Au Revoir

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Antes de llegar al salón principal para maquillarme, Iiry me puso una bata para evitar que se manchara el vestido. Pero en parte sospecho que también era para que nadie mas lo viera.

Estuve sentada frente a un espejo (de nuevo cubierto con una manta por petición de Jos) durante más de 150 minutos, hasta el grado de no sentir ni un solo milímetro de piel. Tuve comezón, se me adormecieron las piernas de estar tanto tiempo sentada y me lloraron los ojos por tanto maquillaje pero finalmente terminaron y me dejaron verme en el espejo.

-Te hicimos algo super sencillito mi niña. Tu belleza es natural, así que no ocupas mucho- A esto le llamas sencillo? No me imagino lo que es para ellos un maquillaje cargado, o será solo que eso pienso por que paso el 99% del tiempo con la cara lavada? No lo se, pero a mi me pareció demasiado tiempo para lo que es, pero a decir verdad si hicieron un gran trabajo. Hasta parezco otra!

Después de eso ambos me tuvieron que sostener para levantarme, debido a que ya no podía sentir mis piernas. Ambos se postraron frente a mi y me analizaron de pies a cabeza.

-A ver una vueltecita sexy?- dijo Jos y aunque me negué al final me gire un poco para el.

-Te ves preciosa Keyra- me dijo Iirina acomodando un mechón de cabello y sentí sonrojarme.

-Ay ya! Vete a la siguiente sección antes de que me ponga a llorar- dijo Jos con un pañuelo en la mano y volteando la vista ocultando sus ojos llorosos.

-No me acompañaran?- dije yo, ya que creí que siguieran a mi lado en lo que se suponga que siga.

-No Keyra, sigue el manicure y pedicure. Tienes que ir de nuevo a la entrada y ahí deberas esperar a tu grupo. Nosotros estaremos aquí y justo antes de tu subasta te buscaremos para retocarte antes de que pases- Al escuchar eso último me estremecí. Prácticamente me había olvidado de que todo esto es simplemente parte de una imagen meramente publicitaria para mi venta.

-Les puedo dar un abrazo?- extendí los brazos y ambos aceptaron mi invitación, sobre todo Joseph que se soltó llorando

Sonreí y me dirigi a la entrada del salón donde me encontré con Hazell, Eve y Zelanda.

-Estas irreconocible!- le dije a mi morena alma gemela a la que yo acostumbraba ver a diario con su melena despeinada y su ropa holgada.-Hasta pareces mujer!-

-Ja Ja, que graciosa. Tu no te quedas atrás, ni siquiera pareces tu- todas reímos, realmente todas estaban muy bellas y diferentes a las niñas que yo conozco.

Pasamos los siguientes 20 minutos hablando de nuestros asistentes de imagen y de lo tardado ya la vez emocionante que fue todo nuestro cambio de look, al parecer ninguna quería hablar de lo que se vendría. Luego de eso llegó la Sta. Hebbans nuevamente y nos dio instrucción de hacer filas de 5 y entrar muy ordenadamente a el mini spa. Cada quien ocupo su lugar y al sentarnos nos quitaron los zapatos  y los pusieron a nuestro lado. No quería despegarles la vista en ningún momento a esas magestuosidades. También nos recogieron el vestido para que no estorbara. Estaban 3 señoritas rodeandome. Una estaba masacrando mis pies con unas cremas y exfoliantes, otra estaba untando cera en mis piernas ya que aparentemente me iban a depilar y la otra me estaba limando las uñas. Fué bastante divertido ese rato ya que me dejaron elegir mi esmalte entre mas de 200 tonalidades, pero opté por un color nude discreto acompañado de una linea blanca en el borde, aparentemente se llama "francés", también me dieron masaje y me lavaron los pies, aunque fue horrible la sensación de que me limaran las uñas.

Después de tener mis manos y pies estáticas durante casi media hora para que se secara el esmalte me pusieron mis hermosos tacones de nuevo y me puse en pie para acomodarme el vestido. Bueno yo no lo hice, ellas lo acomodaron. Toda esta clase de atenciones me hacían sentir un tanto inútil, aunque parte de eso no lo habían enseñado ya en la CESI.

-Todas listas?- dijo Amanda Lavönte con su precioso acento tan complicado de entender- A ver, forense en línea para verlas- 

Obedecimos y como vi que ya casi nadie trata la bata puesta decidí quitármela yo también. La Sta. Lavönte paso a echarnos el ojo a cada una, pero conmigo se detuvo. Me puse sumamente nerviosa, sobre todo cuando paso las manos por la tela de mi vestido.

-Ese es mi vestido favorito de los mas de 50,000 que hay en este establecimiento- trague saliva con dificultad y se me corto la voz -Bien hecho...- dijo mientras pasaba a ver a la siguiente chica. Solté el suspiro mas grande de mi vida, y me había relajado, pero el gusto me duró menos de 2 segundos antes de que todas las miradas se posaran en mi. De pronto me vino el presentimiento que el hecho de que me viera tan bien solo facilitaría la subasta y en menos de lo esperado estaría siendo llevada a casa de un veterano de 80 años.

-Las felicito a todas. Se ven preciosas el día de hoy. Mucho éxito en su pasarela!- dijo antes de marcharse Amanda - Au revoir madames-


C O M P R A D AWhere stories live. Discover now