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Me había negado cientos de veces a lo que los chicos me proponían, intenté sobornarlos con comida y que les ayudaría a escoger ropa, o demás cosas en lo que era experto. Pero sus caras de decepción y tristeza, casi como cachorros regañados hizo que no pudiera negarme a lo que me pedían y terminé aceptando ir a aquella fiesta, a la cual ni siquiera conocía a quién la organizaba o la gran parte de los invitados, únicamente a mis amigos. A los cuales ni siquiera tenía idea de por qué la insistencia a que yo fuera si sabían de sobra que no me gustaba ir a fiestas. Llegué a la conclusión de que si querían que asistiera era por algo, ese algo >cuidarlos en caso de que bebieran de más.< Siempre era por esa razón, pues, la gran parte de las fiestas a donde asistían, en todas había bebidas alcohólicas, esa era la razón más persistente que tenía para no darles permiso de ir a ellas, pero como de costumbre, solamente me hacían caso a su conveniencia.
Me encontraba buscando algunas prendas que combinaran para ir a aquella fiesta que tanto habían insistido. Casi todo lo que contenía mi closet estaba sobre la cama, totalmente desordenado. Pues de tanto que tenía no sabía ni siquiera que elegir para la ocasión, pues claro, si iba a asistir a una fiesta aunque no me gustarán no planeaba ir como vagabundo y totalmente desalineado, tenía que ir realmente bien.
Tomé por fin, al decidirme una camisa blanca con un estampado en inglés color negro »que verdaderamente no me interesaba traducir« con cuello "v", que fácilmente dejaba expuestas mis clavículas y el lunar que tenía bajo la izquierda, un suéter delgado encima que imitaba el diseño de la piel de los leopardos, dejándolo abierto; unos jeans color negros ceñidos a las piernas, unas botas del mismo color y como accesorio una gargantilla con un pequeño dije en el centro.

Por alguna y nada extraña razón, quería verme mejor que cualquiera que asistiera a aquella fiesta. Algunas ocasiones me gustaba ser el centro de atención, ser el más lindo de la fiesta y demás. Pero, con mis amigos a lado era un poco difícil resaltar, ya que eran demasiado lindos.

-¿Todo listo hyung?- cuestionó Jeongguk entrando a mi habitación sin previo aviso.
Había estado esperando ya desde hace una hora, pues claro, también sería yo quien le llevase a la fiesta junto a JiMin, quienes eran los menores del grupo y no tenían licencia para conducir.

- Listo.- respondí un poco extraño ya que tenía los labios entreabiertos para poder deslizar el delgado brillo labial por ellos, dejándolos más rosas de lo que eran.

-¿Por qué tienes tanto maquillaje?- preguntó acercándose a mi para ver el cajón que tenía en el tocador lleno de este, bases, rubor, polvo compacto, delineadores, sobras, tintas labiales y muchos bálsamos.

Si, podía verse demasiado femenino, pero es que también necesitaba de cuidado mi imagen. Y por ello tenía cientos de cosas que ni siquiera mi madre sabía de su existencia. Ya que estaba en contra de que me maquillará con la escusa que me veía muy femenino, y si, me gustaba ser así, por lo tanto no le veía mucho problema a lo que ella o mi padre dijeran.

- Eres extraño.- susurro con una pequeña risa mientras tomaba una tinta labial y la observaba como si fuera lo más impresionante del mundo.

- ¿Ya esta aquí JiMin?- pregunté quitándola de sus manos y volviendo a meterla en la caja de donde estaba y enseguida cerrar el cajón del tocador.

-Si, esta abajo.- rió levemente, y sin decir más salió de mi habitación, seguro solamente había ido a apresurarme en caso de no estar listo.

A veces me molestaba que fueran tan impacientes por ir a aquellas fiestas que no les traería nada bueno, pero no iba a evitarlo, al menos no hacían locuras como beber de más y bailar sin ropa sobre la mesa »o más bien yo no estaba enterado de que lo hiceran«
Para mi seguían siendo unos bebés que tenía que cuidar, aunque ellos siempre dijeran que no lo hiciera, por algo me seguían invitando a fiestas, sabía que si yo no los cuidaba y les ponía un alto, todo se tornaría a locura extrema.

- Vámonos.- hable una vez estaba frente a ellos y les hacía un ademán para que me siguieran. Algo que efectivamente hicieron con mucho entusiasmo.

Quien iba a decir que esa fiesta cambiaría mi vida por completo.

Disculpen la tardanzalos amo.

Urology •NamJin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora