Mamá

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1984

Constance Langdon, una joven y hermosa mujer en sus treinta, yacía dormida y abatida por la borrachera sobre aquel elegante sillón que su esposo le había regalado al comprar la casa.

Hacía tres meses que Tate no veía a su padre y cada vez que le preguntaba a su mamá, la respuesta que obtenía era la misma. "Tu maldito padre escapó con la puta de la mucama".

Una respuesta fuerte, para nada adecuada para un crío de siete años, pero que le dejaba claro al joven niño, que jamás volvería ver a su papá.

"Ella lo ahuyentó" el pensamiento se colaba de vez en cuando por la mente de Tate quién incluso a esta edad, demostraba ser un niño solitario.

Se la pasaba jugando solo entre las paredes de su casa, deslizando su camion de juguete por todos lados.

Esa misma tarde, aquél juguete se le escapó de las manos y rodó por las escaleras hacia el interior del oscuro sótano de la enorme mansión.

El pequeño corrió a buscar a su compañero adentrándose en las penumbras de aquel sótano y a medida que bajaba los peldaños de la escalera, podía sentir como sus nervios crecían y los pelos de los brazos se le erizaban.

Estaba oscuro, y apenas llegaba a divisar las siluetas de los muebles que se acumulaban juntando polvo. Pero su instinto le dijo que sabía donde se hallaba su preciado juguete.

Acuclillado, Tate adaptó su visión para ver por debajo de una mesa la silueta de aquel camion amarillo. Proponiéndose alcanzarlo se encaminó hacia dentro de la oscuridad y estiró su mano para palpar el frío plastico del juguete.

Sin embargo lo que Tate tocó no era para nada frío, era caliente y recubierto de piel.

En plena oscuridad Tate comenzó a palpar a ciegas el rostro de aquel ser desconocido.

Como si de un juego se tratase palpó cada extremo de aquella cara, recorriendo los hoyuelos y forma de los labios. Poco a poco un sonido sordo comenzó a emanar de la criatura, una mezcla entre gruñido y jadeo, que logró asustar hasta la médula cada fibra de Tate.

Retirándose automáticamente la criatura se acerca en modo de ataque, sacando un grito desde lo mas profundo de la garganta del niño.

- ¡No Thaddeus! ¡Aléjate! - la voz de una mujer se oye a sus espaldas y unos brazos protectores lo envuelven.

Tate se sorprende al ver que su salvadora era una preciosa mujer de cabellos rubios.

- Cariño. ¿Como te llamas? - pregunta la mujer con tono cariñoso.

- Tate. - responde el niño aún recuperándose del susto que el llamado Thaddeus le había dado.

- Si Thaddeus vuelve a molestarte devuelta, lo único que tienes que hacer es cerrar los ojos con fuerza y decir firmemente "Aléjate" ¿De acuerdo?

- Desearía que tu fueras mi madre. - aquel deseo salió desde lo mas profundo del corazón del perturbado niño.

- No llores cariño. La vida es muy corta para tanta tristeza.

La mujer lo envuelve entre sus brazos y lo conforta como su madre jamás podría.

AHS: MURDER BOYWhere stories live. Discover now