◇Cap 33◇

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1 día para la pelea.

¡Narrador omnisciente!

Cuando la pareja abrió la puerta del departamento y entraron, se dieron cuenta de que podían perderlo todo al día siguiente.

Porque ellos eran el "todo" del otro.

Ambos temían más por la muerte de su pareja que por la suya propia.
Y es que ninguno de los dos estaba dispuesto a vivir con el coraje de saber que les habían arrebatado a quien más amaban.
No iban a dejar que eso pasara.

...

Samuel caminaba con las manos metidas en los bolsillos de la sudadera, con la capucha tapándole la cara del frío viento que parecía burlarse de él y la delgada prenda que había decidido llevar ese día.
Dejó escapar una maldición entre dientes y siguió caminando sin rumbo fijo.

Extrañaba a Miranda, sin dudas la extrañaba tanto que dolía.
Ella no había sido sólo una pareja más para él.
Samuel podría haber jurado que era el amor de su vida.

Ese que te hacía sentir un zoológico en el estómago.
Ese que querías tener siempre a tu lado.
Ese del que no podías alejar tus pensamientos.
Ese que sólo pasaba una vez.
Y eso era de lo que Samuel tenía miedo.
Quería que ella fuera feliz, eso no lo dudaba ni por un segundo, pero, ¿Realmente quería que fuera feliz sin él?, Miranda había dejado una cicatriz profunda en él, una cicatriz que nunca se borraría, ¿Qué pasaría si no se volvía a enamorar?
Samuel era de esos chicos que querían casarse y tener a alguien a su lado. Y él quería a Miranda.

Suspiró con soslayo y notó una cabina telefónica que se encontraba frente a él.
¿Y si la llamaba?
Se acercó y colocó la primera moneda.
No podía ser tan malo, ¿Cierto?
La segunda moneda.
Ella estaría sorprendida, tal vez feliz, tal vez aliviada, pero...
La última moneda.
¿Querría que regresara a su vida?

Marcó el teléfono con manos temblorosas y esperó a escuchar la hermosa voz que por tanto tiempo lo había echo feliz.

Miranda: ¿Hola?- sintió como su corazón pegaba un brinco, suspiró

Samuel: Ho-Hola- no pudo evitar que su voz temblara, hubo un breve silencio

Miranda: ¿Quién eres?- preguntó la chica cuya voz ya se estaba quebrando

Samuel: Yo... Samuel- escuchó como su amada comenzaba a sollozar, él esperaba que sus lágrimas fueran de alegría

Miranda: P-Pero si estabas...

Samuel: Muerto- completó la frase

Miranda: ...

Samuel: Es una larga historia...

Miranda: Dios... Estoy tan feliz- dijo soltando otro sollozo- volveré tan pronto como pueda a España

Samuel: ¿Aún quieres estar conmigo?- preguntó conteniendo la respiración

Miranda: Por supuesto que quiero- no podía verla, pero sabía que estaba sonriendo

Samuel: Gracias- susurró cerrando los ojos por unos segundos.

En ese momento, fue como... Como cuando tomas café, o té, o chocolate caliente.
Suena raro, lo sé, pero, tiene sentido.
Porque en ese momento, Samuel sintió una sensación agradable en su interior.
Como si algo dentro de él se hubiera congelado, y le hubiese estado lastimando durante todo el tiempo que pasó sin ella, y ahora, se hubiese derretido, llevándose todo el dolor y sufrimiento.
Era como un calor que lo llenaba y lo reconfortaba, un calor que lo hacía sentir vivo.

Siguieron hablando por unos minutos más, prometiéndose que estarían juntos de nuevo, diciéndose cuánto se amaban y cuánto se habían extrañado.

Después de decirse el último "Te amo", colgaron y se dedicaron a sonreír, y me refiero a que desde que dejaron de escuchar la voz del otro, sonrieron sin parar.

Todo se estaba arreglando poco a poco.

Ahora sólo quedaba el echo de que alguien moriría al día siguiente.

Fin

El Anillo Negro (Guillermo/Willy Y Tu)Where stories live. Discover now