5° Jakub Owen

255 10 3
                                    

-¿Qué haces aquí? –le dije haciendo señas con mis manos.

Se levanto con demasiada pereza y me miro directamente a los ojos –solo quería verte mi querida Rosse –roso mi rostro con su brazo y se acerco lentamente hacia mi oreja –es broma –susurro y volvió a su postura original.

 -¿Qué haces aquí? –volví a repetir.

No parecía ponerme la mínima atención, pero yo seguía aun ruborizada por su anterior contacto, sentí que algunos mechones de mi cabello se salían de su lugar, con sus largos dedos rozo y acomodo mis mechones detrás de mi oreja «maldito cabello rebelde -pensé».

-Oh… ¡Hola John! –voltee a ver y era mi simpática amiga Emily, era la primera vez que la escuchaba saludando a John, o la primera en frente de mi –Rosse, mira esto, ¡No te parece hermoso! –me dijo enseñándome un par de blusas blancas de un hermoso estampado.

-Hola… mily, sabes, me entere que tu hermanito regreso –hizo una sonrisa torcida, de seguro de satisfacción, ya que Emily no parecía llevarse bien con su hermano.

-Sí, al aparecer llego hoy por la mañana.

-Entonces si es verdad lo de la fiesta -interrumpió John convirtiendo su sonrisa torcida en una sonrisa realmente encantadora.

-¿De qué fiesta hablas? -su tono de voz era demasiada hostil.

-La fiesta que dará tu hermano -lo dijo con su tono de voz más perezoso, al aparecer no le importaba si ella se enojase o no -Escuche que el daría una fiesta por regresar a esta "villa" -enfatizo villa haciendo comillas con su manos.

-Ese maldito... -mascullo mily.

Vi como Emily se alejaba con sus dos blusas, una en cada mano, al aparecer iba ignorar a John totalmente, eso hizo que yo me quedara con el totalmente a solas, literalmente porque en esa tienda solo estábamos nosotros y las vendedoras, claro.

Iba a volver donde había estado John, pero el muy cínico se había puesto a coquetear con la vendedora más joven que había. Me acerque a él y sin que se diera cuenta le di un fuerte puñetazo en su omoplato, escuche un pequeño gemido, vi como la vendedora salió de ahí con una pequeña risita, el me miro directamente y me agarro fuerte de ambos hombros.

-¿Que es lo que quieres? -lo dijo con un tono molesto.

-Quiero saber que hacías... ¿escondido?

-No puedo observar a las hermosas vendedoras -lo dijo con una sonrisa realmente picara.

Me quede callada, con el ceño fruncido y con un puchero, el si sabia como exasperarme, quizás era algo que me traía a él.

-Bueno no te enojes, soy soltero y puedo hacer lo que quiera -alzo sus manos haciendo alemanes con estos.

-Idiota... 

Puso los ojos en blanco por la admiración de mis palabras, cuando caí en cuenta de lo que había dicho me tape la boca y miles de lo siento salieron disparados, sentí como se acerco a mi bruscamente, me abrazo de la nada, un escalofrió recorrió por todo mi cuerpo, sus manos acariciaban mi cabello, me sentía realmente bien, quizás el no es mi novio, pero será mío, lo quería para mí.

-No te muevas -lo dijo con una voz tremendamente sensual.

-¿Por qué? -le pregunte separándome de él un poco para poder mirarlo directamente a los ojos.

-Vez esa chica de allá... -señalo a una chica alta, rubia, demasiado perfecta diría yo -Es solo, como decírtelo... una chica molesta, o acosadora como diría yo.

Poder de sangreWhere stories live. Discover now