—¡Qué idiota! —Exclamó, mirando sorprendida a través del vidrio. —¿Y encima tiene el descaro de tocar la bocina? 

—Ese hombre no tiene una idea de conducir. Jamás en tu vida hagas eso, Nick. Podrías matar a alguien. —Reflexionó Niall en cuanto recuperó el control del volante. 

Nick, impulsiva como ella sola, bajó el vidrió de la ventana y se quitó el cinturón de seguridad. Sacó casi la mitad de su cuerpo hacia afuera y, sin pensarlo dos veces, le mostró su dedo medio al hombre del otro auto, que ya estaba un poco más atrás. 

—¡Nick! —La regañó Niall, fallando al intentar reprimir su risa. 

—Lo siento, necesitaba hacerlo —Rió Nick, tirando del botón que subía la ventana automáticamente y se puso el cinturón nuevamente. 

El resto del viaje fue mucho más ameno.

Al llegar, Niall preparó algo de comida para los dos y se sentaron a la mesa del comedor, como si hubiese una gran familia que alimentar, cuando en realidad sólo eran dos personas sentadas en uno de los extremos de una mesa para ocho o diez personas. Nick pensaba que era genial y se sentía importante. 

Por la tarde se lanzaron sobre la cama de Niall y vieron programas estúpidos. Durmieron un poco. Y al despertar se prepararon para ir a hacer todas las compras necesarias para la fiesta: Alcohol y comida. 

Un par de horas antes de que todo comenzara, Courtney apareció en casa y, antes incluso de saludar a Niall, le lanzó una mirada asesina a Nick. Ella sólo se encogió de hombros, tratando de decirle con los ojos que ella no tenía la culpa de nada. Era casi como si ella hubiese presenciado cada momento que vivieron en Brighton. Pero Nick sabía que no era así. Y estaba contenta a pesar de su presencia. 

Niall se veía feliz de volver a verla. Eso era importante. 

Entre los tres se encargaron de hacer los preparativos y organizaron sus labores. Niall estaba sorprendido de la buena acogida que tuvieron las chicas en cuanto al orden, se notaba en su rostro. —Todo sea por su sonrisa —pensaba Nick, cada vez que Courtney le dirigía la palabra. Ella también estaba haciendo un esfuerzo y se lo agradecía muchísimo.

Al fin llegó la hora de esperar a los invitados, quienes no tardaron en llegar. En poco más de una hora, la casa ya se había llenado de gente y la música sonaba a buen volumen. Nick había oído al menos ocho veces a Niall culparla pos los globos de colores en la puerta de la casa. Ella había insistido en que si no había algún indicio de fiesta, algunas personas podrían confundirse o no hallar su dirección, pero Niall pensaba que eso sólo lo haría parecer fiesta de cumpleaños infantil. Aunque terminó por acceder, como siempre.

Jake estaba ahí y no hacía más que observar cada cosa que Nick hacía. Llevaba así más de dos horas, pero ella no haría nada al respecto. Sabía que era sólo un intento vago por llamar su atención y convertirse en una víctima. No iba a funcionar. Nick estaba teniendo una buena noche y lo único que le importaba era que Niall tuviese una fiesta épica o, por lo bajo, inolvidable. 

Sin embargo, Jake logró salirse con la suya, al acercarse a ella, algo tambaleante e inseguro en cuanto la vio sola dentro de la cocina. ¿Era posible? No llevaba más de un minuto ahí y él ya había ido por ella. 

—No tengo tiempo, Jake. Debo que llevar estas cosas ahí afuera. —Dijo, antes de que él pudiese abrir la boca. Tomó una bandeja de canapeses con ambas manos y se hizo espacio para pasar por su lado. —Además estás ebrio. —Agregó sin voltearse y salió de la cocina. 

No es que estuviera a punto de desmayarse, ni mucho menos. Pero sí evidenciaba un poco su estado de alcoholización.

Jake salió tras ella, sin mucha prisa y se apoyó en el marco de la ventana corrediza. Esperó allí, mientras Nick ponía la bandeja sobre una pequeña mesa de vidrio y se apoyaba sobre los hombros de Niall, haciéndose partícipe de la divertida conversación que mantenía con Zayn. 

Not The Right One (fanfic n.h)Where stories live. Discover now