Capitulo 20: La perdición

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Simón

— Cálmate...

Ignoré el comentario de Nico.

— Hay que ser racionales– ahora habló Pedro.

— ¡No puedo!— grito cabreado— Ámbar tiene cua-cuatro días.... ¡Cuatro días sin aparecer!— dije frustrado.

Seguí caminado en círculos mientras me comía las uñas. Bueno, no me las comía. Solo las mordía para luego escupirlas.

Anti-higiénico. Eres un cerdo.

— Hey— entró Tania a mí habitación con una bandeja de galletas y empezó a repartirlas a las personas que se encontraban en mi habitación: Nico, Pedro, Delfi, Jazmin y obviamente yo.

Cuando llegó hasta mi, me sonrió con su dulce sonrisa y acerco la madeja de galletas hacia mi. Con una sonrisa tranquilizadora, tome una galleta y la mordí.

— No te preocupes, Mon Amor. La encontraremos pronto. Solo es cuestión de tiempo y búsquedas pacientes— dice Tania colocando una mano en mi hombro y sonriéndome de nuevo.

"Mom Amor" es un apodo que me ha puesto Tania hace... Mhm... Uno tres o dos días. Es un muy lindo apodo.

— Gra-gracias... Por tu apoyo... — le dije un poco ruborizado. Mierda.

Ella suelta una risita y se va de la habitación.

Las cosas con Tania son.... Raras y a la vez agradables. Pero no quiero hablar de Tania ahora.

— No atiende mis llamadas.... — susurra Delfi molesta.

Todos, pero en serio, todos estamos preocupados. Obviamente.

Matteo, Luna, Jim, Yam, Ramiro, Gastón y Tamara, ellos no están en mi habitación pero esta preocupados. También su familia y... Bueno, en general todos sus amigos cercanos.

Mi muñequita rubia está en peligro y en manos sucias.

Admito, tengo muchísimo miedo.

— Los veo luego— dije y tome una chamarra de mi closet.

— ¡Espera, Simón! ¿Adónde vas?— pregunta Jamzin y todos ponen su atención en mi.

Miro a cada una de las persianas d ella habitación desde el marco de la puerta d Eli habitación, asiento con la cabeza en señal de "Adiós" y salgo de la habitación.

— ¡Simón, parad!

— ¡Simón! ¡Simón!

Ignoro los llamados de los demás y bajo las escaleras lo más rápido.

Empujo la puerta y salgo corriendo.

•••

— Yo... Vine a... A desearte suerte

— No la necesito... Tú eres mi suerte.

Sus mejillas se ponen rojizas.

— Oh... Eh... Gra-gracias. Qué lindo eres.

Sonrío de lado.

— Pero tú eres la misma belleza— sonó bastante cursi.

Sus cachetes se calientan más.

Mi Mejor Error ~Simbar~ #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora