Especial 3 «Golpe»

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Las miradas asombradas de Junmyeon y Yixing me hicieron creer que les importaba un poco mi declaración, pero cuando Kyungsoo abrió la boca, eso se fue a la mierda. —Creo que es lo mejor para todos que te marches.

Me volteé y caminé afuera. Pensé que al menos uno de ellos me seguiría. Que intentaría retenerme, pero no. Llegué al elevador y nadie había caminado conmigo.

♦♦♦

Toda esta mierda había comenzado hacían cinco meses. La misma cantidad de tiempo en la que habíamos decidido obtener una adopción. Chanyeol se había opuesto muchos años, ya que él pensaba que éramos felices así, pero yo me sentía cada vez más solo. Ambos teníamos los compromisos con Exo, además de las actuaciones en dramas o películas. Las mías siempre me llevaban más tiempo, pero de las pocas protagonistas femeninas, con ninguna hacía algo más que besos. En cambio, Chanyeol, él tenía escenas de distinto tipo. Desde camas incluidas, hasta besos que quitaban la respiración de los espectadores.

Hice muchas escenas de celos, porque pese a mis películas, yo pedía expresamente no tener una escena fuere con mi protagonista femenina, por respeto a él. Chanyeol seguía aumentando las escenas de ese tipo, no poniendo un alto a estas. Además, los espectadores amaban ver a un homosexual asumido —y con pareja estable—, tener intimidad en la pantalla con una mujer. Cuando hacía estas escenas de celos, Chanyeol siempre terminaba con mis argumentos o con mis gritos en la cama. Varias veces, hasta el momento mismo del acto, yo me oponía. Él me hacía cambiar de opinión, pero siempre después me sentía mal por ceder.

Cuando conocimos a Youngsoo, nuestra relación estaba tambaleante, pero creí que eso nos había unido. Pero no. Él aumentó un poquito más sus escenas con esa mujer que siempre lo acompañaba, además de salir a fiestas con ella y sonreírle de aquella manera. Esa sonrisa que era mía.

Hace un mes, llegó pasado de copas —una vez más—, y me confesó el sentir atracción por esa mujer.

—Sabes, Sehun —había comenzado—, creí que tu encontrarías al amor de tu vida o a una persona que te hiciera perder la cabeza. Pero no, tú sigues aquí, fiel... mientras yo sueño con tener algo con Hani.

Luego de ese día, nuestra relación era tensa. Yo fingía no darme cuenta del aroma con el que volvía a casa. Fingía ser feliz cuando estaba con los chicos, hasta que ellos se dieron cuenta de todo. Automáticamente el mejor amigo del año había tomado el bando de Chanyeol, y convenció a varios a entender la mente de este. Jongin y Junmyeon siempre fueron mi apoyo, sabiendo que tras mis sonrisas se escondían miedos, de rechazo y perdida. El único que lograba sacarme sonrisas era Youngsoo, que en ese momento tenía tres meses.

Poco a poco la relación se deterioró, hasta lo sucedido ayer. Cuando él llegó a casa, nuevamente medio borracho, los medios ya anunciaban de los besos que él había tenido con Hani y como quiera que se llamara la otra mujer. Hervía mi sangre, pero sabía que lo perdonaría, porque amaba tanto estar junto a él en las noches, aunque sabía que él quizás estaba pensando en otra mientras me acurrucaba a su lado, necesitaba su calor.

Se me fue de las manos cuando llamó la asistente social, para decir que un loco que salía todos los fines de semana en la televisión por sus escándalos no era adecuado para criar a un bebito.

Youngsoo era mío, y él maldito malnacido de Chanyeol había impulsado que lo perdiera.

♦♦♦

No sabía cómo el auto se encontraba en el centro de adopción de Seúl. Cuando pensaba, siempre mi subconsciente me llevaba a lo que quería. Generalmente pasaba con Chanyeol, llegaba a su lado con mi mente nublada que él se encargaba de aclarar con sus toqueteos y sonrisas. Hoy no era así.

Hoy iba a despedirme.

Entré rápido, consiente del fotógrafo que me seguía. Cuando me registré en las visitas, la secretaria me saludo entusiasmada y autorizó mi entrada a la habitación en donde tenían a mi pequeño Youngsoo. Pese a tener unos pocos meses, él reconocía mi voz. Sus ojitos se volvieron pequeñitos al sonreírme, la única sonrisa que me importaba ahora.

—Hola, mi vida —musité. Youngsoo gritó y pataleó. Lo tomé entre mis brazos y acaricié su carita—. ¿Cómo estas, precioso? Sigues siendo un bebé risueño, pequeñín.

—Sólo viniste la semana pasada, Sehun, él no cambiará mucho —rió la cuidadora. Reí con ella, aunque mis ojos se habían llenado de lágrimas al sentir la manito de mi bebé en mis labios.

Dejé un beso en su frente, otro en su nariz y el último en su mejilla. Tomé mi celular y saqué una foto de su cara.

—Trae aquí, deja tomar una foto de ambos —habló la cuidadora.

Sacó varias fotos, y cuando vio mis lágrimas caer libres por mis mejillas, se marchó.

—Se siente bien llorar, bebé. Cuando seas grande no temas de hacerlo. No te hace menos hombre el llorar, te hace humano, te hace fuerte.

Le hablé en el oído a Youngsoo. Él seguía sonriendo. Reí cuando él bostezó, quizás cansado de estar en mis brazos, y escuchar mi parloteo por horas. Lo acuné, y cantando en voz baja lo hice dormir. Lo dejé en su cuna, y besando su frente por última vez, salir del centro de adopción.

Decidido, partí a la empresa, a presentar mi renuncia. Cuando lo hice, Junmyeon y Minseok fueron llamados, hubo gritos del gerente de la empresa, gritos de Junmyeon, un silencio ensordecedor de Minseok. Cuando apareció de pronto Lee Sooman, todo se acabó. Él no dejó que me marchara, me envió de vacaciones. Iban a inventar algo de una lesión. Tal como se fue Tao, me iría yo.

Eran pasadas las once cuando entré en el apartamento que compartí con mi esposo. Él estaba sentado en el sofá, a un lado de la chimenea que noches anteriores casi me habían quemado. Cuando escuchó a puerta abrirse, me miró fijamente. Sus ojos estaban rojos y su mejilla estaba con un raro tono entre morado y verde.

—Oye —me habló.

Ignorándolo, caminé a la habitación. Con la primera mochila que encontré, tomé un poco de todo. Unos pantalones, unas camisetas, una sudadera y ropa interior. Me volteé y di contra su pecho. Rápidamente me hice a un lado.

—Quiero explicarte —comenzó. Alcé mi mano para callarlo.

—No. El tiempo de las explicaciones fue cuando besaste a esas mujeres. Cuando me dijiste que sentías algo por Hani. Cuando seguiste haciendo escenas en el drama con ella.

—Sehun...

—Perdí a Youngsoo por ti. Perdí a mis amigos por ti. Perdí seis años de mi vida por ti. Casi siete. Perdí el grupo que amaba.

Sus ojos se oscurecieron, y también se llenaron de lágrimas.

—Te perdí hace cinco meses, Chanyeol. El dejarte ahora no me hará tanto daño.

Salí de la habitación y de la casa, tras la mentira más grande de mi vida.

Dejar a Chanyeol me hacía daño. Mucho daño.

Partí en mi auto al aeropuerto, y antes de subir al primer avión que encontré, le envié un mensaje a Jongin.

"Oye, iré a pasar un tiempo fuera del país. Cualquier cosa que necesites, estaré en mi correo siempre pendiente. Cuídate, y cuida a los chicos. Te quiero, hermano."

No esperé su respuesta. Apagué mi celular y subí al avión. Ojalá Paris cambiara mi vida.




¡Holaaaa! He tenido cinco millones de problemas para escribir este especial, y me di cuenta que faltaba uno :x Es decir, en unas horas, subiré el último y acaba esta historia. 

Quiero disculparme por tardar un mes en subir /-\ pero tuve muchas cosas que hacer D: 

Muchas gracias por leer esta historia, y por los votos <3 :)

PS: Espero que les guste ^^'

PS2: Realmente espero que no odien a nadie :)

Adiós! >-<

Innocent - Sehun y Chanyeol (CHANHUN)Where stories live. Discover now