cuatro; no te puedes ir.

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Sydney Beckers.

—Y bien, ¿quién eres tú? — Pregunta el imbécil luego de soltar mi mano.

Sarah se aparta de mí, dirijo la mirada a Tyler, pues no sabía que responder y estaba de verdad desesperada.

—¡Es una amiga! De Wisconsin, sí... — El ojiverde entra a la conversación ¿Cómo que una amiga? Le miro confundida, ni siquiera él sabe que decir. Estaba nervioso —. Ella es Sydney Patterson, viene de vacaciones y se quedará un mes por acá.

"¡¿Es en serio lo que estás diciendo?!" Pienso dentro de mí mientras casi se me salen los ojos de las órbitas con la mirada que le dirijo a Tyler.

Se coloca a mi lado mientras no paro de mirarle atónita por lo que acaba de decir. No me gustan las mentiras porque no estoy acostumbrada a ellas, y menos a que me involucren en algo así.

Él toma de mi brazo y lo sujeta con delicadeza haciéndome saber de forma sutil que le siga la corriente.

—Está usted en su casa señorita Patterson —Henry me mira de forma traviesa con una sonrisa de par en par. — Es una lástima que tenga que irme, pero supongo que tendré la fortuna de mirarla por aquí, ¿no es así?

¿Acaso me está coqueteando? ¡Lo peor de todo es que no se me ocurre ni una palabra que decirle!

—No hostigues a mi invitada, por favor — Tyler da un paso frente a mí para apartar a su hermano —, ¿Tienes algo más que quieras hablar conmigo?

Al parecer no se llevan del todo bien. Henry mantiene su mirada firme en los ojos de su hermano y después de unos segundos de matarse con la mirada, habla.

—Hasta luego, hermanito — responde de forma déspota y despreciable. Como si fuera dueño de todo el jodido mundo. —Nos estamos viendo, Sydney — Dice con seguridad dirigiendo su mirada a mí—, me alegra que hayas llegado, así mi hermano podrá presentarte a nuestros amigos en la fiesta de mañana.

—¿Has preparado una fiesta? — Parece que Tyler está a punto de perder la paciencia. — ¡Nuestro padre murió hace una semana, ¿y tú preparas una fiesta?!

—Será algo sencillo— aclara Henry —, recuerda que es mi cumpleaños; no voy a dejar de festejarlo por el hecho de que mi padre ya no esté aquí. ¡Estamos vivos hermanito, hay que celebrar eso!

Tyler rodea los ojos extenuado y ambos miramos como su hermano sale de la casa.

—Sí me vas a explicar lo que acaba de pasar, ¿verdad? — Hablo de manera exigente.

Tyler aún no voltea para mirarme, ¡Y a mí está comenzándome a volver loca!

[...]

Tyler Hoechlin.

Esto se ha salido de control, lo admito, pero necesito hacerle creer a mi hermano que ya estoy en planes de conseguir una esposa. Y que no me estoy quedando de brazos cruzados, aunque esa es la realidad.

No tengo ni la más mínima idea de dónde voy a encontrar a la mujer ideal que acepte casarse conmigo. Nunca me lo había cuestionado, por eso ahora estoy entre la espada y la pared. Supongo que mi padre tenía razón cuando decía que nada me lo tomaba en serio.

—¡Sydney Patterson! ¡¿Te escuchaste a ti mismo cuando dijiste eso?! —Inquiere enfadada.

Giro para encontrarme con su mirada y puedo apreciarla mejor que antes.

Vaya, mi hermano sí que tiene razón, es una mujer realmente hermosa.

Su tez morena combina con aquellos ojos grandes color marrón que te incitan a querer mirarlos por el resto de tu vida. No puedo imaginar cómo escondía ese atractivo por debajo de la ropa vieja y sucia que antes portaba. Sin duda entiendo por qué mi hermano no la había reconocido antes. Sydney era realmente hermosa, tenía una belleza que admirar.

Million Dollar Man | Tyler Hoechlin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora