Tenía la cabeza gacha, pero la levantó para mirarme de nuevo a los ojos.
Coloqué las manos detrás de su cabeza para deshacer el nudo de la venda. Al principio estuvo tenso, a punto de rechazar mi tacto con su pelo, pero poco a poco se fue relajando, dejándome terminar con mi objetivo.
Su ojo suplicaba que no lo hiciera, que no la quitara, pero quería hacerle saber que no me importaba.
Quité la venda de su cara y exhalé aire, sorprendida.
Había una gran herida oscura. Nunca había visto nada parecido. Donde antes se encontraba su ojo, ahora había un agujero con cicatrices a su alrededor y piel realmente malherida.

Giró la cabeza, intentando evitar que siguiera observando e inspeccionando aquel destrozo.
Cogí su cara con mis manos y le obligué a quedarnos cara a cara.
Estaba sufriendo, se lo notaba en la expresión.
Deposité un beso en su frente y luego junté nuestros labios.
Le sonreí cuando nos separamos y una pequeña curva se dibujó en su boca.

-No tengas miedo. Para mí eres perfecto.

-Pero la demás gente me mira como si fuera un monstruo.

-A la mierda con ellos. A mí y a tu familia no nos importa esto. -dije señalando con los ojos su cuenca.- Nos importa esto. -puse la palma de la mano en su pecho.- Eso es lo que vale la pena.

Se lanzó y me abrazó con fuerza. Acaricié con una mano su espalda y con la otra enredé sus cabellos entre los dedos.

-Gracias... -susurró escondiéndose en mi cuello.

Le tranquilicé un poco y cuando nos separamos me tendió el parche para que se lo volviera a poner.
Me coloqué detrás de él y lo até con delicadeza.

-Me gustaría acompañar a Jesús, ¿vienes conmigo?

-Tengo que quedarme. -contestó girándose.- Judith.

-Entiendo.

Se puso de pie y colocó su flequillo.

-Nos vemos más tarde. -dijo acariciando mi brazo y besando mi frente.

Le abracé y después le dediqué una sonrisa. Me despedí con la mano y salí por la puerta.

Mi padre y Daryl charlaban al lado de una caravana. Maggie y Glenn subían al auto y no había rastro de Michonne, Rick y Jesús.
Me acerqué al pelirrojo, quien me miró sonriente.

-¿Qué haces aquí? -preguntó.

-Voy con vosotros.

-¿Y quién ha dado permiso?

-Yo misma.

Dixon se rió y me dio una palmada en la espalda.

-¿Y tus armas?

Le mostré la funda del machete y el cuchillo en mi bota.

-Buena chica.

Entramos los tres. La pareja estaba sentada al lado de una ventana. Michonne ya se encontraba en el asiento del copiloto. Jesús estaba al final de la estancia.
Alzó la vista y sonrió de oreja a oreja.

-¿Me echas de menos?

-Un poco. -respondí sentándome a su lado.

-____. -me llamó Abraham. Le miré y negó seriamente.

-Papá, le conozco mejor que vosotros. Sin él, ni Alejandro ni yo estaríamos vivos.

Mi padre dirigió una mirada de agradecimiento al rubio y se acomodó en frente de Maggie y Glenn. Daryl se había puesto al otro lado de Jesús y afilaba un cuchillo sin prestar atención a su alrededor.
Por fin escuchamos un portazo. Rick se ponía el cinturón y arrancaba la caravana.
Miré por la ventana y Carl estaba en el porche, observando nuestra partida.

Everything's going to be okay. II | Carl Grimes. |حيث تعيش القصص. اكتشف الآن