Capítulo 1

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💫A veces tienes que quedarte solo para asegurarte de que todavía puedes.💫

Fable

Dos meses. No he visto ni escuchado nada de él en dos malditos meses. ¿Quién hace eso? ¿Quién pasa la semana más intensa de su vida con otro ser humano , comparte sus pensamientos más íntimos , sus secretos más locos y oscuros , tiene sexo con esa persona ( y hablo de sexo increíble , de ese que te hace templar hasta tal punto que ya no puedes más) , le deja una nota que dice ''Te quiero'' y se larga? Te diré quién.

Justin voy-a-darle-una-patada-en-las-bolas-la-próxima-vez-que-lo-vea Bieber.

He pasado página. Bueno , eso es lo que me digo. Pero el tiempo no se detiene solo porque lo haga mi corazón , así que he seguido cumpliendo con mis responsabilidades. He estirado muy bien los tres mil dólares que me gané por fingir ser la novia del imbécil durante una semana. Todavía me queda algo de dinero en la cuenta de ahorros. Le compré a mi hermano algunos regalos de navidad y también cogí algo para mi madre. Ella no nos compró nada. Ni una sola cosa. Owen me regaló un cuenco poco profundo que hizo en la clase de cerámica del instituto. Estaba tan orgulloso que me lo regaló. También se sintió un poco avergonzado , sobre todo cuando hablé emocionada del cuenco. El pobre lo envolvió en papel brillante y todo. Me impresionó que se tomara la molestia de prepararme algo. Tengo el cuenco en el vestidor y lo uso para dejar ahí los pendientes.

Al menos alguien se preocupa por mí , ¿sabes?

No le regaló nada a mamá , lo que me satisfizo hasta límites insospechados.

Se supone que enero es un mes de nacimientos. Año nuevo , nuevas metas , objetivos o como quieras llamarlo. Es el momento en el que una persona debe albergar esperanzas respecto a todo ese territorio inexplorado que se extiende ante ella. Intenté ser positiva cuando llegó el año nuevo , pero lloré. El reloj dio las doce y yo estaba sola , con las lágrimas recorriendo mi cara mientras veía en la tele cómo la bola caía. Una chica sola y penosa sollozando en su sudadera y echando de menos al chico que ama.

Ya ha pasado casi todo el mes y eso está bien. Pero anoche lo comprendí. En lugar de temer cada día que llega , tengo que saborearlo. Necesito averiguar qué quiero hacer con mi vida y luego llevarlo a cabo. Me gustaría irme , pero no puedo dejar aquí a Owen. No tengo ni idea de lo que pasaría y no puedo arriesgarme. Así que me quedo. Prometo que aprovecharé al máximo esta vida que tengo. Estoy cansada de vivir hundida en la miseria.

Estoy cansada de sentir pena de mí misma. Cansada de querer zarandear a mi madre para que comprenda que tiene hijos de los que debería preocuparse. Ah , y que necesita encontrar un trabajo. Dormir todo el día y salir de fiesta cada noche con Larry el Perdedor no es la manera adecuada de hacer frente a las cosas.

Estoy cansada de lamentar la pérdida de un hombre guapo y jodido que me persigue en mis pensamientos esté donde esté.

Sí , sobre todo estoy harta de eso.

Aparto los pensamientos sombríos de mi cabeza y me dirijo al reservado donde un cliente espera para decirme qué quiere tomar. Entró hace unos minutos , un tipo alto , que se movía rápidamente e iba demasiado bien vestido para un paseo a media tarde de un jueves por La Salle. El bar está animado por la noche , lleno de universitarios bebiendo sin límite. Pero ¿y durante el día? Los clientes son sobre todo vagos perdedores que no tienen otro lugar al que ir y alguna persona que viene ocasionalmente a almorzar. Las hamburguesas son decentes , así que están empatados.

-¿Qué desea?- pregunto cuando me detengo frente a la mesa con la cabeza inclinada mientras saco el bloc de notas para apuntar la comanda.

-¿Su atención , tal vez?

C A N C E L A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora