#29

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Y fue entonces cuando comenzó a sospechar.

Se sintió tonta al principio, pero conforme escuchaba disimuladamente las conversaciones que mantenían Abby y Felix sobre ellos, tenía cada vez más dudas. La atención que le estaba dando en ese momento aquel par -especialmente el chico- a Towntrap no era muy normal, pero no dijo nada. La verdad es que no le importaba mucho.

Su mirada estaba fija en la espalda de Eak. No estaba muy concentrado en clases, si no que observaba las lozas del piso como si fuesen de lo más interesante del mundo.
Bonbon sonrió mientras lo observaba frunciendo levemente el ceño y mirando hacia un punto perdido en el piso. No dejaba de verse lindo haciendo aquel gesto, pero...

De nuevo las imágenes llegaron a su mente. Bonbon sacudió la cabeza con fuerza, intentando alejarlas. Y, sin embargo, ahí seguían, atormentándole.
Pero se negaba a aceptarlas. Por más sospechoso que fuese, no había pruebas suficientes para confirmar aquella pequeña teoría a base de comentarios de dos raritos y una amistad muy fuerte...demasiado.

Sonó la última campana del día. Se disponía a pasar por un helado y luego regresar a su casa lo más tranquila posible.
Dio unos pasos hacia la salida hasta que alguien le empujó, pero antes de siquiera poder replicar subió la mirada y se encontró con un Towntrap de lo más alegre, con el brazo sobre los hombros de Eak. Que ella supiese, a él no le encantaba el contacto físico y siempre hacía una mueca de inminente desagrado al establecerlo, pero con su amigo pelirrojo eso cambiaba. De hecho, podía jurar que incluso estaba sonriendo.

Su sonrisa era hermosa. Era deslumbrante, incluso llegaba a ser tan se...

—Bonbon, ¿Estás bien? ¿Que haces ahí en el piso?

Una voz suave la sacó de aquellos pensamientos -de los cuales no estaba muy orgullosa, por cierto-. Subió la mirada y se encontró a su pequeño amigo castaño.

—Si...estoy bien Loon, no pasa nada.

Le sonrió antes de buscar desesperadamente con la mirada a Eak y a Towntrap. Loon le estaba hablando, pero se dedicaba a asentir de vez en cuando para fingir que le escuchaba sin hacerlo realmente. No es que no le importase, si no que otra cosa ocupaba su mente en aquel momento. Cuando finalmente les encontró se despidió con la mano sin siquiera dejarlo terminar y fue lo más rápido posible tras ellos.

Ya había atardecido considerablemente. La luz fuerte del mediodía ya había pasado, al menos. Bonbon suspiró antes de poner en marcha su plan formulado hacía solo 5 minutos.

No había que ser un genio - y definitivamente, Eak no lo era- como para darse cuenta de la extraña y enorme tensión que había entre ambos.
Cada vez que siquiera lo tocaba, aunque sea un poco, apartaba la mano instintivamente. Towntrap hacía lo mismo.
Al estar solos, les era difícil mantener la mirada en los ojos del otro sin dirigirla a cualquier otro sitio. Era difícil de explicar.

Ya era tarde e Eak tenía el día libre, así que él estaba tranquilamente sentado frente a la mesa comiendo cualquier chuchería que encontrase en la despensa. En aquel momento el pelirrojo observaba la televisión mienttas comía una triste ensalada de frutas con una pinta extraña, con la cara adornada con una expresión indescifrable y un mar de lagrimas arremolinándose en sus ojos. Según lo que estaba escuchando Eak, en la pelicula se había muerto el perro del protagonista...lo pensó; ese era motivo suficiente para hacer llorar a Towntrap.
Sin embargo se fijó más en lo lindo que de veía ahí desparramado y despeinado que en cualquier otra cosa.

Eak se sentó a su lado sin hacer ruido y luego se inclinó suavemente hasta quedar cerca de el otro. Y él parecía no percatarse de su presencia, a juzgar por su mirada fija aún en la pantalla.
Tenía una vaga idea de que hacer en aquel instante, pero aún así se sentía inseguro de ello.
¿Porqué estaba de esa manera?
"No debería tener miedo de acercarme a él" pensó. "Hemos sido amigos desde tanto..."
Y, aunque sabía que era completamente diferente la situación, seguía sin comprenderlo.
Towntrap volteó y le tomó unos segundos percatarse de lo cerca que estaba y unos cuantos más alarmarse.

Algo sonó fuera de la casa, y aunque quiso ir a ver que estaba sucediendo, tener a Eak prácticamente encima se lo impedía.

—Eh...¿No oíste ruido fuera?

Negó con la cabeza antes de besarlo, así, sin más.
Towntrap pensó en que debía de dejar de asustarse cada que Eak lo hiciera, pero era imposible. Tenerlo tan cerca lo hacía estremecer, poner nervioso.

Al cabo de un rato, dejándose llevar, pasó las manos por arriba de la cintura del otro, acariciándola suavemente. Él le respondió poniendo las suyas a cada lado de su rostro con algo más de agresividad -la sutileza no era una de sus mas grandes cualidades-
Sus manos eran hasta cierto punto, ásperas. No sabía porqué, simplemente eran así. Eran incluso más pequeñas que las de él, pero tenían una pinta más masculina. Las suyas, en cambio, eran mucho más delicadas y suaves, pero más grandes. Pensó que era una rara combinación.

En la mente de Towntrap cruzó por un momento la idea de que Eak estaba actuando raro. Aún así, aquel beso le estaba nublando por completo la mente y no le dejaba pensar de manera correcta.

Respiraban por momentos a través de él por miedo a ser interrumpidos de manera estúpida, como en las novelas que leía el pelirrojo de vez en cuando. El momento era más que propicio y, aunque sabían que después ya no lo iban a poder parar (y eso les asustaba de sobremanera) solo se dejaron llevar.
De un momento a otro comenzaron a emitir sonidos extraños y entonces...

¡Ring!

Towntrap estuvo a punto de levantarse para abrir antes de ser detenido por la mano de Eak en su hombro. Lo miró.

—Si nadie abre, se van a ir...—Le dijo, en voz baja, cerca del oído. Le dio un escalofrío. Asintió.

Sin embargo, antes de continuar con lo suyo, volvió a sonar el timbre. Y una, y otra, y otra vez más.

—¡No puede ser!—refunfuñó Eak entre dientes mientras Towntrap lo apartaba hacia un lado con suavidad, con una sonrisa nerviosa en su cara.

''¡Es como salvarse por la campana!'' pensó antes de abrir.

Sin embargo, su sonrisa se borró en el momento en que se fijó abajo y a ambos lados del pasillo y no vio a nadie. Absolutamente a nadie. Las puertas de los vecinos estaban cerradas, los de enfrente también. No había ni un alma.
Suspiró.
Al menos se sentía aliviado.

Cerró la puerta y volvió al salón. En la pantalla de la televisión solo estaban los créditos de la película, al parecer se había perdido el final. Se dirigió a la cocina por algo de agua mientras intentaba fallidamente acomodarse el cabello, ahora totalmente despeinado.
Se sentó en una silla mientras bebía del vaso.
Miró a Eak, que mantenía su mirada fija en algún punto perdido en la pared contigua sin expresión alguna.

—¿Alguna vez has pensado en tener sexo?

Towntrap tosió todo.



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Esta vez si han pasado 84 años xdxdxd
No me odien :v

Together [ Eaktrap ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora