—Como dices que esto es solo por Paula, vine a ti para encontrar consuelo, no para que me atacaras más, la estoy pasando mal, Sam, no quiero más problemas.—Dije mientras me levantaba del sillón en donde estábamos sentados, me levanté y me puse frente a él. 

 —Lo siento, pero así es como lo veo yo, es Paula por lo que estas así, Guill lleva con nosotros casi un semestre en la misma universidad, y no he visto que hayas echo algo por intentar hablar con él para arreglar los problemas que pensaban que tenían antes de enterarte de esto, ¿y ahora justo cuando regresa Paula dices que te duele haber perdido la amistad de tu amigo?, Disculpadme pero no te creo, yo jamás te he mentido Luca, acerca de nada de mi vida, te eh contado todo. No creo justo esto.

—¿Qué?, No, Sam, esto no es por Paula solamente, es por todo, de verdad.

—Yo no se si creerlo... —Sam se levanto del sillón y pasó de largo por donde estaba yo y se fue directo a su cama— Ahora te pido que me dejes solo, necesito dormir y ya es muy tarde, estoy muy cansado. 

—¿De verdad?—Dije acercándome a la cama y en cuanto el se volteó  me detuve <<De verdad>> dijo él, entonces di media vuelta y camine hacía la puerta, pensaba que el echo de hablar con él iba a hacer mas fácil las cosas, que quizá el podría darme un consejo para esto, no esperaba tener ahora otro peso más, estar peleado con la única persona de por aquí en la que podía confiar. Al llegar  a la puerta me detuve otra vez y sin girar la cabeza dije buenas noches, aguardé ahí un momento pero no escuché respuesta. Mi día había salido mal y con las horas había empeorado todo. Cerré la puerta y me fui a dormir.


La mañana siguiente antes de irme a clases pasé al cuarto de Sam para ver si aun estaba ahí, pero nadie respondió. Seguramente seguía molesto y no me espero para irnos juntos como lo hacíamos todos los días, << ni hablar, tendré que irme solo>>, pensé y regrese a mi cuarto a recoger mis cosas e irme a la universidad.
Durante el camino solamente iba pensando en como solucionar esto, creía que lo que había pasado ayer me había dolido por la amistad con Guill y porque en ese momento andaba con Paula, pero después de lo que me había dicho Sam lo pensé mucho, jamas le di un cierre a mi relación  con ella, no lloré a pesar de que la quería demasiado, con Guill jamás di el paso para arreglar las cosas, siempre decía que lo haría pero jamas me di el valor de hacerlo, y con Paula, creo que aun la sigo queriendo y es por eso que aun me duele. ¿Pero que puedo hacer si también me gusta Sam?, me gusta demasiado y no quiero perderlo. ¿Qué se hace cuando crees que has alcanzado la felicidad, que has dejado atrás todos los problemas y crees que nadie puede arruinarlo... pero de repente aparece alguien y con solo una visita, y unas cuantas palabras que cruces con esa persona  hace que todo cambie?, ¿Qué se hace?.



 —Luca... espera—Dijo Natalie, gritando desde el interior del carro de su madre, jamás había visto que su mamá la llevara a la universidad, volteé y la salude alzando la mano —¿qué pasa?— dije.

—Sube al auto.

Iba su mamá así que no me pude negar, ademas me estaba sonriendo y se me hizo una grosería decir que no. —Hola Natalie, hola señora, buenos días.—Saludé como siempre lo hacia con los padres de mis amigos.

—Luca, mi esposo y yo no hemos olvidado lo que hiciste aquella noche por nuestra hija, y que remos invitarte a cenar, espero esta vez si aceptes.

—Señora, no fue nada, Natalie es una amiga y no podía dejarla. Y no creo que sea buena idea ir—estaba comenzando a sonrojarme, no quería que hubiera malos entendidos aquí— agradezco mucho la invitación, pero de verdad...

—Vamos Luca, mis padres quieren hacer esto, dales una oportunidad de hacerlo.

—Está bien señora, ¿cuándo?  

—¿Te parece bien mañana viernes? —dijo y sin darme cuanta ya habíamos llegado a la puerta de la universidad.

—Perfecto—dije y me baje del carro y me despedí de la señora.



 Cuando íbamos caminado rumbo al salón le dije a Natalie que no creía que fuera buena idea ir a su casa porque no me sentía bien, me preguntó que si estaba enfermo pero le dije que no era de eso.

—Solo será un momento,  si no vas juro que mis padres no me dejaran en paz hasta que vayas, por favor.

—Seguro Natalie,—dije con la mínima expresión en mi cara, después de eso dejamos de hablar y nos dirigimos al salón.

Al entrar ahí me di cuenta de que Sam ya estaba ahí, platicando con Dina y Marcu, nos dirigimos hacia ellos y los salude, sin pensarlo dos veces le di un beso a Sam en la frente, de nuevo de esos besos que ayudan a las personas cuando están en problemas, de esos besos mágicos que hacen que los problemas desaparezcan, de esos besos especiales,  una lágrima cayó de mi ojo izquierdo y dije —Sam, quiero que nos demos un tiempo— ni siquiera espere a que dijera un respuesta cuando me di la vuelta y salí del salón. No supe lo que había echo.

  

Después del VeranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora