- Y tú, sabes perfectamente que Dmitrick es un mafioso. -Lo dijo como si fuera algo despreciable.

- ¿Y tú que eres? - Le recordé alejándome de él.

- Es diferente. - Soltó serio.

- ¿Qué lo hace diferente? –Pregunté cruzándome de brazos.

- Ella es mi hija, no quiero arriesgarla.

- Y yo tu esposa. -Le recordé. -Se te olvidó como nos conocimos y quien eras en Rusia.

- Jamás olvidare mi pasado. -Dijo serio. - Eso es lo que me tortura.

- Pero aun sigues en ello. -Dije seria.

- Tú no entiendes Mónica, salirse de la mafia no es tan sencillo. Es difícil vivir aquí, si no tuviera mis negocios tú y mis hijos no tendrían la vida que llevamos.

- Algún día nos cobraran factura, enserio crees que viviremos como reyes siempre.

- Pues hay que disfrutar mientras dure.

- ¿Qué pasará cuando nuestros hijos se enteren que su padre es igual a los corruptos que tanto odian? - Esa pregunta me carcomía día a día.

- Si ellos no lo saben, entonces no tenemos por qué preocuparnos.

-Tengo miedo Marcus. - Confesé nerviosa.

- No temas. - El me abrazó. - yo estaré aquí, para ti y para mis hijos siempre. - Acarició mi cabello y sonreí.

-Si Dmitrick y Sam tienen algo, déjalos tranquilos, conoces a nuestra pequeña, ella es idéntica a mi cuando tenía su edad.

- Pero no quiero que sufra por estar con alguien como yo. -Vi sus ojos cristalizarse y sentí esa opresión en el pecho.

- Eran otros tiempos, más difíciles que los de ahora. -Traté de calmarlo.

- La maldad de las personas no tiene límites. - Se que tenía razón.

- ¿Con que moral le prohibiste tener algo con él? –Dije seria.

- Ella no sabe quién soy, podríamos usarlo como ventaja. -Dijo sonriendo y eso me enfadó.

- No seas absurdo, sé que Dmitrick no permitirá que algo le ocurra.

- De igual forma, quiero que sepas lo mucho que te amo.

- ¡No cambies el tema!

- Ven, hagamos el amor. -Me lanzó sobre la cama y se subió encima de mí besándome apasionadamente.

- Eres un tramposo. -Dije sonriendo.

- Soy el mafioso que te eligió. - Mordió mi oreja haciéndome estremecer.

- Si, soy la elegida de un mafioso.

- Y nuestros hijos son mi vida. -Besó mi cuello y sonreí.

-Sam es la hija de un mafioso.

- Hagamos el amor. -Comenzó a desvestirme y sonreí, no podía enfadarme con él.

POVS Samantha

Salí de la ducha y mi hermana ya no estaba, me sentía nerviosa, en unas horas Dmitrick llegaría y eso en cierta forma eso me emocionaba.

Alguien tocó la puerta y al abrirla, se encontraba mi madre.

- ¿Sucede algo? -Le pregunté sin dejarla pasar.

- Permiso querida, necesito hablar algo seriamente contigo. -Me aparté y la dejé entrar.

Mi madre se sentó en la cama y me hizo una seña para que la siguiera.

- ¿Hice algo malo? - No recordaba haber hecho algo, tenía días sin ir a prisión y ella no hacía esto a menos que algo realmente malo ocurriera.

- No querida, solo quiero hablar sobre Dmitrick.

¡Mierda! Papá le contó algo.

- ¿Fue papá? - Seguro fue él. – Mamá, te juro que él me gusta, no quiero que le prohíbas venir a verme. - Lo había pensado y era lo que quería.

- Hija, te voy a contar una pequeña historia y quiero que me escuches atentamente.

-Está bien madre.

