Una vez llegaron a la entrada principal, Vernon abrió la puerta para entrar primero y verificar que no hubiera nadie. Ren mientras tanto se encargaba de vigilar desde las pocas cámaras a las que tenía acceso y pronto se extrañó al ver

«Absolutamente nada»

*Chicos, algo no anda bien* anunció rápidamente, poniendo un tanto ansiosos a los demás.

-Sé más claro, Ren -pidió la pelinegra, haciendo que su pareja comenzara a dudar.

*Creo que deben salir de allí. Las camar- no- es- ligro- chicos- chi-*

-¿Ren? Ren, ¿qué está pasando? -inquirió la joven, preocupada.

-Lo estamos perdiendo -aclaró Joshua, algo asustado.

-Esto no me da buena espina -expresó el menor y elevó su arma en alto, listo para disparar.

*Chi- *

En ese momento un aturdidor sonido resonó en sus oídos provocando que tuvieran que apagar sus intercomunicadores y volver a encenderlos, pero cuando lo hicieron ya no podían oír nada. La voz del joven se había perdido por completo y eso significaba claramente que ahora tendría que seguir a ciegas.

-¡Maldita sea! -gritó Ren frente a su computadora y rápidamente intentó recuperar la comunicación. Tenía que advertirles, tenía que sacarlos de allí. Eso no era nada más que una maldita trampa y ellos habían caído como moscas.

_____ suspiró y ahora sacó su otra arma de la funda, lista para cualquier cosa. Si los Mikage estaban al tanto de su presencia, debían estar preparados para lo que sea. Pronto le hizo una seña a Joshua para que la siga y continuaron avanzando siguiendo el GPS que traían en la Tablet del menor. La joven conocía muy bien este tipo de flotas porque no era muy distinta a la de los Yenaid y si su memoria no le fallaba, podía asegurar que, en la parte posterior, debajo del control de máquinas, había celdas para los prisioneros inesperados y no dudaba de que su hijo pudiera estar allí.

No tardaron mucho tiempo en llegar a la misma conclusión de Ren, pensando que allí pasaba algo raro. Ni siquiera se habían cruzado con una sola alma en un trayecto de metros de distancia desde la parte superior hasta la popa. Sin embargo, las cámaras estaban encendida, el sistema de ventilación andaba perfectamente al igual que la iluminación y las computadoras en la sala de control.

-Quizás fueron a nadar un rato -intentó bromear Vernon. Sabía lo que pensaba la joven pero no quería ponerse más nervioso de lo que ya estaba.

Cuando llegaron a las celdas, ______ se precipitó a hacer volar la puerta con un explosivo de baja intensidad, pero de lo que no se percataron fue que la onda expansiva había activado un conteo.

Ren se alteró cuando comenzó a escuchar ese sonido. Al estar conectado a las cámaras y al sistema de seguridad, el conteo apareció en su pantalla en el momento en que se inició, logrando que no solo se desesperara, sino que luchara con todas sus fuerzas por recuperar la comunicación.

-Maldita sea, juro que los mataré a todos -gruñó y pronto volvió a oír la voz de los demás.

-¡Chicos! ¡_____! ¡¿Me oyen?!

Nada, al parecer solo podía oírlos, pero ellos no a él. ¿Qué más podía hacer? Ya lo había intentado todo. El genio en eso siempre fue _____ o Joshua. No tenía idea de qué más intentar. En estos momentos sin duda servirían sus celulares. Lástima que no hay señal en alta mar.

-Escúchame bien, mierda de mierdas -comenzó a hablarle a la computadora mientras desconectaba los cables y los reemplazaba por otros de alta frecuencia -El amor de mi vida está a punto de volar en mil pedazos y si no te conectas ahora mismo, juro que te haré pedazos y te venderé en la feria por medio centavo.

Por Venganza (Nu'est) -3° Parte-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora