Capítulo 2: "Todos Mienten"

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Cuando vi por primera vez a Eva, me pareció una mujer radiante, guapa y llena de vida. Llego hasta mi consulta luciendo su cabello rubio que eran acompañados por los ojos azulados más hermosos que he visto hasta ahora y una piel que solo hacia semejanza a las muñecas de porcelana. Si, Eva era hermosa en todos los sentidos. Sin embargo estaba aquí, en mi sofá con un cigarrillo en la boca y una mueca de disgusto que parecía fulminar a cualquiera que osara molestarla.

- Me presento, soy el terapeuta Emil Lawrrence...

- Basta de presentaciones- interrumpió botando el humo del cigarrillo- Vera, estoy aquí porque no tengo con quien desahogarme y usted me parece alguien bastante anónimo como para descargarme ¿supongo que eso no es una molestia?- sonrió irónica- Me gustan las cosas claras Emil. Soy básicamente una escort y si, vendo mi cuerpo para ganarme la vida ¿hay algún problema con eso?

- Por supuesto que no- dije mirándola- yo estoy aquí para escucharte y ....

- No.- río ella- no, no, no...no me digas que me ayudaras y que trataras de sanarme- suspiro- básicamente estoy tan rota que nada podrá mejorar ese estado y déjeme decirle algo, no pido que me de consejos, pero si que me escuche y que entienda mi situación Emil.

- Claro - asentí con la cabeza.

-Todo esto inició con una estafa y claro una prostituta como yo está interesada en las estafas grandes y de cuello blanco.- fumo y boto el aire rápidamente- no, comenzaré por el principio ¿eso es mejor?-preguntó apretando los dientes.

- Donde usted estime conveniente.

- Es sencillo mentir Emil-sonrió bajando la mirada- siempre es más sencillo mentir...¿Alguna vez vio ese programa de un doctor que era bastante sarcástico? creo que su nombre era House o algo así- se aproximo a la mesa de centro para dejar la colilla del cigarrillo- pues bien ese hombre tenía una filosofía bastante interesante y él decía que todos mentimos.

-Comprendo- dije moviendo mi pie- ¿Usted de verdad cree que todos mentimos?

- ¿y eso no está claro?-preguntó ella irónica- la pregunta correcta señor Emil, es si podemos confiar en los demás y esa es la verdad. La confianza es algo que se gana y yo como escort me he ganado la confianza de muchos hombres y mujeres, pero no es suficiente y he tenido que jugar sucio en muchas oportunidades para estar en la cúspide.- su rostro se palideció- tienes que morder el polvo para disfrutar de la cima, Emil.

Esa sesión fue algo tensa. Recuerdo que Eva me habló mucho sobre estafas que sus clientes hacían y que ha sentido miedo en muchas ocasiones. Que uno de ellos le había golpeado y que intentó matarla, pero que huyó apenas tuvo oportunidad. Que muchas veces iba a la policía pero nadie le creía y que tuvo que aprender a subir a las grandes ligas del mundo de la prostitución para ganar el respeto que tanto anhelaba a costa de otras mujeres dentro de su mismo rubro. Me explico porqué todo para ella era una mentira y me dejó comprender que bajo rostros más hermosos se ocultaba la bestia más podrida de todas.

Si, en esa primera sesión Eva llamó mi atención no solo porque era inteligente y sabia lo que era el mundo, si no porque guardaba secretos dentro de sus secretos. Una de las frases que marcó esta primera visita fue la que referencio de Friedrich Nietzsche  "Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida" a la que agrego un risa final.

Yo, en aquel entonces, estaba sorprendido por esta hermosa mujer, pero si hubiera sabido lo que pasaría más adelante me habría retractado y le pediría que no volviese nunca más a mi consulta, aun así estoy aquí entre la espada y la pared con una hoja y un lápiz y con el miedo constante que mi muerte llegue en cualquier minuto. 

El legado de EvaWhere stories live. Discover now