-Una vez conocí a una chica igual de extrovertida que tú, ella soñaba con ser invencible, con enamorarse del hombre perfecto, y ser la madre ideal. Ella, lamentablemente, perdió a sus padres en un terrible accidente, la pobre chica fue enviada a vivir con su tío y él la entrenó para ser la mujer abnegada de algún maleante, la chica no lo sabía, pero afortunadamente, el maleante que la había comprado fue un hombre despiadadamente bueno con ella. Pero cuando una mujer se involucra con un hombre de mala vida, sufre las consecuencias de sus actos y la pobre chica sufrió mucho al lado de su mafioso, pero nunca lo dejó. lo amaba más que nada, más que a nadie y luego de que le ocurrieran muchas cosas terribles, ella decidió vivir lejos con él, hicieron una familia, fueron felices, pero temen que algún día su pasado vuelva a cobrarles por sus errores y que sus hijos paguen por ello.

- Madre, dime que esa chica no eres tú. - Tenía miedo, mucho mido de que mi madre fuera esa pobre mujer.

- No querida, no lo soy. - Se que mentía, porque algo me decía que la mujer de la historia era ella. - ¿Por qué me cuentas esto?

- Porque quiero que sepas, que todas las decisiones que tomamos siempre, sin importar a donde vamos, son cobradas de buena o de mala manera.

- ¿Quieres decir que si obro mal me ira mal y viceversa?

- Quizás si eliges mal, al principio todo sea perfecto, pero tarde o temprano la realidad golpeará tu vida.

- ¿Dmitrick es mala persona?

- Quizás sí, quizás no, soy la persona menos indicada para decidir qué clase de hombre es él, pero solo quería que supieras, que sea cual sea tu decisión, yo siempre estaré aquí para ayudarte, podría sorprenderte las cosas que sería capaz de hacer por cuidar de ti o de alguno de tus hermanos.

-Te amo mami. -Me acerqué a ella y le di un fuerte abrazo.

- Y yo a ti mi pequeña. -Me dio un beso en el cabello y se levantó. - Ahora vístete, tu chico vendrá y no querrás que te vea mal.

- Lo haré. -Ella salió de la habitación y sonreí, mi madre era fabulosa.

...

Estaba casi lista, opté por un vestido semi formal de color rojo con corpiño de corazón y suelto abajo, mi madre me lo había obsequiado una vez que fuimos al centro comercial pues le recordaba mucho a uno que ella tenía.

Me maquillé de manera muy sencilla y solté mi cabello en ondas, luego coloqué unas sandalias negras con un poco de tacón y quedé lista para verlo.

Escuché los portones de la casa abrirse y me asomé en el balcón de mi habitación para ver quién era, mi corazón latió desenfrenado al reconocer el deportivo rojo que entraba y se estacionaba. Al abrirse la puerta del vehículo, divisé a su apuesto conductor vestido con un elegante traje negro hecho a la medida a lo que me quedé sin aliento por un instante.

- Hija, baja ya que Dmitrick ha llegado. -Gritó mamá y sonreí, era el momento.

- Bajé un tanto emocionada y a la vez nerviosa, al llegar a la planta baja Dmitrick saludaba a mi familia, pero cuando nuestras miradas se encontraron me paralicé, el caminó hacia mi e hizo algo que no esperaba, tomó mi rostro en sus manos y me dio un casto beso en los labios, quedé fría y él me sonrió diciendo...

- Te ves hermosa. – Nos encontrábamos en una burbuja, que explotó al recordar que mi familia nos observaba y me sentí palidecer al ver el ceño fruncido de mi padre.

- Querida, creo que debes una explicación. -Dijo mi madre sonriendo.

- Mamá, papá, hermanos, Dmitrick es mi novio. - Solté sin más, pero cuando el apretó mi mano y lo vi sonriendo me tranquilicé.

- Bueno Dmitrick, creo que necesitamos hablar. -Dijo mi padre y volví a palidecer.

Esto será terrible.

La Hija De Un MafiosoWhere stories live. Discover now