27.

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La última vez que nos besamos fue cuándo casi, pero casi terminamos haciéndolo, desde ahí no había vuelto a sentir sus labios, hasta ahora. Me siento confundida pero sigo estando atraída por el, y es que sintiendo tanto cariño por Dani hace despertar mi anhelo por volver.

Cuando por fin desperté y volví a la realidad salimos Noé y yo, preferimos caminar que ir en coche. Probamos un rico helado de vainilla con chispas de chocolate y galletas hasta llegar a bebernos una copa de vino reposado. Queríamos divertirnos, salir de la rutina y disfrutar de una rica salida a la plaza, era medio día y estaba siendo estupendamente bueno. Estaba ricamente soleado.

Cómo toda chica amante de las compras, fuimos a una tienda llena de accesorios. La pedrería me fascina. Estar con Noé hace ver que es una de esas personas que les coges cariño y afecto. Una versión de Dani pero muy femenina.

-Mira este anillo, seguro que a Dani le gusta. -dice Noé cuando nos quedamos viendo una repisa llena de anillos, algunos sencillos hasta los más grandes y totalmente exagerados.

-Es simple, pero son de los que suele usar.

-Recuerdo cuando Dani un día me trajo aquí. -ríe.

-¿Aquí? -pregunto arrugando mi frente. -¿Qué hacía el aquí?

-Quería darle algo a mamá por su cumpleaños pero al ver todo esto no sabia que comprar y mejor nos fuimos.

-Hombres. -ruedo los ojos y nos echamos a reír.

Continuamos caminando por la plaza, hasta que nos paramos a comprar una delicia de crepa dulce junto con un batido de oreo y fresa. Nos fuimos a sentar junto a una ventana, Noé se sienta enfrente de mi y no deja de verme.

-¿Pasa algo? -esquivo su mirada y veo a la gente pasar de ambos lados.

-No nada es solo que Dani es un poco tonto por no apurarse.

-Apurarse a que, Noé si te refieres a eso deja las cosas así, el tiempo lo dirá. Solo nosotros sabemos si comenzar de nuevo o no.

-Pues ya quiero que llegue, fue raro que Dani te diera un beso. Tu no supiste como reaccionar. -se ríe y me smrojo. -Eres una persona muy linda y hermosa y sé que Dani no es así. Son el uno para el otro.

-Parecía una tonta, fue como de ídolo a fan, así me sentí y bueno se que Dani tiene también ganas de volver pero quiero que aprenda a valorar la relación que teníamos, a fin de cuestas le sigo queriendo como una idiota.

-Si te vi después la cara de tonta.

-¿En serio? -me tapo la cara. -Es el efecto Dani.

Seguimos hablando, hasta terminar con el postre. Salimos después de ahí y nos regresamos de vuelta a la casa de sus padres. Dani aún no había llegado y me disculpé, tenia ganas de descansar un rato. Relajar un poco mi mente.

Me había quedado dormida, aún seguía en la cama mirando hacia el balcón. La puerta se escucha que se abre y la voz de Dani hace estremecerme.

-Pensé que aún no estaban aquí, ¿como les fue?

Escucho como entra cerrando la puerta y deja algo en no sé dónde. Llega a la cama a un lado de mi, su mano me gira y veo que está sentado apoyado en la cabecera.

Me siento igual que el y contesto.

-La plaza me gustó, debemos de ir y que me enseñes lo demás. Con Noé siempre estoy riendo, es encantadora, y a ti, ¿cómo te fue? -pregunto.

-Bien, fui a la casa de un amigo que sabía que iba a venir y queríamos vernos, nada como lo tuyo.

Silencio. Como nadie vuelve a decir algo, vuelvo a girarme dándole la espalda. Mis ojos pesan de nuevo y creo que me voy a dormir.

Quédate conmigo, siempre [Dani Auryn] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora