"Mi bra de encaje negro"

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Son las seis de la tarde cuando me decido finalmente a caminar por las calles de Denver Colorado para llegar a mi casa y asesinar a Jake, el animal que dijo que me recogería del entrenamiento y también el animal que nunca me contestó las llamadas desde las tres de la tarde que el entrenamiento acabó.

Me disculpo con lo de "animal", ellos no tienen la culpa y no debería de compararlos con gran idiota como lo es mi hermano, es una muy grande ofensa y la más dolorosa qué puede haber. Además, ellos son bonitos, inteligentes, adorables... Jake es un triste desecho. Una triste producción de un condón roto y espermas que no le echaron las suficientes ganas.

Una gota de agua me cae en la mejilla izquierda y pienso que es una lagrima, pero lo descarto cuando tres segundos después una lluvia potente cae en la cuidad provocando que suelte un grito de fastidio y frustración.

—¡Lo único que me faltaba!— Escondo mi teléfono en el sostén y después observo el cielo levantando las manos enojada pareciendo aún más estúpida de lo normal. Bajo los brazos rendida y exhalo, echando el mojado cabello hacia atrás para quitarlo de la cara.

Un auto negro pasa a toda velocidad por la acera y me tira agua sucia, abro los ojos y la boca con indignación y sorpresa, le levanto el dedo de el medio y grito lo imbécil que es a todo pulmón.

Me asusto de inmediato y dejo de gritar cuando el Audi para y comienza a retroceder. Tenía que ser yo y mi gran gran suerte.

—¿Lennon?— Distingo la voz de Hunter a la hora de que baja el vidrio de la ventana para verme, no puedo verlo ya que se ve obscuro.

—¿Hunter?— Le pregunto de vuelta forzando mis ojos para poder verlo. Hunter prende el foco del auto y ahora si puedo ver su ceño fruncido y su pequeña sonrisa asomarse por el borde de sus labios.

—¿Que haces bajo la lluvia y sola en la calle?

—Jake me olvido en la escuela— Conteste, rodando los ojos aún siendo víctima de la gran llovizna.

—Sube, te enfermarás— Hunter estira su brazo para poder abrirme la puerta desde adentro y eso es algo que agradezco mentalmente. Sin pensarlo dos veces subo mojando todo con el cabello empapado igual.

—Lamento mojar tu nuevo auto, es nuevo ¿verdad?— Hunter no me mira a la cara ya que vuelve a posar sus ojos en el camino. Lo veo mover sus gruesas manos sobre el volante con agilidad y también soy testigo de una suave risa que se le escapa de la boca.

—Tranquila es solo agua y sí.. es nuevo— Contesta echándome una mirada rápida sin darle importancia de el todo. Pues claro, es millonario el cabrón.

—Me gusta más el Porsche— Le contesto levantando los hombros.

—¿No te gusta este?— Me ve por unos cuantos segundos de reojo. Niego siendo consiente de que no me puede ver.

—Me gustan más los Porsches— Suelto aquella frase y tiemblo por el frío. Sabía que un resfriado estaba a punto de llegar.

—¿Tienes frío?— Me pregunta de inmediato notando mi estado. Ni siquiera espera mi respuesta, prende la calefacción. —Creo que te vas a enfermar, estás empapada— Me informa pero eso ya no era un secreto para mi.

—Voy a matar a Jake de verdad se pasó esta vez— Me queje por milésima vez. En verdad estaba furiosa y aunque Hunter me cae mal me salvó y se lo agradezco enormemente.

American FootballDonde viven las historias. Descúbrelo ahora