Al borde del caos

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Edward se instaló en un hotel en Cheshire. No era lujoso, pero tenía lo que necesitaba. No estaba de humor para soportar los sermones de su madre y de Gemma. Cuando ambas estaban furiosas se comportaban igual: con sermones y sermones. Había apagado su otro móvil para evitar sus llamadas. Había pensado en esa tarde ir a diferentes disqueras para probar suerte. Gracias a Brandon, logró hacer el cover de unas cuantas canciones y sacado un CD. Se preguntaba si su plan tendría éxito y sería aceptado. Sacó un papel arrugado de su equipaje que Brandon le había dado. Contenía allí las diferentes disqueras reconocidas y famosas en Londres y en las cuales tendría que ir para ser contratado.

Comenzaba a ponerse nervioso sobre esa situación, pero recordaba perfectamente los consejos de Brandon:

-          Estas disqueras son muy famosas y siempre andan buscando nuevos talentos. Con este CD y un breve resumen de tu vida, puede abrirte las puertas a la fama. No hables mucho de ti, solo habla de lo que le interesan. No los aburras, haz chistes, a ellos les gusta la gente carismática. Arréglate bien para que vean que tienes clase y porte y si te piden alguna referencia musical, tan solo con decir la de tu hermano estoy seguro que te contratarán. Diles que tienes contactos, como yo, y también estarán interesados.

“Ojalá Brandon me hubiese dado un manual” pensó Edward. Pero estaba decidido y tenía que arriesgarse. Metió el CD en su mochila, cogió su abrigo y salió.

Cubrió su cabello con una gorra y sus ojos con unos lentes aunque el clima fuera nublado. Aparcó frente a una disquera en la ciudad llamada High Music . Apagó el auto y se bajó. Caminaba hacia la puerta cuando vio a Emma reír junto a un chico. Un momento ¿Emma? ¿Ema Russell? Edward se detuvo en seco y se giró para verla caminar. Si, era ella y estaba con…su novio. Se quedó un rato viéndolos, parado en medio de la cera. Emma reía junto a su acompañante cuando de improvisto volteó y su sonrisa se borró al verlo. Al instante en que hicieron contacto visual, se quedaron viendo por unos segundos.

-          Edward- musitó ella, asombrada.

Edward vio a su acompañante. Patrick Lewis. Edward se sentía tan incómodo y estorbado que simplemente se dio la vuelta. Emma en cambio, se apresuro en alcanzarlo antes de que el entrara a la disquera.

-          Edward, espera- le llamó.

Edward se detuvo e inspiró profundo. Se giró sobre sus talones y la contempló, cara a cara. Ella aún seguía igual de hermosa, pero sabía que sus ojos escondían esos oscuros sentimientos. Sabía que ella aún seguía destrozada.

-          ¿Qué?- le preguntó con brusquedad.

-          Hola- susurró ella, manteniéndose firme-. ¿Y-ya regresaron tan pronto? Creí que volverían…

-          Percances- contestó antes de que ella hablara-. Solo percances.

-          No- negó ella, viéndolo a los ojos-. fue algo más que eso ¿no?

-          ¿Y desde cuando te preocupas por mí, ah?- le cuestionó Edward-. ¿Ahora que no estamos juntos si te interesas? Mejor vete con tu novio, de seguro tienen cosas más importantes que hacer.

-          Edward- le llamaba, pero él simplemente entró a la disquera ignorándola.

Entró a la disquera. El frío del lugar blanco y brilloso le erizó la piel. Se dirigió hasta el mostrador, donde residía una guapa secretaria de ojos verdes. Edward carraspeó para que ella lo atendiera.

La secretaria le miró maravillada y con desconcierto:

-          H-Harry Styles- titubeó emocionada.

The Styles Twins: Against Destiny (EN EDICIÓN)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt