Cuando ella se percata de que soy yo se vuelve a mí, llorando.

—Oliver, perdóname. Perdóname. Yo... —exclama, recorriendo con su mirada mi cara. Trata de ver si estoy bien. Yo intento sonreír para calmarla, pero mi semblante no debe lucir mejor que el de ella. Ahora los dos estamos rotos—. Perdóname —suplica.

—No llores —le pido, aunque yo también estaba llorando—. Todo estará bien, lo prometo. No llores.

Limpio sus lágrimas y la abrazo. En este momento me duele tanto amarte, Andrea, pero estoy aquí.
Y ahí estamos, abrazados, frente a todos, tal como la primera vez que nos besamos. Una vez más estoy frente al mundo demostrando que no voy a botarla. No voy a botarla. Ahora lo sé ¿Qué me hace estar tan seguro? El amor que siento por ella. Vale la pena pagar el precio por lo que somos cuando estamos juntos.

—Deberías ponerle un bozal a tu perra —escucho murmurar a Chris y sé que no voy a tolerar más de su mierda. 

Le doy un beso en la frente a Andrea.  —Dame un minuto, sólo tengo que arreglar algo —digo y despacio me alejo de ella, volviéndome hacia Chris.

—Oliver...

Andrea intenta detenerme pero soy puro instinto asesino.
Chris intenta retroceder cuando me ve acortar la distancia entre nosotros, pero Aaron lo empuja para que me de la cara y quedamos frente a frente. Lo cojo del cuello y, acto seguido, lo sacudo hacia la pared.
El caos va en crescendo una vez más.

—¡La señora Di! —grita alguien y todos corren por sus vidas.

Todos, excepto Andrea, Aaron, Joseline, que es un mar de lágrimas, y Chris, que está en mi poder

—Andrea no existe para ti a partir de ahora, ¿me escuchas? —lo amenazo, enfermo de rabia y apretando con mi brazo su manzana de Adán. Estoy fuera de mí—. Si vuelvo a escucharte a ti o a alguno de tus estúpidos amigos hablar mal de ella, los mataré. Los mataré a todos porque, ¿sabes qué? no tengo nada que perder y lo disfrutaré.

¡Hulk me ha poseído!

Chris se está poniendo morado.

—¡Señor Odom! —escucho rugir al final del corredor a la señora Di.

Y es ahí cuando sé que todos, en especial yo, estamos hasta la mierda de problemas.

...

Nos ganamos una suspensión de tres días y un castigo ejemplar. Chris, Aaron y yo limpiaremos los baños durante un mes y Andrea y Joseline la cocina de la cafetería. No sería gran cosa si la Preparatoria a la que asistimos no fuera tan burgués. La buena noticia es que, a diferente de Chris y Joseline, Andrea, Aaron y yo no tenemos una reputación que cuidar.

Andrea me platicó que además de todo a ella y Joseline las confrontarán en una reunión familiar; por lo que la señora Di se quedó con ellas en su oficina y nos dejó ir al resto. Eso sí, uno de nuestros padres tuvo que venir por nosotros. No obstante, en mi caso...

—En serio pensé que nunca tendría que pasar por esto —Byron niega con la cabeza, pero hay admiración en su tono de voz—. un chico problema. Tú, Oliver.

Aparcamos el coche frente a la casa, pero nos quedamos un minuto más dentro para platicar.

Suspiro. —Lo hice por Andrea —le explico a Byron.

—Está bien que defiendas a tu novia, pero...

Yo tampoco puedo creer que por mi culpa Chris tendrá que usar un collarín.

La mala reputación de Andrea Evich ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora