—Tú tampoco tienes sentido.

En los primeros cuatro segundos de estarlo besando, se respondió la pregunta que cada mañana se hacía; ¿Por qué seguía con él, si de todos modos no logró enamorarla hasta las entrañas? Sus besos. Eran increíblemente suaves, increíblemente cómodos y siempre sabían a menta. Jake era sexy. Y la quería. 

Los cuatro segundos siguientes sólo se dejó llevar, como es debido, por los besos de su novio. Desde el segundo veinte en adelante, el ritmo aumentó gradualmente, las manos de Jake bajaron desde su cintura hasta sus caderas y la presionó levemente con sus pulgares, como si pudiese, de alguna forma, ablandar sus huesos y hundir sus pulgares en ellos. 

Al minuto tres, se dio cuenta de tres cosas: 1- Seguían en la cocina y se estaban besando... En la cocina. 2- Sus labios se estaban partiendo. 3- Niall. Estaba. En su mente.

Se alejó un poco. —Me estaba quedando sin aire —Mintió, con una risa saliendo de su garganta. 

Jake sonrió de medio lado. —¿Película?

—¡Sí! —Exclamó. No es una cinéfila ni le entusiasman demasiado las películas. Prefiere la vida real, aunque a veces apeste. Pero, de todos modos, parecía un buen día para ver películas con Jake. 

Entonces. Se tiraron juntos sobre el sillón de 'la habitación con tele', como le llamaba él. Una pequeña sala que se encontraba al principio del pasillo, antes de las verdaderas habitaciones de la casa. Ahí se cubrieron con una cobija lo suficientemente grande como para tapar a tres o cuatro personas. Jake encendió el televisor y metió un disco en el DVD, no sin antes oscurecer la sala por completo, cerrando puerta y cortinas. 

—¿Qué vamos a ver?

—Algo lo suficientemente cursi como para hacerte llorar, abrazarte y reírme un poco de ti.

—Siento decepcionarte, pero a los siete años decidí que jamás lloraría con una película, porque mi mamá y hermana se veían bobas cuando lo hacían.

—No pierdo nada con intentarlo — Desafió. Con el mando en su mano, puso a andar la película y volvió a lanzarse sobre el sillón junto a ella. Se aseguró de que ambos estaban bien cubiertos y pasó un brazo detrás suyo, a la altura de la cintura, como siempre. Nick se ladeó para apoyar su espalda sobre él. —Oye, ¿Por qué Nick

—¿Por qué no?

—Nick es de Nicholas. 

—No tengo sentido —Se excusó. 

                                                                   ***

Joey le hacía cosquillas en un fragmento de sólo tres centímetros del brazo izquierdo. No entendía por qué lo estaba haciendo, pero le molestaba, aunque no decía nada. De todos modos, estaba metida en su habitación, lo merecía. 

De pronto abrió los ojos y no era Joey, sino su teléfono celular. Y no le hacía cosquillas, vibraba debajo de su brazo. No estaba en la habitación de Joey, estaba en el sillón de Jake, con la cabeza apoyada en su pecho, que subía y bajaba conforme respiraba, lenta y profundamente. 

Pasó su brazo derecho por encima de sí misma hacia el lado izquierdo de su cuerpo, dio toques por todo el sillón hasta dar con el aparato. Luego se dio cuenta de que no tocaba el sillón, sino el estómago de su novio.

"Slide to unlock", indicaba la pantalla. Un mensaje de título Recordatorio emergió. Lo abrió con un dedo y la vibración se detuvo al fin. 

"Sólo por si lo olvidabas: Tienes al mejor amigo más guapo del universo. Ten un buen día, enana. Ja ja ja" 

Debajo del texto daba las opciones Descartar, Repetir y la hora: 17.00 hrs.

Se rió para sus adentros. Niall está loco. ¿En qué momento había tomado su celular, de todos modos?

Jake suspiró y elevó la cabeza, entonces Nick se incorporó para darle algo de espacio. Se estiró, bostezó y la miró. 

—¿Hace eso todos los días? —Preguntó. 

—¿El qué?

—El recordatorio. 

—Oh. —Volvió a mirar el teléfono y le dio a repetir, luego marcó un nuevo horario: 23.00 hrs. —No, hace cosas distintas. Creo que son arranques de locura o algo —Explicó, sin poder evitar reírse un poco más. 

—Vaya, la competencia es fuerte. 

No sabía si estaba bromeando o lo decía en serio. La expresión en su cara no decía mucho. 

Se levantó del sillón y salió de la sala, volvió dos minutos después con dos vasos de agua y le dio uno. 

—Gracias. 

—¿Dormiste bien? —Preguntó tras sentarse de nuevo a su lado. 

—Tanto que no tengo ni la menor idea de qué trato la película. 

Jake se rió. —Excelente —Dijo. 

Después de eso se tragó toda el agua de su vaso en cinco sorbos, lo dejó en el suelo y le quitó a Nick el suyo, aunque no hubiese probado si un sólo trago. Lo puso en el suelo también y la acercó a él de la nuca, con suma suavidad. 

La besó.

La besó.

Se besaron. 

Entrelazaron sus dedos y Jake de a poco fue inclinando su cuerpo hacia atrás, hasta quedar totalmente recostado y con el cuerpo liviano de Nick encima suyo. 

Se besaron.

Se besaron.

Tomaron aire y siguieron besándose. 

Conforme bajaban las manos de Jake a lo largo de su tronco, Nick se adentraba un poquito en el pánico. No quería tener sexo y era muy en serio. Por mucho que el instinto dijera todo lo contrario. Era instinto, no podía evitarlo, una cosa meramente carnal.

En un movimiento rápido, cambió de lugar con ella, dejándola debajo suyo, pero claro, sin soltarle su peso encima. Quería apartarse para advertirle que no lograría llegar muy lejos, que no se hiciera ilusiones, pero no era tan fácil.

—Jake —Logró intervenir, apenas tuvo un segundo de aire.

—¿Mh? 

Sin prestarle atención, metió sus manos debajo de su camiseta, sólo hasta su estómago. Acarició su piel y se sentía muy bien. Pero no lo estaba por completo. 

—Jake.

Tomó una de sus manos con decisión y la sostuvo con fuerza. Él pareció luchar por seguir rozando sus labios un momento, pero en seguida dejó todo lo que hacía y buscó sus ojos en la oscuridad. 

—No quiero ir tan rápido. 

Suspiró, rendido y desvió la mirada. 

—Bien. 

Con eso se quitó de encima y se sentó a un lado. Nick quería decirle que lo sentía, que estaría encantada de enamorarse para acostarse con él y hacer el amor, dormir juntos después y volver a hacerlo al despertar. Pero el sexo sin amor era algo que hacía mucho tiempo ya no hacía. Exactamente desde la primera, única y última vez que había sucedido, con un chico llamado Carlos, que decía amarla. Al día siguiente terminó con él. 

El rostro de Jake cambió de súbito, la miró, presa del pánico y con los ojos congelados preguntó —: ¿Eres virgen?

—No —Respondió con gracia. —No te asustes. 

Como si hubiese estado aguantando la respiración, Jake soltó un montón de aire —Genial. —Se levantó y salió de la habitación. Nick aprovechó de ordenar su cabello, ponerse de nuevo su viejo suéter y buscar una excusa para volver a casa.

—¡Jacobo! —Exclamó Bianca - suponía - y una puerta se cerró con la fuerza suficiente para provocar un eco a lo largo de todo el pasillo. 

Not The Right One (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora