15

14.1K 2.1K 494
                                    



Al llegar a tan dichosa fiesta, rápidamente mis amigos se separaron, dejándome totalmente solo.

Era algo que odiaba, no ser nada social y no tener con quien hablar, corriendo el riesgo de que me pasará algo así.
No tenía idea de por qué me sentía sumamente nervioso al estar rodeado de cientos de desconocidos, personas que estaban ahí por gusto, que iban a divertirse, beber, bailar, cantar, y demás.
En cambio yo, únicamente estaba ahí para cuidar a mis amigos de que no cometieran cualquier estupidez de lo que están acostumbrados, porque sabía que si estaban sin cuidado de alguien, en algún momento alguno de ellos haría algo raro que podría arruinar su reputación y claro, como si se tratará de la mía, tenía que cuidarla en demasía.

— Hola chico bonito. — Genial, lo que me faltaba.
Un chico de cabello castaño se acercaba a mí con un vaso en la diestra que, seguramente era de cerveza o algo así.
Podía ser sincero y decir que era un hombre muy guapo y todo lo que quisieran, sin embargo el que se acercará, saludando de esa forma, podía deducir rápidamente cuales eran sus intenciones conmigo, y no me gustaban para nada. Por lo tanto decidí ignorarle y seguir mirando a mis alrededores en busca de alguien conocido, para así poder huir.

— ¿Sabes que es de mala educación no saludar? — preguntó el mismo, quien en ningún momento se había retirado y ya comenzaba a estresarme.

— Lo sé. — Terminé respondiendo a lo que decía, sabía que si no lo hacía, iba a insistir, y no estaba de ánimos para que alguien intentará ligar conmigo.

— ¿Cómo te llamas? — rodé los ojos al notar su insistencia.
Acomode la gargantilla que llevaba y me cruce de brazos, intentando aparentar que no le escuchaba.

— Hey. Deja de ignorarme, bonito. — rodé los ojos, a lo que soltó una pequeña risa. ¿Qué tenía de divertido verme molesto? Ni idea, pero me molestaba aún más que siempre que alguien me fastidiaba se burlará.

— ¿Puedes irte? No estoy interesado en ti. — Le mire de nueva cuenta, ya que sólo le había visto cuando me habló y enseguida decidí ignorar, pero ahora volví hacerlo para que se diera cuenta de la dureza de mis palabras ante el rechazo que desde un inició le di.

— Hum... yo no venía por mí. A un amigo le has gustado y quiere saber tu nombre. — Levantó ambas manos en señal de "derrota". Haciendo que me diera cuenta que no era más que un inmaduro, pero claro, tampoco podía opinar mucho de qué era ser maduro.

— Entonces que venga por sí mismo. — Al decir aquello, me di la vuelta con tal de hacerle entender que verdaderamente no tenía ningún interés en cualquier chico o chica que estuviese en esa fiesta. Y por más que aquello fuera mi "huida" no fue demasiado exitosa.
Ya que alguien se encontraba tomándome de la cintura y aferrándose a que no pudiera safarme.

— Sueltame. — hable firme, intentando disimular que las piernas me temblaban por la máxima cercanía que tenían nuestros cuerpos.
Baje la mirada hasta donde estaban las manos de aquel desconocido.

— Hola princesa. — Mi cuerpo se tensó por completo, la respiración comenzó a fallarme y el corazón latía como loco. Creí que ya me había librado de él, al menos físicamente, ya que de todas formas seguía pensando demasiado en él, y si de por si eso ya me tenía mal, encontrármelo en una fiesta cómo esta me ponía peor.

— Disculpe...déjeme ir. — murmuré esta vez sin poder evitar que mi voz sonará más que nerviosa y temblorosa.

— ¿Otra vez? No, no lo creo. — Soltó una pequeña risa, y se apegó aún más a mí, provocando que algo se encajase en mi trasero, siendo exactos, su erección. Algo que me estaba haciendo sentir más y más nervioso conforme pasaban los segundos.

Me removí un poco, intentando liberarme de esa forma, sin embargo la presión que ejercía en mi cintura era mucha y el intentarlo era inútil.

— No-no estoy interesado. — susurre, dejando que mi voz no fuera audible, pues se perdió entre la música que tenía un volumen muy alto a mi gusto, ya que así no podía escuchar ni mis pensamientos. Y vaya que era necesario en ese momento para no caer ante los encantos de NamJoon, aunque no faltaba demasiado, sólo agradecía que no pudiera ver mi rostro o yo poder ver el suyo, pues, si eso pasaba, no podría resistir más y terminaría cediendo a todo lo que me pidiera con tan sólo sonreírme. Porque sí, lo que me tenía perdido, era su sonrisa, esa maldita sonrisa seductora, que a pesar de tener las peores intenciones, siempre me haría delirar con apenas mostrarme uno de esos hoyuelos que tanto me hacían suspirar.
Apenas le había conocido unos pocos días y ya estaba cayendo a sus encantos.

— ¿Jugamos, princesa? — Susurró contra mi oído.

A pesar de estar muriendo justo en mi cumpleaños, aquí esta la actualización.♥
Se viene lo bueno 7u7.

Urology •NamJin•Where stories live. Discover now