería al trabajo, se iba a meter a bañar rápido para irse.

—¿Quieres que te acompañe?

—No es necesario, pero si gustas sí. 

—Está bien, también me iré a bañar rápido, ya regreso.

De camino a la cafetería íbamos discutiendo si en verdad no iba a poder llegar a la hora del partido de Marcus, iba a comenzar a las nueve de la noche y se iba a terminar a las doce, el salia a esa hora pero como estaba capacitando a Kaled podía salir un poco antes —Trataré— fue lo que dijo, él sabía que el partido era muy importante para nuestro amigo, tenía que hacer lo posible para ir.



Después del VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora