Feorge y Gred

13.8K 724 43
                                    

Estaba cálida como un oso en mi suéter tejido que Molly había hecho tan amorosamente. Parecía haber esperado el tiempo suficiente para los Weasley para recibir uno propio. Me uní a ellos en las vacaciones desde hace años. Desde mi primer año en Hogwarts para ser exactos. Había crecido en un orfanato y la directora estaba más que encantada de sacarme de allí una vez que mi carta había sido enviada diciendo que era realmente tan extraña como ella lo había pensado.

Había conocido primero a Molly en la estación de King's Cross y ella recordaba muy bien a la pequeña niña asustada con ojos de perrito perdido. Tratando de darme un impulso de confianza, ella me dio un buen consejo y me envió a buscar a sus gemelos, diciendo que iban a cuidar bien de mí. Poco sabía ella que en realidad lo haría y eventualmente me convertiría en parte de la familia.

- Charlotte!!- George gritó sobre el sonido de Harry y Ron gritando por el juego de ajedrez mágico.

Saliendo de mi lugar apoyada en el mostrador, seguí el sonido de mi nombre siendo cantado por un par de chicos en los que fácilmente podía confiar y desconfiar al mismo tiempo. Los encontré sentados en el salón junto a la chimenea, con los ojos brillantes y chispeantes de malicia.

Caminando cautelosamente hacia los gemelos pelirrojos, fruncí el ceño.- Y a qué debo el placer de tenerlos a ustedes dos cantando una hermosa canción de mi nombre?

Fred inclinó su cuerpo larguirucho hacia adelante, tirando de mi mano para sentarme con ellos en el suelo frente al fuego ardiente.- Ven, únete a nosotros, Charlie.

Sentándome y cruzando mis piernas, me sentí un poco hastiada de su ánimo alegre. Yo no estaba salvada de sus bromas a pesar de haberles dicho que la próxima vez que decidieran teñir de morado mi cabello o hacer que mi piel se vuelva color naranja brillante, iba a lanzarles un maleficio a cada uno el próximo año.- Qué quieren, zanahorias dobles?

George de rió entre dientes.- Nos has dado tu regalo, ahora, es tiempo de que te demos el nuestro!- dijo sacando una pequeña caja detrás de él, la colocó delante de mí.- Anda, ábrelo.

Sacudí mi cabeza, no me fiaba de ellos.- Um, yo no...

Fred rodó los ojos.- Charlotte, querida. No vamos a hacerte una broma, prometido.

George asintió.- Prometido, amor.

Vacilante alcancé la caja pequeña, podía sentir mi corazón acelerado. Había sido testigo de un montón de cosas diferentes que vienen de pequeños paquetes cuando se trata de Fred y George. Justo el mes pasado vi con horror como Angelina quedaba cubierta con una cosa pegajosa rosada al abrir un paquete similar al que tenía en mi mano.

- En serio, Charlotte, no es una broma.- Fred murmuró.

- Te lo aseguro, no lo es.- añadió George.- Tomamos en consideración tu amenaza en la última broma que te hicimos. Nos dio un poco de miedo y te queremos demasiado como para acabar con nuestra amistad.

- No podríamos imaginar vivir sin ti, Charlie.

Suspiré, deshice el nudo y mantuve la tapa en la caja. Apreté los ojos con mucho temor de que tuviera algo pegajoso en ella mientras sacaba la tapa. Después de escuchar a los chicos suspirar irritados, decidí abrir los ojos.

Lo que estaba en la caja no era una broma de ninguna clase. Podía sentir mi corazón hinchándose de felicidad y aprecio. Apretando los labios, miré a los chicos que esperaban ansiosamente mi reacción.

- Me encanta.- susurré.

Los chicos chocaron los cinco y comenzaron a quejarse sobre cuánto tiempo les había llevado encontrar un regalo. Fue absolutamente perfecto. Era un brazalete con una reluciente banda de oro, con cuatro hermosas gemas. Las dos en el medio eran negras, mientras que las otras dos en el exterior eran de color carmesí escarlata. Inmediatamente supe que esto era por mi obsesión con los fénix.

Colocándolo en mi muñeca, me sorprendió lo hermoso era.

- Pero espera.- dijo Fred en un tono que me hizo entrecerrar los ojos.

George sonrió.- Hay más.

Fred tomó mi mano y la colocó cerca del fuego.- Estás loco!- grité, pero observé de todos modos cómo una llama se separó de la chimenea y bailó en la banda de mi pulsera,  haciendo que las joyas carmesí brillaran intensamente y que las gemas oscuras se volvieran aún más oscuras.- Eso fue increíble, casi me da un ataque al corazón por haber acercado mi mano al fuego, pero fue increíble.

George asintió con la cabeza en señal de aprobación.- Creímos que disfrutarías ese agregado.

Fred dio un codazo a su hermano.- Ves, elegimos uno bueno. Georgie estaba nervioso de que no te gustara.

- Oh, pero me encanta.-acerqué mi muñeca a mi pecho y miré a los gemelos con ojos cariñosos.- Los amo tanto!- me abalancé hacia adelante, atándolos con un abrazo, riendo cuando George gritó en el oído de su hermano por miedo a que su cabello se quemará y Fred maldiciendo lo suficientemente fuerte como para que Molly lo regañara.

Harry Potter ➳ One Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora