Nunca había estado tan equivocado

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    Perspectiva Thorin:

Respiré aliviado mientras la abrazaba contra mi pecho.

-Pensé que te había perdido- dije contra su cuello, ocultando una lágrima traicionera- nunca me lo habría perdonado.

-Todo está bien- me respondió tomando mi rostro entre sus manos, se dio cuenta de mi lágrima y borró su rastro delicadamente- pude escapar.

-Noelia Bolsón, nunca me había alegrado tanto de ver a alguien-dijo Gandalf acercándose a ella para abrazarla.

-Noelia, ya no esperábamos verte - gritó Kili antes de abalanzarse y abrazarla quitando a Gandalf.

-Me alegro mucho de verte- dijo Fili apartando a su hermano para tomar su sitio entre los brazos de Noe- ¿cómo has esquivado a los trasgos?

-¿Y qué importa eso ahora?- dijo Gandalf – Ha vuelto.

-Sí que importa, quiero saberlo- dije preocupado acercándome a ella- ¿te han hecho daño?

-No os preocupéis, estoy bien, caí desde el lugar que nos atraparon junto a uno de los trasgos, por suerte, caí sobre unos hongos enormes que amortiguaron el golpe- nos contó -allí abajo me encontré con una criatura parecida a los trasgos, tal vez fuese uno, no estoy segura .

-¿Qué pasó con la criatura?- preguntó Gándalf- ¿Te hizo algo?

-No, le engañe con un juego de adivinanzas y pude escapar, os vi pasar corriendo hacia la salida y os seguí desde allí arriba- nos explicó, me sentí orgulloso de ella.

-Gracias a los Valar que estás bien- dijo Gandalf apoyando su mano en el hombro de Noe.

Ella recorrió con la vista a la compañía , les sonrió y nos deslumbró con esa sonrisa.

De pronto, unos aullidos se escucharon a no mucha distancia.

-Huimos del fuego- dije alerta para descubrir de dónde procedía el aullido.

-Y caemos en las brasas- terminó Gandalf- ¡Corréd!

Todos obedecimos y comenzamos a descender por la colina a toda velocidad, teníamos a los huargos pisándonos los talones y estábamos llegando a un precipicio.

Un huargo saltó frente a Noe y antes de que pudiese reaccionar, ella le clavó su espada entre los ojos, utilizando la propia fuerza de la bestia, la miré asombrado y aliviado de que estuviese a salvo, antes de darle fin a un huargo que se abalanzó sobre mí.

-¡Trepad a los árboles!- ordenó Gandalf- Vamos trepad ¡Venga, Noelia trepa!

Vi cómo Noe se demoraba unos instantes para sacar su espada del huargo.

-Dáte prisa Noe, ya vienen- grité asustado por ella.

Se subió ágilmente a un árbol y yo hice lo mismo en un árbol que tenía más cerca, los huargos se precipitaban sobre nosotros, intentando subir sin éxito a los árboles. Dirigí mi vista para ver quien comandaba a esas bestias, y al verlo me quedé helado, no podía ser cierto lo que había ante mí.

-Azog- dije mirando hacia el pálido orco, montado en su enorme huargo blanco.

-¿No lo oléis?- dijo el pálido orco en su lengua-¿El olor del miedo? Recuerdo que tu padre apestaba a eso, Thorin , hijo de Thrain.

-No es posible- dije sin perderlo de vista.

-Ese es mío, ¡matad a los otros!- dijo el pálido orco.

Los huargos comenzaron a golpear los árboles haciéndolos tambalearse.

-¡Bebeos su sangre!- los incitó Azog.

Más valiosa que el oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora