*PAUSA* Memorias 2da temporada (Tom Kaulitz FF)

El Primer y Segundo Nombre

Después de una semana en la que apenas he podido respirar...(y las que me faltan para que termine el semestre), pido una disculpa, solo necesito que termine este semestre para poder escribir... el problema ahora es que tengo muchos proyectos y cuando termino uno debo empezar otro...

¡Ya quiero que se termine el semestreeeeee!

Pero espero que disfruten éste capitulín:

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El día pareció eterno, Tom llamó a Bill y le contó lo que pasaba; a Bill nunca le había caído demasiado bien la amistad entre su hermano y Listing, pero en un momento tan delicado como aquel, Bill le aseguró que si lo necesitábamos él estaría en Las Vegas tan pronto como pudiera.

Kat cuidó a las niñas hasta tarde, hasta que pudimos ver a Emilie. Su cirugía había sido muy delicada, había perdido mucha sangre y los médicos temían seguir con el plan de sacarle la matriz. Terminaron por optar en esperar a que se recuperara de la cesárea para volver a intentar la cirugía. De momento Georg no se había apartado de ella, ni siquiera había ido a ver al pequeño Louis.

Emilie estaba prácticamente dormida aun cuando entramos a verla. Lucía pálida, cansada y confundida. Lo primero que me preguntó fue si había visto a Louis, tuve que mentirle con una sonrisa en el rostro.

- ¿Cómo es? – Me preguntó.

Georg a su lado no le mintió diciéndole que había visto al pequeño, no tuvo que decirle nada, ella supo al abrir los ojos que él nunca la había dejado.

- Muy pequeñito. – Le dije suavemente.

Tom a mi lado miró a Georg y pareció que él comprendía, pero negó con la cabeza y volvió a mirar a Emilie.

- Luego. – Dijo.

Emilie dejó caer su mejilla sobre la almohada al mirar a su esposo, Georg parpadeó y se estiró para acariciar el rostro de la rubia.

- No pasará nada si vas ahora. – Emilie había adquirido durante el tiempo en la cama una útil habilidad para saber lo que ocurría a su alrededor sin escuchar una palabra al respecto.

- Prefiero esperar a que te duermas. – Georg le explicó.

- ¿Ustedes no deberían estar en casa? – Emilie cerró los ojos con cansancio.

- Deberíamos. – Tom asintió. – Tú deberías irte a dormir.

Solo estuvimos con ellos unos minutos antes de que el cansancio de Emilie y las ansias de Tom por ir a casa a ver a las niñas resultaran demasiado obvios. Antes de irnos fuimos hacia el vidrio donde se podían ver los pequeños recién nacidos. Ella estaba ahí dentro, frente a un bebé tan pequeño como se podía, el niño llevaba un gorrito azul y su abuela lo sostenía con cuidado frente a la incubadora, donde el bebé diminuto descansaba. No tuvimos que adivinar que se trataba del bebé de Georg y Emilie.

- Que susto. – Tom opinó en voz baja y puso su brazo sobre mis hombros.

Recordé cuando nos dijeron que Hannah tenía que pasar unos días más en el hospital por problemas con sus pulmones, no dejamos de ir a sostenerla cada día, solo regresábamos a casa porque teníamos a otra niña que cuidar, prácticamente nos dividíamos en dos para poder cuidar de nuestras dos recién nacidas, tomábamos turnos para ir al hospital. Había sido difícil pero nunca dudamos que la mayor de las niñas se pondría bien.

Ahora, aquí estaba Louis. Un pequeñito, nacido casi a los ocho meses. Debería pasar un tiempo en el cunero antes de poder ir a casa, pero pensé que estaría bien. Por la forma en que la enfermera dejaba que Ella lo tocara, me parecía que su estado no era tan delicado como probablemente lo era el de su madre