Una Guerra Inicia Aquí

16 3 0
                                    

Gwen hizo sonar el claxon dando así inicio a la guerra entre los campamentos LakeWake y Revival.

***

— ¿No fue asombroso?— habló Jason.

Caminábamos otra hora y media hasta nuestras cabañas. Ya oscurecía pero el camino había sido bien iluminado. Aún así no impedía que saliera un animal, las serpientes son recurrentes por acá.

— ¿Lo vieron?— pregunté.

— ¿Qué cosa?

— A él. Al chico.

— ¿Te refieres a Roger?— preguntó Bet.

— ¿Roger está aquí?— Jason pronunció con una voz baja.

— ¡Sí! Es decir, no. Lo vi del otro lado, entre los campistas de Revival.

— Ah... menos mal— Jason hace un ademán y esboza una sonrisa.

— ¿Menos mal? Por fin he tomado el valor de decirle lo que siento y no podré siquiera pasar tiempo con él. ¡Esto es un desastre!

— Ay nena, no te pongas así. Supongo en alguna competencia te lo toparás y podrás ligártelo.

— Sí, no te desanimes— Sonya se acerca a nosotros con un vaso con yogur en mano—, seguro tendrán tiempo de darse amor.

— Espera, ¿cómo se enteraron?— pregunto desconcertada.

— No es una novedad, lo sabemos desde hace unos años ya— habla Porsha, también traía un yogur—. No eres muy disimulada que digamos...

— ¡¿Qué?!— me sujeto la cabeza— ¡Ay no! ¿Entonces él sabrá?

— Descuida, los chicos nunca se dan cuenta de esas cosas.

— Sí, todos son unos idiotas.

— ¡Oye!— Jason se queja.

— ¿Qué tú no eras macho menos?— Porsha lo apunta con su cuchara.

— Pe-pe-pero...— Jason abre mucho los ojos y tartamudea. Se da una palmada en la cara y bufa— Olvídenlo...

***

— ¿Podrían apurarse a traer esos troncos?

Lexy, una campista, nos gritaba para apurarnos a hacer el trabajo. Nunca me he llevado bien con ella, pero es la mejor amiga de Roger, así que mi interacción con ella fue forzada. Llevábamos los troncos para hacer un toten, claro, tenían que ser muy gruesos y pesados.

— Sería mucho más fácil si hicieras algo, inútil— me quejé.

— Estoy haciendo algo, mandarlos— se mete una goma de mascar a la boca.

Paso a lado de ella y le dejo caer el tronco en el pie. Ella grita y llora del dolor, varios campistas llegan a auxiliarla y ayudan a levantar el tronco.

— Oh no, Lexy, lo siento tanto. ¿Te encuentras bien?— finjo preocupación— ¿Te duele?

— ¡Púdrete Ashlynn!— me saca el dedo de en medio.

Entre dos campistas la cargan y se la llevan en brazos. Mi mejor amiga se me acerca.

— Wow, ahora sí te pasaste— posa su mano en mi hombro.

— ¡Pero nos estaba tratando mal!— me sacudo para quitarme su mano de encima.

— Pudiste reprimirla con palabras, pero no lastimándola físicamente.

Camp WarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora