—Hey chicos, ¿Recibieron la carta? —Consultó Zayn de repente. ¡La carta! Lo había olvidado.

—¡Sí! —Exclamaron los dos al unísono y Niall agregó: —Me pregunto qué habra sucedido.

—No importa, pienso que es genial —Intervino Nick. Los dos la miraron en silencio, como si hubiese dicho la barbaridad más grande del planeta. —¿Qué? ¡Necesitaba más tiempo de entrenamiento! —Se quejó. Los chicos negaron con la cabeza a la vez. ¿No era suficiente razón para alegrarse? —Ah que Harry me encontrará toda la razón. —Apostó, mosqueada.

—Como sea, a lo que vinimos. ¿Comienzo yo, hoy? —Consultó Zayn.

—Ve, yo tengo que arreglar esta cosa antes de poder lanzarme.

 Zayn se mostró satisfecho y se subió en su tabla para andar directamente hasta la rampa.

—¿Qué tiene? —Preguntó Niall.

 Nick le informó en pocas palabras acerca del problema que tenía su skate, se quejó de lo imposible que había sido para ella arreglarlo y le indicó la llave que tenía en la mano, explicándole que la había conseguido en casa y bromeando acerca de lo inútil que era como herramienta, porque no era su falta de fuerza, sino la llave quien tenía la culpa de que ella no hubiese podido solucionar el problema.

Niall se rió y aceptó su excusa barata, bien sabiendo ambos, que él no tardaría mucho en hacer lo que ella no había podido tras cuatro o cinco intentos frustrados. 

—Oye, ¿Qué es eso de ir a Brighton? ¿Tú lo sabías?

—No, me he enterado apenas antes de salir. ¿No es genial? —Comentó Niall, mirándola desde su posición de maestro mecánico de patinetas.

Nick asintió con la cabeza, dibujando una enorme sonrisa en su rostro. A pesar del problema que le había provocado en la mañana, le entusiasmaba mucho la idea de ir, sobretodo si Niall estaba contento también. Si volvía a sentir una cuarta parte de lo feliz que se había sentido durante el verano, podía considerarse enormemente afortunada.

—Oye, ¿Cómo estás con Jake? ¿Te ha dicho algo cuando fue a tu casa, tan de la nada?

La sonrisa se desvaneció en un segundo. —Terminé con él. 

El rostro de Niall se sorprendió, pero luego se volvió comprensivo. —¿Quieres hablar de eso?

—No realmente. Quiero entrenar todo el día y empacar por la noche, para tener la mejor semana de descanso en Brighton.—Se puso de pie y levantó sus brazos en el aire — ¡Wooohooooo! 

Y así fue: Entrenaron duro, como hace tiempo no lo hacían y por la tarde se dio una buena ducha, antes de comenzar a empacar. Pero se detuvo en frente de su bolso abierto sobre la cama. ¿Para cuántos días tenía que empacar?

Salió de la habitación, en busca de algún miembro de su familia que pudiese responderle. Entró en la habitación de Jane.

—Jane, ¿Por cuántos días nos iremos? 

Jane, como siempre, estaba lista. Su habitación se parecía a aquellas que salen en las revistas y, sobre su cama descansaba un bolso perfectamente cerrado y lleno de ropa dentro, metida, probablemente, como recién salida de una lavandería. Ella estaba sentada junto al bolso y sostenía una buena conversación por el teléfono, que la tenía con una sonrisa en la cara. Al verla, le hizo un gesto con la mano para que esperara. 

Bufó.

Salió y caminó hasta el cuarto de John y Denise, que discutían sobre si llevar la parrilla a gas de John. Como cada vez que iban a Brighton. 

—Cariño, va a hacer mucho frío ahí, es imposible que podamos hacer una barbacoa al aire libre.

—Cielo, una barbacoa al aire libre puede ser con o sin frío, siempre es bienvenida. 

—¿Cuántos días estaremos en Brighton? —Intervino Nick, sin muchas expectativas de ser oída. 

—Pero lo más probable es que llueva mucho ahí, cariño. No podrás encenderla y mucho menos podremos estar nosotros ahí. Ni siquiera irá Chris, ¿Vas a estar ahí afuera encendiéndola solo? Porque Maura y yo no pensamos salir a la lluvia sólo para ver un trozo de carne calentarse bajo el fuego. Mucho menos las chicas. —Decía Denise, como ella no estuviera parada frente a ellos como para hablar por sí misma. De todos modos la respuesta era no. Ella no estaría bajo la lluvia para ver cómo se cuece algo que ni siquiera iba a comerse.

—Ah, si Chris fuera con nosotros... —Se lamentó John. —Como sea, Niall podría ayudarme, Denise. 

Denise ladeó la cabeza y lo regañó con la mirada. Eso era un definitivo "No insistas, John. No lograrás nada".

Bueno, ahí no estaba su respuesta. 

Volvió a la habitación de Jane, pero hizo el mismo gesto de nuevo. Gracias Jane. Se asomó por la puerta de su vecino de enfrente, no perdía nada con intentar.

—Oye, mocoso. ¿Tú tienes una idea de qué día volvemos de Brighton? —Preguntó.

Joey se encontraba sentado sobre el suelo de su cuarto. La televisión, que él no estaba mirando, encendida en el mismo canal de siempre, y toda la ropa que debió estar en su bolso se encontraba repartida al rededor de él. La observó y arrugó la cara, luego, mostrándole todos sus dientes, junto con el agujero de dos que se habían caído, hizo un ruido extraño. "Kjjjjjjjjj".

—Estás loco. 

Volvió a su habitación, rendida. Buscó su teléfono y marcó a Niall. Obvio. Activó el altavoz y lo lanzó sobre la cama. 

—¿Qué hay, enana?

—Aún no comienzo a empacar, en esta casa todos son sordos, excepto Joey, que está loco, y necesito saber por cuántos días iremos a Brighton. ¿Lo sabes tú?

Niall se rió despacio, paró, y volvió a reírse, un poco más fuerte. —Tu familia me encanta. —Dijo, burlón. 

—¡Niaaaaaall! ¡Ayúdame! —Se quejó, tratando de reprimir la risa que el chico le contagiaba.

—Nosotros volveremos el Viernes por la mañana, para celebrar mi cumpleaños aquí en Londres. —¡¿Tan pronto estaría de cumpleaños?! —Jane puede venir si quiere. —Jane no querría ir. Desde que esperaba a la pepita que crecía en su estómago, como había dicho Joey una vez, ya no quería asistir a eventos sociales, a menos que fuesen durante el día. Una fiesta llena de adolescentes y alcohol obviamente no iba a gustarle.

—No lo creo. —Rió. 

—Tus padres y mi mamá volverán probablemente el sábado o algo así. 

—¿Por qué no irá Chris? —Chris era el esposo de Maura. 

—Trabajo. 

—Qué lastima. 

—Sí. —Niall suspiró y se produjo un pequeño silencio. Aun que Nick lo disfrutaba, sólo con saber que lo tenía al otro lado del teléfono, a dos casas de distancia. 

—Bien, debo empacar. —Dijo, antes de que comenzar a ser muy obvia. 

—Ah, claro. —Reaccionó, también. —Empaca. Nos vemos mañana, Nicholas. 

Era perfecto. Pasarían cinco días juntos, como en las vacaciones de verano. Iba a volver a sentirse perfectamente, con su mejor amigo y su familia, de vacaciones. Y lo mejor; en la playa, aunque hiciera frío. Y después de todos esos días: Fiesta en casa de Niall. 

Ya quería que comenzara.

Not The Right One (fanfic n.h)Where stories live. Discover now