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Sus manos se deslizaban por mi cintura hasta las caderas llego los bordes de mis bóxer, fue bajando de ellos con una lentitud que comenzaba a ser desesperante, y aunque quisiera quejarme no lo podía hacer, me había dejado bien en claro que en ese momento, el daba las ordenes, yo debía cumplir.

Mis manos se posaban y aferraban en la cabecera de aquella camilla donde había tenido la primera cita, las rodillas estaban sosteniendo mi cuerpo y mi cabeza estaba entre el hueco de mis brazos.
Dejando a toda su disposición mi trasero.

— Me encanta que lleves tan bien tu papel de sumiso... Eres muy obediente Jinnie.— no lo podía ver, pero por aquella ronca voz, el tono que uso, y sus manos deslizándose por mis muslos, podría jurar que sonreía de lado.

— No tienes idea de cuanto quería hacerte esto...—
Me negué a responder, ya que sabía muy bien que la voz me saldría extraña.

En un momento y sin darme cuenta, el bóxer me llegaban hasta terminar los muslos,  dejandome completamente expuesto a él.

— El niño que le daba asco el anal, y mirate, lo que estas a punto de hacer.— volvió a hablar, pero esta vez sus manos habían ascendido hasta mi trasero, con lo que comenzó a jugar, estrujandolo, masajeando circularmente a direcciones contrarias, ocasionando que se separarán mis nalgas y diese vista a algo que jamás creí exhibir a alguien.

— ¡Ahh!— una fuerte palmada se hizo presente en el momento, le había parecido divertido y excitante darme una en la nalga derecha, provocando un sonido que resonó bastante por toda la habitación.

No escuche respuesta de su parte, cuando de pronto sentí su respiración contra el centro de mis nalgas, donde ambas manos ayudaron a separarlas y su aliento dio justo en mi entrada, haciéndome soltar un jadeo nada disimulado.

— Tan apetitoso...— susurro contra la misma, y al instante su sin hueso se hizo presente, deslizándose de arriba a bajo, circularmente y ahora simulando pequeñas estocadas sin mucho éxito.
Mi cuerpo daba ligeros espasmos y me resaltaba cada vez que succionaba, siento una clase de sensaciones totalmente nuevas y recién encontradas.

Jin, el desayuno esta listo, príncipe.—
Mis ojos se abrieron de golpe, mire a todos lados, dándome cuenta que en realidad, todo este tiempo había estado en mi habitación y no en algún otro lugar, mucho menos con el sexy urólogo que recién conocí.
Me fui reincorporando, quedando sentado en la orilla de la cama, pase una mano por la frente, sabiendo de sobra que estaba muy sudado, lleve la mirada a mi entrepierna, conociendo ya de antes el dolor que ahora estaba presente.

— Diablos...— musite con una voz distinta, sonaba un tanto ronca, y aunque sonará extraño e idiota, me asusto.
Ahora tenía un problema que resolver, pero ni loco me volvía a masturbar, prefería una ducha con agua fría, como Hoseok me había dicho.

Apenas pude ponerme de pie, cuando me hice a mi mismo fricción, sacando un gemido que me avergonzó demasiado.

Me sentía, asqueado y avergonzado conmigo mismo, aunque debía recalcar el primer adjetivo, ya que, jamás me creí posible tener esa clase de sueños “húmedos”, menos de esa forma, en donde casi me hacen aquello que nunca haría.
Me aterraba el hecho, que ese sueño se sintiera tremendamente real, y lo peor de todo, me encantaba.

Me revolví el cabello con frustración y de inmediato fui por ropa limpia, para darme un baño como el que tenía planeado.

— Anatomía del cuerpo humano...— susurré intentando recordar ese extraño nombre.
Odiaba estudiar por las noches, nada se me pegaba y con cualquier cosa me distraía o daba sueño.

— Es tan complicado.— volví a decirme a mi mismo, o sí, también solía hablar conmigo mismo, algo que me llegaba a desesperar, pues, bien podrían pensar que estoy loco cuando, simplemente intentaba concentrarme.

Eres tan bueno en esto, Nammie.~”

La principal razón por la cual me distraía, era ese sueño o más bien pesadilla, que había tenido, dejando mis pensamientos realmente mal, pues me imaginaba a NamJoon entre mis piernas, acariciando mis muslos con la yema de sus largos dedos.
A él besando mis clavículas, pasando su lengua por ellas y succionando como quisiera, dejando esas marcas que a mi parecer eran horrendas, pero el simple hecho que él las hiciera me parecían la misma obra de arte.

Me molestaba conmigo mismo al tener esos pensamientos impuros que jamás debieron haberse colado en mi mente.
Pero también había tenido la culpa, yo, siendo un curioso fui a tener una cita con un hombre tan atractivo que daba justo en mi ego, pues, si yo era guapo el era mil veces más que yo.

Todo lo que me provocaba, me molestaba tanto...

No quedo cómo quería ;-; pero bah, les prometí actualizar, so. ( 'ิิ ͜ʖ ´ิ)❀
Las amo.
11 más y llegó a 900, muchas gracias ;-; ♡

Urology •NamJin•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora