-¿Qué le pasará a mamá?-preguntó mi hermana.
-No lo sé.-le contestó mi padre con lágrimas en los ojos.
Yo me encontraba sentado en una silla en la sala de espera del hospital, mi hermana y papá estaba en un sofá a lado de mi.
-Todo estará bien.-le decía mi papá a mi hermana para consolarla.
De pronto un hombre alto con traje aparece en la sala de espera. Mi hermana y papá no parecían notarlo, pero yo sabía de quien se trataba.
-Slender. -lo llamé.
-¿Qué sucede?-contestó.
-¿Tu lo hiciste?-pregunté serio y en un tono bajo.
-No. -respondió inmediatamente.
Lo miré fijamente.
-¿Está seguro?-le volví a preguntar.
-Yo no lo hice, hijo. -contestó con honestidad.
-Entonces... ¿quién lo hizo? -dije mientras comenzaba a sollozar de nuevo.
-Sé quien lo hizo, pero no lo ordené yo.
Volví a ponerme serio y sequé un poco mis lágrimas.
-¿Quién lo hizo?-pregunté enojado. -Quien sea que lo haya hecho me las va a pagar. -dije decidido.
-Pues será difícil. -mencionó mientras señalaba un reloj de pared que se encontraba en el lugar.
-¿Se refiere a que pudo haber sido....
-Adiós, hijo, y suerte. -me interrumpió para despedirse y marcharse del lugar.
En ese mismo momento un médico llega a la sala, como éramos los únicos en el lugar sabíamos que la noticia sería para nosotros.
-¿Cómo se encuentra mi esposa?-preguntó mi papá.
El médico negó con la cabeza, y mantenía una expresión no muy convincente en su rostro.
-Había perdido mucha sangre. -comenzó a decir. -¿De qué se trató, señor Rogers?
-¿A qué se refiere?-respondió mi padre asustado.
-A su esposa la asesinó alguien.
Mi padre se quedó atónito. Al parecer ninguno se nosotros se encontraba en casa cuando sucedió el incidente. Mi padre llegó junto a mi hermana al hospital minutos después de que metieran a mi mamá a una de las salas, no sabían exactamente que era lo que había sucedido, solo yo la había podido ver tendida en el suelo lleno de sangre antes de que se la llevaran.
-Alguien la apuñaló varias veces en el estomago. No hubo mucho que salvar, murió en el acto. -lo dijo en un tono serio y firme.
-Pero... ¿quién pudo hacerlo? -se preguntó mi hermana.
Yo sólo permanecí sentado escuchando cada palabra, y pensando en quien lo hizo...
