CAPITULO 25

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El resto de la noche estuvo muy divertida. Fuimos a sitios que no estaban controlados por él y que no había nadie que le conociese.

            Al final de la noche acabamos en elite y allí estaba Mario.

            - Hola Mario- le saludé

            - Pensé que no me querías ni hablar- contestó en tono amable

            - Ya se me ha pasado el enfado. Pero me defraudaste muchísimo- le dije con un poco de pena.

            - Todo tiene su explicación- intentaba explicarse en tono suplicante.

            - Ya no la quiero.

            - Pero fue un error.

            - Te creo Mario.

            - Vamos a tomar una copa y charlamos- me dijo llevándome dentro- aunque no lo creas te he echado mucho de menos.

            - Vale. ¿Que tal te van las cosas?- le pregunté mientras nos sentábamos en una mesa a charla tranquilamente.

            - Como siempre, más o menos bien. ¿A ti?- me preguntó con tono preocupado- sinceramente me preocupas más tú.

            - Genial, aunque acabo de discutir con Eduardo- le conté, él le conocía bien y me podía asesorar bien.

            - Ya había oído que seguíais. Me molesto en preguntar por ti, aunque no lo creas.

            - Creo que mi vida privada nunca ha sido un secreto en Madrid. Por cierto que sabes de Jaime.

            - Si le cuento que me has preguntado por él ni se lo cree. Vino muy raro de aquel fin de semana de trabajo en la finca y pidió un traslado por unos meses. Esta en Marsella- me contó- tu estuviste ese fin de semana, ¿pasó algo fuera de lo normal para que el pidiera el traslado?.

            - No que yo sepa- contesté quedándome pensativa- pobrecillo, si fue mi niñera prácticamente todo el fin de semana.

            - AH, entonces algo le hiciste tu¡- me dijo riéndose

            - Que gracioso eres Mario- le contesté riéndome pero seguía pensando que es lo que podía haber hecho que Jaime se fuera.

            - Hasta que el no pida el regreso no se lo darán supongo. Es un tío majo aunque no lo creas, y si está metido en esas movidas que lleva tu novio no es por placer, igual que yo, porque no le queda otro remedio y porque acabas acostumbrándote a todo y a ser imparcial en tus opiniones, es un trabajo como otro cualquiera. No hace falta que pienses en lo que haces, lo haces y punto.

            - Siempre hay más alternativas en la vida, pero lo entiendo…

            - Así que te va bien- dijo cambiando de tema

            - No me puedo quejar, aunque he decidido remontar un poco mi vida anterior.

            - En todo?- me preguntó en tono meloso

            - En casi todo- contesté coqueta

            - ¿No me toca nada?.

            - Vete a la porra, jajaja. ¡Mario no cambiaras nunca!

            - ¡Si se entera Eduardo que he intentado flirtear contigo me saca los ojos!.

            - Es casi una costumbre el intentarlo, ya sabes que no me lo tomo en serio. Así puedo hacerte chantaje, para conseguir de ti lo que quiero- le contesté guiñándole un ojo.

            - ¿Y que quieres de mi?.

            - Eso no se dice, quizás lo descubras algún día.

            Me sentía de nuevo viva, como antes, aunque no estuviese haciendo nada especial. Pero por lo menos no se me había olvidado el arte de ligar, era un consuelo. Aquella noche caí en la cama rendida y muy contenta, como hacía mucho que no me  sentía.

JUGANDO A JUEGOS DE MAYORESWhere stories live. Discover now