Capítulo 9: "Bóveda"

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Aun puedo recordar lo sofocante que fue rondar por horas en el automóvil esperando que Solange decidiera que hacer al respecto. Según ella, la llave que yo tenía permitía abrir la caja de seguridad que era guarda en un banco privado al norte de la región, de camino hacia la frontera, donde la seguridad era más reforzada que en la capital, debido que allí solo Vivian personas de altos ingresos.

- He pensado- dijo Isma mirando por el pequeño espejo retrovisor- que la única forma de entrar al banco sin que seamos descubiertos es que me haga pasar por Eva y Emil por el abogado de Eva.

- No lo se- contesto Monik sacándose de los dientes un pedazo de comida- Emil es un cretino, de seguro se equivoca de personaje.

- Ya basta Monik- interrumpió Solange tomándose la cabeza- no podemos dejar que nos descubran e Isma tiene una buena idea, el problema es que si nos detectan todo lo que hemos avanzado hasta ahora se perdería, sobre todo si ese bastardo de Grend está con ellos...

- ¿Quién es Gren?-pregunte ingenuo.

- El único payaso de los modificados que se dedica a darnos caza- contesto Monik dando golpecitos en el vidrio- es un imbécil.

- Yo creí que solo el gobierno las perseguí, jamás me hubiera llegado a imaginar que uno de ustedes podría querer matarles sobre todo si han compartido un vivencia tan cruda como...

- Venga Emil ¿aun crees que todo el mundo es bueno y empático?- rio sarcástica Monik- la verdad es que ese mal nacido está obsesionado con reclutarnos, nos da caza y nos deja con vida para que los otros imbéciles nos estudien...

- Tu eres a la única que quiere ver muerta mi quería Monik- interrumpió sonriendo Isma

- ¿ A qué te refieres con eso?- pregunte interesado

- Monik casi le arranca la cabeza- sonrió Solange- ella golpeo su sien con tanta fuerza que cayó al suelo, luego tomo el arma y cuando le iba a disparar, aparecieron sus compañeros y le salvaron.

- Solo tuvo suerte- agrego Isma- Monik le hubiera matado sin pensarlo.

Luego de aquella conversación detuvimos frente una gasolinera, donde Monik compro un centenar de papas envasadas y sodas, esperando que nos alimentáramos solo con eso. El camino fue una especie de preparación para lo que se vendría, una vez que estuvimos en la ciudad, Isma se detuvo frente a una tienda donde compro ropa y lentes de sol para dar cierta presencia a lo que una vez fue Eva. Nos vestimos en el auto, mientras Monik y Solange ordenaban todo para tener una escapada rápida en caso de emergencia. Una vez listos, me impresiono lo que estaba viendo. Eva había tenido su regreso triunfal de la muerte, incluso en su forma de tomar el cigarrillo era idéntica. Se bajó un poco los anteojos y me miro, sonriendo.

- No te pareces en nada al abogado de Eva- dijo acomodando nuevamente sus lentes.

- Eso está claro- señale- no soy él.

- No te preocupes, mientras estés a mi lado serás él- murmuro encendiendo el cigarrillo- Mi habilidad es crear ilusiones, hacerles creer a las personas algo que es mentira.

- Vaya, eso es sorprendente, de verdad me haces creer que eres Eva- musite nervioso- tu voz...es idéntica a la de ella.

- Esto solo funciona frente a las personas normales...-dijo Monik- un modificado la detectaría de inmediato, por eso tememos que el imbécil de Grend este en la ciudad, sobre todo ahora que sabe que Isma está con nosotros.

- Todo saldrá bien...es hora de actuar- interrumpió Isma decidida.

Nos estacionamos frente al banco y caminamos directo hacia la puerta principal, ansiosos ante la posibilidad de que nos detectaran. Un ejecutivo se nos acercó muy amable y nos saludó muy sorprendido, mas Isma lo interrumpió.

- Escuche- dijo sonriendo- necesito ir por mi secreto.

- Claro- contesto nervioso- siga por aquí.

Transitamos por unos pasillos adornados con elegantes colgantes, donde al final de este, una puerta gigantesca de metal se abría ante nosotros. En su interior un montón de casilleros me pusieron nerviosos. El hombre se dirigió hacia uno de los casilleros y lo abrió, sacando de su interior una pequeña caja de seguridad. Isma estiro su mano y me pidió con una mirada la llave.

- Los dejare solos- dijo saliendo.

Isma, ansiosa, abrió la pequeña caja y en su interior una sorpresa nos esperaba. Dos pendrives y una carta era solo lo que había ahí. Según Isma fue algo decepcionante, ya que los pendrive no eran del todo seguros, aun así los tomamos y caminamos raudos hacia la salida, mas, antes de llegar a la puerta principal, nos percatamos de la presencia de la policía que ya nos habían detectado.


El legado de EvaWhere stories live. Discover now