»Capítulo 4«

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-¡Litsa!, ¿dónde dejaste mi zapato?- Lilly movía todas las cosas de su lugar en busca de su bendito zapato.

-¡No se, tu lo perdiste!-

-¡Pero te lo presté a ti, idiota!-

-¡Lilly callate ya y ponte a buscar tu zapato! Faltan cincuenta minutos para entrar y hacemos veinte de camino, ¡así que mueve tu inmenso trasero!- Ann estaba desesperada.

Como pueden ver, hoy era el primer día de clases, y aquí me encontraba, esperando a que las señoritas estuvieran listas.

-¡Ya estoy lista!, las espero en la camioneta, perdón, los espero, me tengo que acostumbrar a que ya hay un hombre en la casa.- después de soltar una risita, Aria tomó las llaves de la camioneta y salió hacia esta, conmigo siguiéndole el paso.

Ya estábamos en la camioneta, Aria se colocó a lado de la ventana y yo a su lado, en los asientos de atrás.

-¿Siempre es así?- pregunté para romper el silencio.

-¿Esto?, pff, esto no es nada.- dijo riéndose.

Lilly y Blake subieron, dejando los lugares de atrás llenos.

Litsa y Ann venían a la camioneta, parecía que se estaban gritando cosas.

Litsa se subió a la camioneta en el asiento del conductor dando un fuerte portazo, venía enojada. De la misma manera que Litsa, Ann subió a la camioneta. Pobre camioneta, se quedará sin puertas.

-¡No azotes la puerta!- exclamó Litsa.

-¡Tu también la azotaste!, así que no me estés reclamando nada.- replicó Ann

-¡Ya basta!, soló callate y conduce Litsa.- dijo Lilly, haciendo que Litsa arrancara la camioneta y por fin nos dirigiéramos a la preparatoria.

Ya íbamos a mitad de camino, y Ann lo único que hacia era gritarle a Litsa que se apurara, Litsa al parecer iba estresada, por que iba agarrando el volante con mucha fuerza.

-¡Litsa, muevete!, faltan treinta minutos.- seguía y seguía gritando Ann.

Litsa volteo su cabeza hacia donde estaba Ann, y muy "amablemente" le dijo:

-¡Ann, ya callate!, me tienes hasta la pu...-

-¡Litsa!- grito Blake.

-¡¿Ahora que?!-

Blake señaló hacia enfrente, y Litsa volteo a ver.

-¡Mierda!- Litsa giró el volante muy rápido, haciendo que esta hiciera un movimiento muy brusco.

Un carro estaba a poca distancia de chocar con nosotros. Mi corazón latía con fuerza, fue un gran susto. Estuvo cerca.

Por el susto, el resto del camino fue, gracias al cielo, en completo silencio.

Ya habíamos llegado a la preparatoria. Mis manos sudaban. Estaba nervioso.

Bajamos todos de la camioneta, para dirigirnos a la entrada. Las tipas venían con una gran sonrisa, ¿como pueden tener una gran sonrisa? Yo estoy muriendo de nervios.

-¡Aria, Ann, Litsa, Lilly, Blake, estúpidas!- se escuchó un grito varonil desde atrás.

En ese instante, todas voltearon en dirección de donde venía la voz, incluyéndome.

-¡Estúpido!- gritaron todas a unisono y salieron corriendo a abrazar al chico de gran sonrisa.

Éste, tenía los brazos extendidos, esperando el abrazo.

6 Es Número De ProblemasDove le storie prendono vita. Scoprilo ora