Capítulo 82

4.1K 391 231
                                    

—Éxtasis Demencial—

Después de avisarles de que estaba terminantemente prohibido usar aquella poción en competiciones de Quidditch, exámenes o elecciones, Slughorn les dio el pistolazo de entrada para que comenzaran a preparar el Filtro de Muertos en Vida. Les dijo que quién mejor lo preparara ganaría aquella botella con una fracción de suerte líquida, y Hesper vio como por primera vez en la historia, a todos los alumnos enderezar las cabezas y ponerse manos a la obra seriamente.

Hesper sabía por su abuelo que el Filtro de Muertos en Vida era un somnífero muy potente, que enviaba al bebedor en un sueño mortal. Pero, también le contó que si se realizaba extremadamente bien, podría matar a la persona en medio del sueño, y no de forma indolora. Prácticamente le carcomía el cerebro. Desde hacía año y medio que Hesper se compraba sus libros con antelación, a principios de verano, para que Julius (antes se presentaba como Jude al ayudarla) le cambiara las cosas puesto que muchos de los libros estaban equivocados de una forma enorme. Siempre le mandaba a través del búho negro un libro por semana y cuando este volvía, había apuntes y tachones por todas las hojas, lo que le indicaba a Hesper que quién fuera que escribiera ese manual para los alumnos, era un burro total. Incluso, igual que ese año, Julius le regaló su libro de Pociones de sexto de curso, que seguía siendo el mismo, puesto que tenía todos los apuntes necesarios para que le salieran las cosas perfectas. Hesper no era buena en Pociones ni en sueños, necesitaba un pilar al que sostenerse. En eso, Severus Snape era el amo. Ella no había heredado aquel talento de sus abuelos. Algún defecto tenía que tener.

Hesper había forrado el libro con la portada del nuevo para que nadie viera lo viejo que era y comenzaran a sospechar más de lo que ya hacían de ella. Buscó la página diez, y se detuvo para observar lo que ahí había. Apuntes por todos lados, párrafos enteros tachados y cambio de ingredientes o de cantidades a mogollón. Hesper caminó hacia el armario con una lista escrita a prisa y corriendo, en la que aparecían los ingredientes, cambiados.

La gente se estaba acumulando en una zona, que era donde estaban los componentes recitados en el libro de forma ordenada. Según los apuntes de su abuelo de dieciséis años, solo tres nombrados en el libro le servirían y eran el ajenjo, el jugo de doce granos de sopóforo y raíces de valeriana. Los demás (asfódelos, pereza cerebral y judía soporífera) tenía que cogerlos de otra sección.

En cuanto tuvo los ingredientes fue de las primeras en volver a su sitio, pues los demás se estaban peleando, colándose y haciendo cola frente la sección donde estaban los integrantes del libro. Sí que tenían ganas de llevarse la suerte líquida, notó ella. Hesper tenía los tres que recitaba el libro, pero había cogido los otros tres de la sección casi polvorienta del armario de Slughorn, quien la observaba con emoción retenida al ver que escogía diferentes cosas. Hesper quiso lanzarle algo a la cara para que dejara de mirarla como si fuera un artefacto de edición limitad.

Hesper realizó todo tal cual le decía el libro de Pociones de su abuelo, y por deducción, supo que tampoco había que revolver la poción solo en sentido opuesto a las agujas del reloj. Cambió el ritmo de revolución, dejándolo a la mitad: siete veces en dirección de opuesta, y siete en dirección de las agujas del reloj. Eso no lo había escrito su abuelo en su idioma, sino que con una simbología que tan solo él entendía. Eso sí, le indicaba las fases por las que debía pasar la poción si estaba bien hecha.

La poción debía ser similar a un color embarrado liso, negro líquido en la etapa intermedia, y más tarde debía dar vuelta a un claro tono lila para volverse finalmente incolora como el agua, después de revolver la poción en los dos sentidos. Hesper estuvo concentrada al máximo en su poción, cortando las raíces tal cual pedían los apuntes, y aplastando los granos de sopóforo de forma casi sensible. Ignoró los suspiros, bufidos y lamentaciones en voz alta de sus compañeros de clase.

Oblivion |Época De Los Merodeadores|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora