Capitulo 27: Te odio (Especial)

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Aviso: Este capítulo es largo, no tan largo pero más que los demás capítulos; por eso es especial. No se confundan con el otro especial en el cual dos personas extras narraron ¿Ok?. Bueno los dejo, besos.

Ámbar

— ¡Ah, Jazmín!— me sorprendo y corro hacia Simón que la tiene en brazos.— ¡¿Que le pasó?!— pregunto preocupada viendo todos los moretones y golpes de su cara— ¡¿Voz que le hiciste?!— levanto la cabeza para mirarlo a los ojos con el ceño fruncido.

Él me mira directamente a los ojos y sonríe

— La neta que eres muy chula— dice embobado con mis ojos, ya que los veo con un brillo extraño.

Mi ceño fruncido desaparece y siento las maripositas de siempre. Automáticamente, me ruborizo.

Malditas traicioneras hormonas

¡Se supone que era "Adiós Simon" en vez de "Hola Simón, besadme"!

— E-eh... — meneo la cabeza deshaciendo las emociones— Dejad de decir tonterías y llevémosla al hospital— dije regresando a mi ceño fruncido.

— No creo que haya necesidad de llevarla a un hospital— dice recostando a Jazmin en el sofá.

— ¡¿Es en serio?! ¡¿A caso voz la vez con cara de arcoiris?! ¡Está desmayada, por Dios!— no entiendo porque soy tan fría e histérica con él. ¡Ah! Ya me acordé, por que lo... Lo... Uf, lo odio.

Sino hubieras tartamudeado, la mentira te hubiera salido perfecta.

Gracias por el apoyo, estúpida conciencia.

No lo odio en verdad, quisiera odiarlo. Pero... Es muy difícil olvidarme de él.

Mierda, estoy perdida.

— Hey, hey. Calma fiera chula— sino fuera por la preocupación que tengo por la persona que creía mi amiga, me ruborizaría— No está tan grave. Solo hay que curarle las heridas y esperar a que despierte.

Tiene razón, pero no le respondo nada.

Camino inquieta por el living dirigiéndome a las escaleras.

— ¿A dónde vas?— pregunta curioso cuando pongo un pie en la escalera

Ni siquiera me volteo para responderle. Solo miro por encima de mi hombro.

— A buscar el botiquín de primeros auxilios, duh— digo obvia rodando los ojos.

— Se pone nerviosa con mi presencia— lo escucho susurrar divertido cuando estoy por terminar de subir las escaleras.

Estoy segura que lo dijo un poco alto intencionalmente.

— ¡Voz sos un idiota!— le grito en respuesta a su comentario cuando estoy por entrar a mi habitación.

— ¡Soy idiota!

Pongo los ojos en blanco, entro a mi habitación y cierro la puerta dando un portazo.

Luego, mi ceño fruncido desaparece y me recuesto de la puerta soltando un suspiro de enamorada.

¿Por qué me sigo sintiendo tan especial y conmovida cuando Simón decid esas cosas?

Mi Mejor Error ~Simbar~ #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora