Un Himilde par de Zapatos

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Cuando por fin terminó, la señora Mariam de nuevo me examinó toda y dibujo una enorme sonrisa que a leguas se notaba que desbordaba orgullo.
-Quieres verte?- me preguntó y yo sonrojada asentí.
Después de que se hizo a un lado quede boquiabierta, jamás imaginé que luciría algo tan bonito. A decir verdad jamás me imaginé lucir algo así. Se me entumecieron las mejillas de tanto sonreír como una boba, pero un grito que vino desde afuera me bajó de mi nube.
-Keyra! Sé que probarse un vestido es tardado y que probablemente tardes años admirándolo pero linda, quiero que te percates de que se aproximan 499 chicas locas por probarse un vestido, y no solo eso, si no que no quiero que vean aún la maravilla que traes puesta.- dijo Joseph a través de la cortina del enorme vestidor en el que me encontraba así que me levante la parte posterior y le di las gracias a la señora Mariam, la abrace y me apure en salir.
Joseph estaba afuera con Iirina. El pobre estaba tan impaciente que se estaba devorando las uñas, mientras la pelirroja estaba en completa calma, pero en cuanto me vio se quedó extasiada.
-Como demonios lo conseguiste Jos?!-
Le preguntó Iirina a su colega
-Tu sabes que tengo mis súper contactos chula! Además, mi palanca principal fue la magnífica diosa que lo diseñó y elaboró- dijo con gesto de gran superioridad- Ay pero hay que apurarnos!- dijo llevándose las manos a la boca y tomándome del brazo para llevarme a toda prisa a otra habitación.
-Los conseguiste verdad?!- le gritó el hombre a su compañera mientras corríamos los 3 a toda velocidad
-Sabes que si rey, con quien crees que estás hablando?-
-Buen punto querida, buen punto-
No sabía a qué se referían exactamente pero supongo que era otra sorpresa lo cual me hizo bailar internamente de la emoción hasta que llegamos a la otra puerta. Iirina pasó primero y saco unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta. Dentro de ese cuarto había unas cuantas señoritas caminando como locas con cajas, y fue cuando me percaté que toda la sala estaba repleta de miles de zapatos.
-Ves alguno que te guste mi vida?- me dijo Joseph pero antes de que los examinará con calma me interrumpió-Pues que lastima linda porque ya escogimos los tuyos verdad princess?-
-Oh, vaya que si- dijo muy feliz Iirina mientras tomaba una caja que le dio una de las señoritas y la abrió ante mis ojos
-No puede ser... Son- dije sorprendidisima
-Divinos!- terminó la frase por mi el hombre- Supuse que eras talla 3 cierto?-
-Como lo sabes?-
-Ay linda! Si supieras los años que he estado aquí te sorprenderías...- exclamó con una voz muy peculiar mientras sacaba el hermoso calzado de su caja
-Es hora de que te probemos este "Humilde par de zapatos" Keyra, extiende tus pies-
Le hice caso a Iirina mientras me los metió con toda la delicadeza posible, pero estoy segura de que tuvo más cuidado por los propios tacones que por mí misma.
-Listo! Puedes caminar con ellos?- dijo la mujer ayudándome a levantar con ayuda de Joseph
-Aunque no pudiera, créeme que no me los quitaré- exclamé y la chica rió afirmando que lo que dije era cierto, eran los zapatos más hermosos de la habitación
-Bueno linda, ya solo nos queda el maquillaje, y hay que salir rápido porque en pocos minutos estas salas comenzarán a infestarse de chicas.-
-Claro! Además, el "Make Up" es lo más tardado después del peinado. Pero te queremos dejar mejor que cualquier otra baby, así que corramos porque estarás horas inmóvil a partir de un rato más- lo que dijo Joseph me asusto, recuerdo cuanto odiaba quedarme quieta mientras me ponían las pestañas postizas y los kilos de maquillaje en la CESI. Era muy tedioso, pero al verme en el espejo supongo que el enfado desaparecía.

C O M P R A D AWhere stories live. Discover now