Prólogo

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 advise:

Para quienes leyeron este fanfic, y para los nuevos que lleguen, comento que el fanfic ha sido editado, van haber nuevas escenas, el nombre de la protagonista será cambiado y la narración será más compleja. Por ello se pide comprensión ante el tiempo que me tomaré en subir cada capítulo.
Amaría demasiado a quienes lo relean, para que así no se confundan con el transcurso de la historia. Gracias por leer, me hacéis infinitamente feliz. 

Disfruten de la lectura, así como yo disfruto escribirla <3

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La noche era fría y oscura. El viento soplaba fuerte en las calles de Seúl. Gotas gordas caían del cielo grisáceo a cántaros, mojando la carretera y todo aquél que estuviese bajo de esta sin ningún medio de protección para cubrirse y no empaparse con esta lluvia.

Estaba conduciendo el auto. Era el cumpleaños de mi hermana y teníamos que llegar a como dé lugar, si no, nos mataría de la manera más cruel e imaginable posible y no mentía. Tammy solía ser dulce a la vez que vengativa...

—Jackson, deja de jugar —espeté, golpeándolo en el antebrazo con una mano, sin quitar la mirada de la carretera ni del volante.

Mi amigo comenzaba a molestarme hincándome con su dedo índice en el estómago, ocasionándome cosquilleos y generando que mueva el volante de forma brutal en otra dirección. Me desvío del camino, pero lo retomo de nuevo y veo de mala manera a Jackson, quien sonríe avergonzado y pone la expresión de haber actuado como una persona inocente, sin ápice de haber cometido un delito.

—¡Cuidado! —grita Hwoyong, haciendo que me exalte y mire con desesperación hacia la carretera.

La pista estaba resbalosa, sentía mis nervios a flor de piel, y el sudor frío bajando por mi frente. Con una maniobra que nunca en mi vida había usado, esquivé a la persona que estaba en el centro de la pista.

¡Mierda!

El sonido de las ruedas chillar bajo nosotros, y los leves rayos que pasaban, sólo ocasionaba que nuestra piel se tornara de gallina.

Las ruedas comienzan a resbalar en la pista.

No puedo controlar el auto.

Parecía que los frenos no cedían ante mi mando.

La lluvia era muy densa y fuerte.

Lo último que vi fue ese árbol gigante frente a nosotros, antes de que todo se tornara oscuro.

Habíamos chocado.    

Ghost; Mark Tuan; Im JaebumWo Geschichten leben. Entdecke jetzt