Capítulo 1: "Confesión".

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Sería poco ético hablar de mis pacientes de esta manera, pero no tengo legado más que dejar que estos escritos y en ellos plasmar esta historia, que por más irónica y extraña que suene ocurrió en los fríos parajes de esta calmada ciudad.

Me amenazó, me dijo que hablaría con todos y me hundiría, pero yo jamás le creí y ahora que me veo entre la espada y la pared no me queda nada más que relatar cómo ocurrieron realmente las cosas, no porque tema enfrentar a la justicia, si no porque sé que mi voz de alguna manera será apagada y yo como persona me iré a la tumba con este remordimiento.

Mi asesino lo sabe. Sí, siempre lo supo y aun así trato de exprimir todo lo que poseía para beneficiarse y tener claro que yo no podría defenderme, es que era su palabra contra la mía ¿Cómo podría ganarle? Así que cuando asesinó a Eva, yo guarde silencio y procure no pronunciar jamás nunca jamás el nombre de la bastarda enfrente de nadie.

Ahora me veo aquí, como alma en pena, esperando que los rayos del sol golpeen las persianas y revelen mi deplorable figura exhausta por los secretos guardados y las mentiras contadas.

Solo para adelantar todo esto, y dejarlo en claro ¡Yo jamás asesine ni tuve motivos para hacerlo antes de que esta persona terminara por destrozar mi vida!

Así como la confesión de un simple ser humano puede ser definitivo antes de que marque mi cuerpo con una bala y todos, incluso el portero, corran en mi auxilio y me intenten proteger de lo que inevitable, porque yo se que me encontrara y se que soy demasiado cobarde como para tomar la iniciativa de aniquilarme, aun así debo tener en mente si quiero morir en sus manos o en las mías. 

El legado de EvaWhere stories live. Discover now