9- Recuerdos perdidos.

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No escuche más, Granthe me alejo, llegamos a un pasadizo oscuro y repleto de polvo, parecían calabozos. Me empujo dentro de una celda y cerro con llave.

Me sentí mareada, me senté en el suelo, pero poco a poco mi cuerpo dejo e tener fuerza, perdí el conocimiento.

Fracciones de recuerdos venían a mi mente.

No más de cinco años, corriendo en un jardín con tres niños, riendo a carcajadas persiguiendo una mariposa morada.

— ¡Sussan!

— Zem.

— Tengo algo para ti. —Una hermosa flor que parecía una mariposa— Es casi tan linda como tú.

— Gracias Zem —un abrazo cálido. Su olor era tan fresco como la hierbabuena.

Golpes, piedras cayendo, fuego, gritos, golpes metálicos y humo. Estaba llorando con desesperación, una señora me dijo que cerrara los ojos, me abrazo y desaparecimos.

Diferentes lugares y personas, en un mundo metálico, un rostro conocido, uno de esos niños, Zem. Un mundo repleto de agua, personas extrañas, desconcierto, era como ver el paso de los años. Finalmente mi familia, mis hermanos, la muerte extraña de mi tía (mi protectora). El encuentro con Zem en cada cumpleaños, en la calle, colegio, siempre como una casualidad.

La llegada de Él, mi adolescencia ocultando mi habilidad con los elementos, conociendo a Ahiry. El ataque de Paul, Valdemir y Deamon. La visita de Zem esa noche, no fue un sueño, él realmente estaba ahí. Mi adicción al olor de hierbabuena, era por él.

Cada sentimiento, cada emoción, de pronto recordé a Kaurus, un hombre imponente idéntico a Argrem golpeando a Zem. Corrí para interponerme y recibí una bofetada.

— Ustedes son un error. Ninguno de ustedes tendrá el poder, únicamente mi hijo, Meikel, podrá ser el rey.

El sentimiento de ser despreciados por él, solamente estábamos tranquilos lejos de él o con Argrem cuidándonos.

Un dolor en el pecho y en la cabeza me estaba matando, sentía que reventaría y me faltaba el aire. Todo daba vueltas, imágenes constantes, sentimiento de ira, alegría, tristeza; todo junto. Mi cuerpo ardía, comencé a intentar pelear con esos recuerdos que embriagaban mis pensamientos, había perdido los sentidos básicos, no estaba segura de estar despierta o dormida. Me concentre en la mirada cálida de Zem, el olor a hierbabuena y en su voz.

— Sussan...

Escuchaba una voz distorsionada, el dolor era insoportable, intente regresar con la vista borrosa perdida por las imágenes de diversos recuerdos, creo que estaba gritando, la verdad no sé, no había sentido tal desesperación, dolor y confusión sentimental.

— Sussan...

Una voz suave, intentaba respirar y concentrarme en esa voz.

— Sussan... —Calor mucho calor, ¿estaba muriendo? — Sussan, ¿Estas bien?

Logre zafarme de todo eso, me sentía cansada y aturdida, seguía en el calabozo, había destrozado la pequeña cama y la silla. Mi respiración era acelerada. La habitación era un desastre, arena en el suelo, indicios de fuego y agua; yo lo había ocasionado.

— Por favor dime que estas bien. —Era la voz de Zem, cálida y desesperada.

— ¿Zem?

— ¡Sussan! ¿Estás bien?

— Si... — me solté a llorar, había sido la peor de todas mis experiencias.

— Aléjate de la puerta. —Como pude me moví, una explosión se escuchó fuera, la puerta se abrió de golpe, había roto la chapa— Gracias Anthony, distráelos por favor.

3-La historia que no fue contadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora