20- Viaje inesperado.

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— ¿Lista para entrenar?

— Hola Taily, sí, creo que me estaban naciendo raíces al piso de la habitación.

— Bien, iniciemos con un poco de defensa con espada, sé que sigue siendo tu punto débil.

— Prefiero el arco.

— Si logras tres de cinco, pasaremos al arco.

— Me parece justo.

El entrenamiento con espada era realmente difícil, tienes que ser rápido, firme, cuidar la estabilidad de tus piernas, contratacar a tu oponente y adivinar su siguiente movimiento, eso sin contar con el increíble peso que tiene la espada. Tome la posición de inicio, mi espada en una inclinación desde la parte inferior del torso hasta la parte superior de la cabeza. Taily comenzó sus movimientos rápidos, fluidos; las espadas no tenían filo, especiales para entrenar y realmente lo agradecía, con lo mala que era seguramente mi cuerpo estaría muriendo en este momento; termine en el suelo.

— Recuerda que si apuntas mientras estás de frente a tu enemigo, tendrás que prepárate para inclinar tu espada para bloquear o esquivar, no tienes mucha fuerza en los brazos por lo que tardarías más tiempo y eso podría valer tu vida.

— Entiendo.

— Balancea la espada apropiadamente, si encuentras el ángulo correcto, funcionará como una palanca. Utiliza tu mano débil para guiarla, la mano fuerte para entregar la fuerza al ataque o al desvío de golpes. Intentemos de nuevo.

Practicamos por más tiempo, descansamos para comer en la "cueva" de Taily, si, ella le dice así.

— ¿Anthony te enseño capoeira?

— ¿El baile? —Sonrió y negó entregándome el plato con comida.

— No. La capoeira es una forma de artes marciales, tiene su origen en África y Brasil en la tierra. Fue creado por los esclavos africanos en Brasil para luchar contra los invasores de Portugal y los vampiros. Fue considerado como una danza, pero realmente era un entrenamiento de combate, bastante completo si me lo preguntas.

— ¡Wow! No lo sabía. Es genial. Anthony no lo menciono.

— Él es bastante bueno en eso.

— En todo lo relacionado al combate.

— El creció así, es lo único que conoce.

— Ya veo.

Paso un mes sin rastros de Zem o Anthony, al parecer el ataque había causado una gran baja en las personas así que fueron a Booloks. Me sentía orgullosa del avance que estaba teniendo en mis entrenamientos, incluso Taily decía que para haber vivido como humana realmente tenía una habilidad.

— Toc, toc.

— ¡Anthony!

— Me dijeron que estas mejorando en combate, te dejo un mes y ahora representas una amenaza para mi integridad.

— ¿Tienes integridad? —Dije en tono de broma y lanzándole la almohada.

— Sigo teniendo mejores reflejos. —Congele la almohada.

— Pero tengo mejor control de los elementos que tú.

— No discutiré eso. Solamente quería informarte que mañana saldremos temprano, vamos a una misión.

— Se van...

— Nos vamos, tú vendrás con nosotros, Zem, tú y yo.

— ¿De verdad?

— Si, nos vamos a medio día.

No dijo más y desapareció con esa sonrisa de "yo sé algo que tú no".

Me costó mucho trabajo dormir, ¿A dónde iríamos? No había salido de Dromen desde que llegue.

— ¿Lista?

— Si. —Seguí a Anthony quien me dirigió al lugar secreto de Zem, esta vez no me sorprendió tener que brincar en la nada y llegar a ese mágico lugar— ¡Zem!

— Hola Sussan. —Su sonrisa era tierna, cálida y honesta.

— Bien entonces, ¿todo listo?

— Me asegure de que Argrem estará fuera, pensaba ir a Vampeira... tenia... cosas que atender. —No pude evitar darme cuenta del tono de odio con el que hablo Anthony, Zem asintió.

— Cierra los ojos e intenta contener el aire.

Dibujaron algo en el suelo, nos cubrió una masa negra, cerré los ojos. Un viento frio y una sensación de mareo bastante insoportable, sentía que algo oprimía mi cuerpo y después mi cabeza a punto de explotar.

— No termino de acostumbrarme. —Se quejó Anthony; me quede sentada en el pasto, intentando recuperarme, Zem se inclinó frente a mí, su rostro estaba realmente cerca, extrañaba verlo, extrañaba ese ligero olor a hierbabuena.

— ¿Te encuentras bien?

— Sí, creo que viviré.

— Te lo dije, es más fuerte de lo que crees Zem.

— Bien, vamos.

Me parecía bastante familiar, casi podía jurar que estaba en la tierra, para ser exactos en Guadalajara, México. Pero era imposible.

— Esta casa está vacía, no escucho ningún corazón y no percibo el olor de algún ser.

— Bien, entremos.

Entramos a una casa amarilla, tenía muebles de madera al estilo clásico, cuadros de paisajes y animales. Se veía bastante limpio, tenía una repisa debajo del espejo, con miniaturas de las principales estructuras del mundo. Me gire para preguntar y Zem sonrió divertido.

— Si, estamos en la tierra.

— ¿Pero cómo? ¿Por qué? —Ambos hermanos se miraron y sonrieron mostrando los dientes, eso era raro de ver.

— Conseguimos esto de una Tamanty, son las que mejor gusto tienen.

Tome la maleta dudando, ambos me veían sonrientes, lo saque con cuidado impresionada, un enorme vestido, grande, hermoso y brillante. La mitad trasera caía como pétalos de rosa en color gris aumentando su intensidad, con el contorno negro; el frente estaba repleto de tul gris, con mangas de hombro caído bombachas de tul con brillo. Escote en forma de corazón con una cinta de brillosas piedras en blanco, perla, gris y negro.

— Es... hermoso. —suspire impactada ante la belleza del vestido.

— Es bueno saber que te gusto. —Dijo Anthony divertido por mi asombro.

— No entiendo, ¿Por qué?

— La pregunta correcta es: ¿Para qué? —El tono emocionado de Zem me desconcertó aún más.

— ¿Para qué?

— El baile de invierno. —Concluyo Anthony despreocupado.

— Anthony lo menciono, así que organizamos todo, es hoy en la noche.

— Pero... no entiendo...

— Tus compañeros creen que te ausentaste por un traslado, se sorprenderán al verte pero aun así no pasara nada.

— Yo... no sé qué decir...

— Gracias, por ejemplo.

Coloque con cuidado el vestido sobre el sillón, corrí a abrasarlos.

— Gracias, son los mejores.


3-La historia que no fue contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora