—¡No es nada! Sólo queremos que Nick vea que ella es más linda que cualquier novia anterior. —Dijo Agostina. —Bueno, resulta que la chica con suerte iba al colegio, ¿sabes? Siempre se metía en problemas y fuera de clases iba con chicos a jugar al football. ¡Al football! 

—¡Oh, lo recuerdo muy bien! ¡Parecía chico! 

Nick miró a Jake asustada. Ella era una skater, de cierto modo era algo de chicos también, sin contar que todos sus amigos eran hombres. 

Todos. 

—No te preocupes. —Moduló Jake con los labios, al tiempo que negaba con la cabeza y trataba de inspirar confianza en su novia. 

—Disculpe, ¿podría tener algo más de vino bianco? —Preguntó despacio, inclinándose a un lado para que el mesero la oyera. 

Observó cómo su copa se llenaba de vino, mientras los reflejos de la familia hablando sobre la antigua novia de Jake se movían frenéticamente detrás del líquido.

—Gracias.

La situación era tan incómoda y todos ellos hablaban tan fuerte, que los intentos de Jake por cambiar el foco de conversación eran inútiles. Nick comprendía que él era el menos italiano de la familia, no por genética ni físico, simplemente porque era el más tranquilo y atinado de todos. Casi no parecía pertenecer a ellos y eso le hacía preguntarse si se sentía feliz con ellos, si estaba conforme con su familia.

Tomó la copa con ambas manos y la acercó a su boca. Bebió unos cuantos tragos, mientras observaba a la familia de su novio -del que no estaba enamorada - hablar indirectamente sobre lo mal que estaba si ella andaba en skate fuera de la escuela. Absolutamente todo en esa escena estaba mal.

Transcurrieron dos horas más. Ya todos habían terminado de comer, habían hablado sobre todos los posibles temas de conversación y Nick había bebido lo suficiente como para dudar si podría levantarse de su asiento sin tropezarse o botar algo caro. 

—Voy al baño. —Musitó. Jake asintió con una sonrisa forzada y se levantó para echar hacia atrás su asiento y ayudarla a levantarse. 

—Gracias. 

Dio pasos lentos para no tener problemas de equilibrio y así cruzó todo el restaurante hasta llegar al baño de damas. 

Sí, estaba teniendo problemas para enfocar, pero deslizando sus dedos por las paredes podía mantener el control de sus movimientos. 

Una vez dentro se miró frente al espejo. Estaba linda, apesar del vino, del test de embarazo de Jane y de lo rápido que había salido de su casa. Se sentía linda en ese vestido negro que se ajustaba a sus caderas y esos zapatos con plataforma que le habían destrozado los pies en cada paso que había dado hasta el baño. 

Sacó su teléfono de la minúscula cartera que llevaba colgada del hombro y se dirigió a las llamadas recientes. El nombre de Niall y Jake se intercalaban en la lista; cada dos o tres llamadas de Niall, había entremedio una de Jake. 

—¿Hola? 

—Niall, no te imaginas lo incómodo que es todo est...

—Nick, estoy algo ocupado. ¿Me lo cuentas mañana? 

—Pero es que su familia es t...

—Lo siento. Te quiero, mocosa. ¡Nos vemos!

Se quedó pegada mirando la pantalla de su teléfono. La llamada se había cortado y ella volvía a aparecer en el fondo de pantalla, junto a su mejor amigo, ambos mostrando la lengua y poniendo sus ojos turnios. 

Se miró al espejo nuevamente. A pesar de que Niall acababa de cortarle el teléfono, ella estaba linda. 

—Claro, no hay problema. —Respondió para sí misma. 

Se agachó un poco hasta el lavabo y dejó correr el agua. Se lavó la cara y volvió a mirar a su alrededor. Estaría bien. 

Volvió a sentarse a la mesa y Jake se inclinó rápidamente hacia ella. 

—¿Estás bien? 

Nick asintió con la cabeza. —¿Podemos ir a casa? 

—Sí. —Respondió, como si hubiese estado preparado para oír la pregunta. 

—Lo siento, bebé —Dijo Jake, una vez que estuvieron en la puerta de la casa de Nick. 

—¿De qué estás hablando? 

—Bueno... mi familia. Sé lo incómoda que estabas y no quería...

—Oye. —Interrumpió, dibujando una sonrisa sincera en su rostro. —Las familias son así. Seguro te pasaría lo mismo si conocieras a la mía. —Soltó una risa al crear en su mente la imagen de sus hermanos y padres sentados al rededor de Jake. ¡Sí, enloquecería!

Jake sonrió.

—Voy a conocerla algún día, ¿no? 

No estaba en los planes de Nick presentarselo a su familia. Quería ser honesta, pero si ese fuera el caso, en primer lugar ni siquiera hubiese aceptado su primera cita. 

—Claro que sí. —Respondió. 

Jake volvió a sonreír y se acercó a ella. Depositó un beso lento y dulce en su boca. 

—Ya, entra. No te metas en problemas. —Le ordenó. Nick asintió con la cabeza y abrió la puerta. Se acercó a él y le dio un último beso. 

—Adiós. 

Cerró la puerta y suspiró, agotada de todo. 

Se quitó los zapatos y caminó a oscuras por el pasillo. Jane no estaba en su habitación. 

Entró a la suya y dejó sus zapatos y cartera. Se dirigió al baño y notó que la luz se escapaba por la rendija de la puerta. Con ayuda de sus uñas quitó el pestillo desde afuera y abrió la puerta con delicadeza. 

Jane estaba destrozada, sentada sobre el inodoro, lloraba como nunca. Y por si estuviese sufriendo poco, ¡tenía que hacerlo en silencio! 

Nick se puso de rodillas en el piso y abrió sus brazos para acercarla a ella. Jamás la había visto llorar así antes. 

Jane era casi perfecta. Siempre había sido así, ¿por qué hubiese tenido la necesidad de llorar de esa manera, teniendo todo siempre tan controlado?

—¿Ya has pensado que hacer? —Preguntó Nick. 

Jane se detuvo un segundo, pero volvió a llorar con más fuerza aún al comprender que ella ya lo sabía. 

Se quedaron ahí por horas.

Not The Right One (fanfic n.h)Where stories live. Discover now