Capítulo 30

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—El Despertar De Peter—

Entraron en la Sala Común con Sirius aún hablando sin recibir ninguna atención por parte de Hesper, cosa que lo molestaba muchísimo. Estaba acostumbrado a recibir la atención de todos. Nadie lo ignoraba. No, no.

—¿Quieres hacerme caso? —Preguntó molesto cuando pisaron la Sala Común.

—No, no quiero hacerte caso. —Le respondió tajante esta.— Escucha, Sirius. No tengo nada que hablar contigo. Ni eres mi hermano, ni amigo ni siquiera conocido. Solo compañero de clase. ¿Lo entiendes? A ti no te importa nada de lo que yo haga. Me puedo juntar con quien quiero si quiero y donde quiero.

Aunque todo lo decía con tono calmado, por dentro Hesper hervía de la histeria. ¿Quien se creía que era ese para interrogarla? Lo iba a mandar de una patada por donde había venido.

—Solo lo digo porque los de Slytherin no son de fiar. —Le dijo con aire de arrogancia.

—Confío más en Evan que en ti, si es lo que querías oír desde un principio. —Le soltó tan cortante como el filo de un cuchillo.— Buenas noches.

Sirius la miró irse estupefacto e indignado. Confiaba en una serpiente antes que en alguien de su propia casa. Eso si que era preocupante. «Que le den. Va a terminar mal si o . Yo ya la he intentado ayudar Pensó con indiferencia. Que hiciera lo que le diese la gana, al fin y al cabo, no le importaba. No supo ni porque se había molestado en perder su preciado tiempo de aquel modo.

Se encogió de hombros componiendo una mueca rara y subió las escaleras hacia su dormitorio tranquilamente. Entró y lo primero que oyó fueron los ronquidos de Peter y James. Cerró la puerta después de entrar y anduvo hasta su cama, se deshizo de la camiseta que llevaba, las zapatillas y se metió bajo las colchas. El sueño lo estaba esperando a la vuelta de la esquina cuando apoyó la cabeza sobre la almohada, y no tardó tanto en quedarse dormido.

Llegaron las seis de la mañana y Remus se despertó bostezando. Se frotó los ojos y se puso en pie, fue al baño, no sin antes pasarse a levantar a Peter. Después de salir del cuarto de baño, se encontró a Peter bajo las mantas, como lo había dejado. Negó con la cabeza y chasqueó la lengua para acercarse a la cama de James e intentar despertar al azabache.

—James, despierta... —Lo zarandeó pero el azabache solo se dio la vuelta.— James, hay que ir a clase. Vamos, en pie.

James abrió los ojos encontrándose con su amigo despertador personal y suspiró. Remus, con una sonrisa se dirigió hacia la cama de Peter y le dio un zape en la cabeza para que se despertara.

—Te dije que te levantaras, vago. —Le sonrió.— Despierta a Sirius, anda.

Después de quejarse como podía, Peter salió de su cama y se encaminó hacia la de Sirius, dónde vio a su amigo dormir profundamente. Su respiración era lenta y regular.

—Sirius... —La voz de Peter ya era somnolienta. Como si estuviera ebrio.— Sirius... levanta. Ha-hay q-que ir a clase.

Le pilló un bostezo de por medio, y volvió a zarandear al del pelo largo. Sirius se removió molesto bajo las mantas. No tenía ganas de levantarse, se había acostado muy tarde y estaba molido. Peter al ver que sus constantes zarandeos y palabras no servían de nada, cogió la varita de la mesilla y se acercó a Sirius.

Aguamenti. —Dijo claro.

Un chorro de agua salió disparado de la varita del bajito y fue a dar de lleno en la cabeza del ojigris que se levantó sobresaltado de la cama.

Oblivion |Época De Los Merodeadores|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora