Capitulo 10. Come caracoles.

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Durante un momento, a ningún jugador de Gryffindor se le ocurrió qué decir.

—No creo que con un par de nuevas escobas puedan ganar —dije abriéndome paso hasta llegar enfrente de Flint, este me miro con desagrado. Ruddy que estaba a un lado parecía a punto de atacar a Flint.

—Son las más rápidas en el mercado, niña —este se acercó mucho a mi—, pero tu, ¿Qué te vienes a meter? Tu no juegas y no me interesas —me iba a tocar para empujar, pero Oliver evito que lo hiciera.

—A mí tampoco me interesa el juego, o los equipos —escupí, empujando yo a Oliver, no necesitaba que me protegieran—, pero sé que una escoba no te hará ganar.

—¿Qué ha ocurrido? —escuche que pregunte Ron a Harry—. ¿Por qué no jugáis? ¿Y qué está haciendo ése aquí?

—Soy el nuevo buscador de Slytherin, Weasley —dijo Draco, con petulancia—. Estamos admirando las escobas que mi padre ha comprado para todo el equipo.

—Son buenas, ¿eh? —dijo Malfoy con sorna—. Pero quizás el equipo de Gryffindor pueda conseguir oro y comprar también escobas nuevas. Podríais subastar las Barredora 5. Cualquier museo pujaría por ellas.

El equipo de Slytherin estalló de risa.

—Pero en el equipo de Gryffindor nadie ha tenido que comprar su acceso —observó Hermione agudamente—. Todos entraron por su valía.

Del rostro de Malfoy se borró su mirada petulante.

—Nadie ha pedido tu opinión, asquerosa sangre sucia —espetó él.

Me enoje bastante, no pude evitar intentar tirarme contra Draco, pero Flint se puso en medio, le estuve empujando con ayuda de mi hermano Tom, Fred y George, que igual intentaban darle un merecido a Draco. Alguien gritaba algo, Ruddy ladraba con intención de que le abriera paso, pero no, yo tan solo quería meter tierra por la boca de Draco.

Un estruendo resonó en todo el estadio, y del extremo roto de la varita de Ron surgió un rayo de luz verde que, dándole en el estómago, lo derribó sobre el césped.

—¡Ron! ¡Ron! ¿Estás bien? —chilló Hermione.

Ron abrió la boca para decir algo, pero no salió ninguna palabra. Por el contrario, emitió un tremendo eructo y le salieron de la boca varias babosas que le cayeron en el regazo.

El equipo de Slytherin se partía de risa. Flint se desternillaba, apoyado en su escoba nueva. Draco, a cuatro patas, golpeaba el suelo con el puño. Me enoje tanto, estaba tan enojada, que controle mis poderes, pero no mis acciones, tome una de las babosas que se le cayó con un barniz de tierra y rápidamente se las metía a la boca de Draco.

—Nadie se mete con mis amigos —gruñí, mientras este se atragantaba, Flint intentaba ponerme las manos encima, pero nuevamente, Oliver lo atajo. Y fue ahora su pelea.

—Lo mejor es que lo llevemos a la cabaña de Hagrid, que está más cerca —dije tomando a Ron por un brazo y Harry me ayudo con el otro. Ruddy nos siguió por detrás.

—¿Qué ha ocurrido, Harry? ¿Qué ha ocurrido? ¿Está enfermo? Pero podrás curarlo, ¿no? —Colin había bajado corriendo de su puesto e iba dando saltos al lado de ellos mientras salían del campo. Ron tuvo una horrible arcada y más babosas le cayeron por el pecho—. ¡Ah! —exclamó Colin, fascinado y levantando la cámara—, ¿puedes sujetarlo un poco para que no se mueva, Harry? Estará perfecto para el diario.

—¡Fuera de aquí, Colin! —dijo Harry enfadado. Entre Harry y yo sacamos a Ron del estadio, con Hermione detrás, nos dirigíamos al bosque a través de la explanada.

Destiny y la Camara Secreta [DEH #2]Where stories live. Discover now