34. Presentimientos.

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Tres semanas después...

«Royce»

Aunque le habían retirado ambas balas, Ashley aún no despertaba. Los doctores le habían dado dos días para que lo hiciera, pero al tercer día aún seguía inconciente y con el puso bajo.

La policía estadounidense habían trasladado a Ashley a Miami para que tuviera mejores cuidados luego de la operación. El juicio se abriría en cuanto ella despertara, para que confirmara la demanda en contra de Raúl.

El concierto que tenía en México, se canceló, a causa de que había durado unos días en el hospital y tenía problemas para respirar con normalidad. Llevaba varios días en el hospital desde que permitieron las visitas.

Geoffrey estaba en casa de mi madre desde que había viajado a México. Hace unas horas mi madre me había llamado para avisarme que Pattie la madre de Ashley, fue a ver al bebé. Ésta se había convertido en un testigo protegido por la policía, ella dijo el paradero de Ashley y me testificó en contra de Raúl. Al igual que Pattie, también estaba Luis, aquel chico que había visto hace varios meses.

Estaba esperando que iniciaran las horas de visitas. Estando en el hospital las horas me parecían una eternidad. Habían varios policías en el pasillo, los cuales cambiaban el turno.
Realmente estaba cansado y, completamente aburrido. Lo que me avisaba que en cualquier momento me  quedaría dormido en los incómodos bancos.

- ¿Royce? -Reconocí esa voz. Ella se sentó a mi lado levantó con el ceño fruncido-, ¿Qué haces aquí? ¿Estás bien?

- No. -Murmuré. No quería tenerla cerca, menos en un momento así.

- Entonces, ¿por qué estás aquí? ¿Y estos policías? -Me volvió a preguntar.

- Es Ashley, está aquí desde hace varias semanas. Esta gravemente herida.

Ella entre abrió los ojos y me miró perpleja. Traté de ignorarla pero ésta tomó mis manos y las acarició con suavidad. Se me acercó y besó mi mejilla derecha, retiré mis manos de las de ella.

- ¿Qué le ha pasado?

- Lo siento Vanessa, pero no quiero hablar de eso ¿Si?

¡Menos contigo!

Ella sería con la última persona que hablaría de lo que pasó, la confianza que tenía con ella se había desvanecido. Tenía miedo a dejarla sola con Geoffrey y al parecer eso le molestaba. La escuché suspirar y al voltear a verla ella miraba a otro lado. Sus manos temblaban y movía sus piernas en señal de que estaba incómoda. Me levanté del incómodo asiento y empecé a caminar por el pasillo de camino a la cafetería. Me sorprendí cuando no me siguió, al parecer entendió que no la quería cerca.

Necesitaba un café cubano, para poder mantenerme despierto por varios minutos porque según el doctor, ella podría despertar en cualquier momento.

En la cafetería sólo habían tres personas en una de las mesas. Cuando le pedí el café a la chica, observé por varios segundos por los ventanales que dejaban ver al estacionamiento. De un auto gris salió un hombre, que según a mi vista era idéntico a Raúl, traté  recordarlo desde la última vez que lo vi en persona, aunque fue. a distancia, ese día que conocí a Ashley. Tambié la imagen que me había enseñado Álvarez hace unos meses en su oficina.

De pronto, sentí un impulso de ir detrás de él, pero en el momento que me dispuse a salir de la cafetería, vi a Vanessa salir detrás de aquel hombre. Aún así salí y los escuché susurrar,  ambos se les notaba enojados. Subieron al auto y en cuestión de segundos ya no estaban en el estacionamiento.

Algo no estaba bien. Lo supe, porque Vanessa no es de las mujeres que suelen hacerse chequeos médicos y odia los hospitales. También, porque aquel hombre era idéntico a Raúl y, si era realmente él, no era nada bueno que él supiera el paradero de Ashley. Y por último, porque podría ser que él y Vanessa estuvieran conspirando juntos.

