Miraculous Spider-Man.

Capítulo 2.

Capítulo 2.- El fotógrafo.

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Como era habitual para el dueño del Miraculous de la destrucción y la mala suerte, Adrien Agreste, el joven modelo estaba acostado en su cama por la noche, pensando en lo que había vivido en el día.

Todo había sido terriblemente normal, excepto por dos cosas.

Una era el estudiante de intercambio, que parecía ser muy tímido, y el otro era el ataque de akuma de ese día.

Excepto que no había sido un ataque de akuma en absoluto.

En lugar de que él y Ladybug salvaran el día y purificaran una mariposa, él y ella habían sido trasladados a segundo lugar por un extraño héroe, quien purificó algún tipo de duendecillo.

Y mientras pensaba, su pequeño kwami dormía en una de las almohadas a su lado, con restos de queso camembert cubriendo sus mejillas.

Al ver a la pequeña criatura dormir, él recordó la conversación que había tenido con él justo después de haber vuelto a casa.

"Spider-Man tiene un Miraculous, pero es uno del que ni siquiera he oído hablar." Plaga había dicho con indiferencia, antes de llenarse la boca con un trozo de queso.

Las palabras resonaron en su mente durante bastante tiempo.

Plaga le había asegurado que Spider-Man no era un villano akumatizado disfrazado de héroe, y aún así creía que había algo extraño en él, pero no sabía qué.

¿Acaso era porque todo el incidente de Volpina le hacía dudar de alguien que decía ser un héroe? ¿O tal vez el hecho de que a diferencia de él y Ladybug, Spider-Man parecía poseer una fuerza masiva? ¿O tal vez sólo tenía miedo de convertirse en un compañero del nuevo héroe? Después de todo, parecía ser capaz de purificar akumas... o lo que fueran las pequeñas hadas.

El modelo adolescente suspiró y se sentó, luego se levantó y caminó alrededor de su habitación, tratando de calmar su mente un poco.

Luego miró por la ventana y vio a alguien con un traje rojo y azul que se columpiaba gracias a una especie de cuerda, justo delante de su ventana, lo que lo sorprendió. Entonces Adrien frunció el ceño con decisión y corrió a su cama para despertar a su kwami e ir tras Spider-Man para poder averiguar más sobre él.

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(Mientras tanto)

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Spider-Man estaba acostumbrado a hacer patrullajes nocturnos, columpiándose sobre sus redes a través de las calles y edificios de la ciudad de Nueva York. Pero en París, se sentía un poco fuera de lugar.

Tal vez era la cultura diferente, la falta de rascacielos, los espacios abiertos, el hecho de que todavía tenía varios problemas para dominar el francés, o el hecho de que su amigo gárgola, Bruce, se había quedado en Nueva York.

Pero aún así, el héroe arácnido sabía que tenía que trabajo que hacer. Él no podía permitirle al Duende Verde obtener otros Miraculous, e iba a asegurarse de que quienquiera que poseyera las Mancuernillas Goblin, pagara por sus crímenes.

El héroe rojo y azul soltó un profundo suspiro y aterrizó en un costado de la Torre Eiffel, para descansar un poco y contemplar la bien nombrada Ciudad del Amor.

Sin embargo, de repente, sintió una sensación de hormigueo en la parte posterior de su cabeza, lo que le hizo girar la cabeza y ver que Chat Noir estaba tratando de tomarlo por sorpresa.