Blog Obsession [JiKook]

"El mejor día de mi vida"

¡Soy la persona más feliz del universo! ¡Lo hice! Me acerqué a Dooly tal y como dije, y le hablé, ¡le hablé!

Uff, debo relajarme.

Como decía, el lunes había decidido de hablarle de una vez por todas, y tras llevarme prácticamente todo el descanso escondido en una de las esquinas del centro viéndolo desde lejos, me armé con todo el valor que disponía y comencé a caminar en su dirección.

Al principio me costaba decidirme porque no estaba solo, había alguien acompañándolo; un chico de su altura que no se despegaba de él, es por eso que tuve que arriesgarme, incluso con aquel chico de espectador.

Una vez llegué hasta ellos, ambos se dieron cuenta de mi presencia, y precisamente Dooly, se levantó de aquel banco y titubeante se acercó hasta a mí preguntando si necesitaba algo.

Para mi vergüenza, las palabras no me salían, nunca lo había visto y escuchado tan de cerca, y era hermoso, mucho más que en las fotos, y su voz, tan dulce... Definitivamente ahí terminé de enamorarme.

Después de mi estado de tartamudez por varios minutos, pude articular un "hola", pero vaya "hola", el cual provocó una ancha sonrisa en su rostro. Sentí mis piernas flaquear, mis manos temblar y mi boca seca. Necesitaba un cubo de agua fría ese momento y despertar de una vez de mi ensoñación, sin embargo él se encargó de hacerlo y continuar por mí.

Me preguntó cosas como: ¿estás bien? ¿necesitas algo? ¿quieres sentarte? Preguntas las cuales respondía con monosílabos o simplemente dejaba frases a la mitad. Estaba tan nervioso que sentía derretirme allí mismo, pero cuando agarró mi brazo y me llevó hasta el mismo banco donde ellos estaban sentados, mi sueño se convirtió en realidad y el otro chico bufó al verme sentado junto a él; el cual fue echado por Dooly.

¡Yo sentado junto a Dooly! ¿Podéis creerlo?

Estuvo preguntando cosas sobre mí, las cuales respondí todas; estando ya un poco más calmado. Con respecto a mí..., sólo pude llegar a realizar una pregunta.

Sí, esa misma, justo la que estáis pensando. ¡Su nombre! ¡Saber de una vez por todas su nombre!

¿Y sabéis qué?

Lo sé... ¡Al fin sé su nombre!

Creo que en mi cuerpo no cabe más sitio para tanta felicidad. Después de tantos malos tragos algo bueno debía llegar, y vaya que es bueno.

Sólo espero que no se moleste si me vuelvo a acercar.

Porque habrá una próxima vez.

Cookie.

05/12/2016

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