(...)

Una lágrima recorrió mi mejilla izquierda y la limpié con rapidez. La sentía fría, como si estuviera en un refrigerador por horas. Nunca me imaginé verla así, al borde de la muerte, que su vida dependiera de esas máquinas que podrían fallar en cualquier momento.

Según el doctor habían pocas posibilidades de que me escuchara hablarle, pero que debía hacerlo, porque tal vez ella me escuchaba y podía dar señales de que estaba respondiendo correctamente al tratamiento. Y eso era exactamente lo que hacía.

- Mi princesa. -Murmuré mientras acariciaba su cabello-. Hoy Vanessa estuvo aquí, realmente no se que estaba haciendo aquí, porque a saber cómo estás no fue. Fue extraño tenerla cerca, ya no confío en ella como antes.

En un momento llegó una imagen de Geoffrey a mi cabeza, y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo.

- Acabo de pensar en Geoffrey, pero de una manera extraña, como un mal presentimiento. -Miré las máquinas por varios segundos-. El día en que diste a luz, nunca me creí que Vanessa se había conmovido por lo que te pasó y por lo del bebé, algo debió haber pasado entre ustedes dos, conozco a Vanessa y durante ese tiempo estaba celosa y, te conozco a ti, en tus ojos vi miedo y odio a la vez. También empecé a pensar que ella tuvo que ver con el accidente que tuviste en las escaleras, ella no apareció hasta después del a...

De pronto empecé a pensar, el mal presentimiento tenía que ver con Vanessa y aquel hombre. Vanessa debió haberse imaginado que el niño estaba con mi madre, lo cual no era bueno si tenía algo que ver con Raúl. Entonces eso explica porque se sentó a mi lado, si ella empujó a Ashley por las escaleras con la intención de arrebatarle la vida, sería capaz de hacerlo nuevamente. Pero empezarían desde el más frágil.

«¡Geoffrey!»

(...)

Bajé del auto con la máxima velocidad que mi cuerpo me permitía, no fue hasta entonces que todo el peso del cansancio lo sentí caer sobre mi. Mi madre abrió la puerta al tercer sonido del timbre, una sonrisa se formó en su rostro y me abrazó.

Sentí como tiraban levemente de los cordones de mis tenis. Creí que era Prince, pero al bajar la mirada, me encontré con Geoffrey y junto a él el pequeño perrito. Ambos tiraban de mis cordones, Geoff al verme rió y extendió sus manitas hacia mi.

Cuando lo tuve entre mis brazos lo abracé, dejé varios besos en su pequeña. Llevó sus manitas a mi rostro y me acarició. Entré a la sala y me senté en uno de los sofás, mi madre fue a la cocina y al los minutos volvió con un pedazo de pastel de chocolate y lo dejó en la pequeña mesa de en medio.

- Debes descansar cariño. -Me dijo mi madre mientras me acariciaba el cabello.

Le iba a decir algo pero sentí un pequeño dolor en el pecho. Suspiré y miré a mi madre, ésta me miraba preocupada.

- ¿Estás bien Geoffrey? -Me preguntó-. Estás pálido.

De pronto el niño empezó a llorar, como si algo le estuviera doliendo. Por más que tratábamos de calmar al bebé, éste continuaba llorando con más fuerza. Shanelli quien había llegado unos minutos después, se asustó al escucharlo llorar. Mi madre se quedó pensando en algo hasta que habló.

- Algo no está bien. -Murmuró.

Realmente todo era extraño. Algo malo estaba pasando o, peor aún, había pasado.

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¡Hola!
Espero que les haya gustado este capítulo. Recuerden dejar sus comentarios a cerca de la novela y, que voten.

Les mando muchos  ---» 😘😘😘

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Att: Ashley Ni. 👽

Casada Con Una BESTIA  | EN EDICIÓN|Where stories live. Discover now