Al fin lo divisó. Lejos. Recostado sobre la arena con sus brazos cruzados detrás de la nuca. 

Volvió a entrar y todo el mundo ya se había metido en sus habitaciones a dormir. Lo necesitara o no, iría a darle algo de apoyo a su mejor amigo. No sin antes preparar chocolatada para él. Por supuesto. Sólo esperaba que no estuviera frío cuando lo alcanzara, pues se había ido al menos unos cien metros más lejos de la casa. 

Niall se volteó a verla cuando ya estaba cerca y se incorporó, mirándola con un gran signo de pregunta en su rostro. Nick se sentó junto a él y estiro sus manos con la taza entre ellas. 

—¿ Chocolatada? 

Sonrió sin contenerse y aceptó la taza. —Tú si sabes. 

Nick no pudo evitar enarcar una ceja, haciéndose la interesante. Luego volvió a mirarlo y reparó en su rostro abatido. —¿Estás bien? —Susurró, casi mezclándose con el sonido del agua al golpear en la arena. 

Niall asintió. 

Mentiroso, pensó. 

—Niall.. sé que no soy buena con los consejos y todo eso, lo admito —bromeó. —Pero puedo escucharte si quieres hablar. 

No, no le apetecía en absoluto escuchar hablar sobre Courtney. Sobretodo porque tenía perfectamente claro que no iba a decir cosas lindas sobre ella, y se notaba a leguas en la expresión que llevaba consigo. Pero, vamos. No iba a dejar que se tragara toda esa mierda que tenía metida y podía dejar sus propios sentimientos a un lado por oír sobre los de su mejor amigo. 

Niall suspiró, y sin dejar de mirar hacia el mar, dijo: —Sí sonrío en estos días, me aprece que es sólo gracias a ti, Nick. 

Con eso bastó para encender algo dentro de ella, hacerla sentir grande. Pequeñas partes de su cuerpo se acomodaban, nerviosas y alteradas, pero felices a la vez. Todo el asunto de "Es sólo Nick" se convertía en la nada misma al lado de lo que él acababa de decirle. Ella misma, Nick Wilcutt era la autora de las sonrisas de Niall. ¿Podía pedir algo más en ese momento?

Sonrió, tímida y desvió la mirada al mar, al igual que él. Se produjo un silencio que los envolvía. Y sólo eran Nick y Niall. Y Nick no quería absolutamente anda más que eso. 

No importaba cómo se había sentido hace unos días, o unas horas. Mucho menos importaba cómo iba a sentirse más tarde o en unos días o meses más. Sólo importaba ese momento, en el que Niall acababa de decirle que sonreía gracias a ella y en que su corazón se había vuelto eufórico en su pecho, y casi sentía que saldría despedido por su garganta en cualquier momento. 

Sabía que él no seguiría hablando sobre el tema, no diría ni una sola palabra más. Lo conocía lo suficiente como para saber eso. Pero tampoco iba a presionarlo. Cuando quisiera decir algo, lo haría sin siquiera esperar por la pregunta. 

Martes, 1.54 am

—Es tu turno —Anunció Nick, expectante. 

—Bien. Veamos... —Niall pareció pensar un momento, y una sonrisa se propagó de pronto, como si hubiera tenido una tremenda idea. —Si fueras una canción, ¿Cuál sería?

—¡Tus preguntas son mucho mejores que las mías! —Protestó Nick. 

—Bueno, algunos tenemos el don de las ideas —Bromeó, mirandola, cual empresario que habla de lo fácil que es hacer dinero. Casi podía leer un irónico "Por favor, Nick" en sus ojos. 

Llevaban más de dos horas haciéndose preguntas curiosas el uno al otro, gracias a las cuales habían conversado sobre diversos temas, de los que no sueles tener la oportunidad de hablar durante tu vida cotidiana. Era ese tipo de momentos que sólo ocurren por la madrugada, cuando, por alguna razón, las personas se vuelven más honestas y sienten curiosidad por saber más de quien las acompaña, además de querer hablar en detalle sobre sí mismas. 

 —Pienso que sería... —Lo pensó una vez más, para estar segura de su elección antes de liberarla — To Build a Home, por The Cinematic Orchestra.

 —Buena elección, ¡qué profunda!

 —¿Cuál eres tú?  —Preguntó ella, con infinita expectación en sus ojos. Moría por saber más y más sobre él. A pesar de conocerlo desde que eran tan pequeños, eran detalles sobre él, de los que en otra situación difícilmente se hubiese enterado. 

Quería guardar cada una de las cosas que decía sobre él en su mente y jamás decírselas a nadie, por mínimas que fueran. Porque ahora sólo ella las sabía, sólo con ella compartía una pequeña parte de sí mismo. Cada pequeño dato se sentía como un regalo. 

Él se sentía como un regalo. 

—Pienso que Cold Coffee también te queda bien. Por lo fría, digo —Bromeó Niall. El muy cabrón sabía cómo fastidiarla. 

—¡Muy gracioso, Horan! —Exclamó, aún sin poder detener la sonrisa que se dibujaba en rostro.

—Nick, 1. Niall, 1. Acéptalo Wilcutt, estamos empatados.

—¡Bien! —Rió. —Concéntrate. La canción. 

—¡Oh, sí! Sería The Remedy, por Jason Mraz. Ese sujeto es un genio.

—Lo es. 

 Martes, 3.17 am.

Nick yacía entre los brazos de Niall. Acababa de despertarse, pero no quería moverse. El único sonido era el del mar y la brisa que chocaba suave y le acariciaba la piel. Hacía frío, pero estaba lo suficientemente abrigada. Niall la mecía, sentado sobre la arena y respiraba sobre su cabello. 

Las luces de los faroles en la costanera eran los únicos testigos de ese momento. Y estaba bien.

Suspiró. 

Y entonces lo confirmó: Niall Horan era un regalo.

Not The Right One (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora