Capitulo 1

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"Vive, y cumple con tu deber. Muere, por quienes amas y por quienes merecen seguir coexistiendo con este hermoso planeta. Muere para salvarlo, porque él va a destruirlo si el dije queda en sus manos."


Zoey estaba acostumbrada a que la gente señalara su cabello. Cuando la humedad era insoportable, no había peine que lo dominara. Así que, dijeran lo que dijeran por los pasillos, nada resultaba ser más importante que lo que ella pensara de sí misma.

Ya sabía que era horrible. No necesitaba que se lo dijeran.

Caminó por los pasillos hacia el aula de Química, renegando mentalmente con Jessica por no haberla despertado. Se ajustó la mochila al hombro y apresuró el paso. En realidad, era culpa de ella el haberse quedado dormida. Pero obviamente, estando a punto de llegar tarde, echarle la culpa a alguien siempre podía resultar más fácil.

Se había dormido tarde después de volver de la casa de la abuela de Zackary Collins con una información muy preciada, que ahora estaba guardada en una carpeta debajo del colchón de su cama.

—Te juro que intenté despertarte —dijo el peluche de conejo blanco que asomaba la cabeza por su mochila.

Cualquiera se hubiera aterrorizado con eso, pero Zoey estaba acostumbrada a aquella forma que Zack tomaba para que no lo vieran como el humano muerto que era.

—Ni siquiera te sentí —admitió ella, frunciendo los labios.

—Estabas cansada. ¿Qué esperabas?

El conejo escondió la cabeza, justo a tiempo. Un grupo de estudiantes de octavo grado salía del aula de Música. Ella no quería imaginar lo que hubiera pasado de haberlo visto. Su primera vez con ese conejo, había estado a punto de vomitar y desmayarse al mismo tiempo, pues se suponía que los conejos de peluche ni se movían ni hablaban. Y, además, se suponía que Zack estaba muerto.

No, en realidad, él lo estaba, solo que por culpa del collar que le colgaba a la chica del cuello, había vuelto del otro lado para cuidarla. Era como una misión por cumplir antes de llegar al cielo. Zack debía de proteger a Zoey de quienes pensaban matarla para apoderarse de ese dije, por todo lo que durara su vida.

Alcanzó el aula a tiempo, antes de que la profesora cerrara la puerta en su cara.

—Buenos días, Scott —la saludó con una sonrisa, pero Zoey sabía que era una indirecta por llegar tarde. Fue derecho a su lugar en el fondo, contra la ventana, junto a Jessica.

—Voy a matarte —le espetó—, deberías haberme despertado.

Jess frunció los labios.

—Lo intenté, no funcionó —le explicó.

—Tendrías que haberme golpeando con el palo de hockey, cualquier cosa —contestó ella, antes de que la profesora comenzara a hablar del tema del día. Zoey no era muy buena en matemáticas, ni en ninguna materia que llevara cuentas, por lo que prestar atención era sumamente importante. En el trimestre anterior había sacado buenas notas gracias a Zackary, su muerto profesor particular, y esperaba que él la ayudara nuevamente en esos meses. Los exámenes finales siempre eran más difíciles.

Pero había miles de cosas que arreglar antes. Apenas llegados de la casa de la abuela, ambos se habían refugiado momentáneamente en la azotea, lo que había ocasionado exactamente que ahora ella muriera de sueño. Habían hablado hasta tarde y lo poco que había dormido no ayudaba a entender la clase.

Suspiró y se concentró en todo lo que habían hablado la noche anterior. Su cerebro parecía más entonado con los temas de la logia y los códigos secretos que los códigos números de las matemáticas.

El Alma [El dije #2] en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora